Pionero 2020: Robert Bullard, PhD
Por Stephanie Watson De los archivos del doctor
En 1979, cuando Robert Bullard, PhD, era un joven sociólogo y profesor asistente de la Texas Southern University, le llamaron para recopilar datos para una demanda colectiva. Su esposa, la abogada Linda McKeever Bullard, demandaba a una empresa de gestión de residuos para impedir la construcción de un vertedero en una comunidad afroamericana de clase media de los suburbios de Houston. Según los cálculos de Bullard, el 82% de toda la basura vertida en Houston desde la década de 1930 hasta 1978 se encontraba en barrios negros, a pesar de que los afroamericanos sólo representaban el 25% de la población de la ciudad.
Bullard perdió el caso, pero se convirtió en un importante catalizador del movimiento de justicia medioambiental. "La justicia medioambiental adopta el principio de que todas las comunidades y todas las personas tienen derecho a la misma protección en virtud de nuestras leyes medioambientales", afirma. "Y ninguna comunidad debe sufrir un impacto diferenciado por su raza, sus ingresos y su lugar de residencia".
Dice que la violencia se ha malinterpretado y clasificado erróneamente, del mismo modo que en el pasado tratábamos la lepra y la peste. "Veíamos a estas personas como malas, y se las castigaba".
Bullard se ha ganado el título de "padre de la justicia medioambiental" por sus más de 40 años estudiando, escribiendo e impulsando cambios políticos para reducir la carga de la contaminación en las comunidades pobres y minoritarias. Es autor de 18 libros que abordan temas como la justicia climática, el racismo ambiental y la reinversión y resiliencia de las comunidades. En 2011, Bullard, junto con la especialista en justicia ambiental Beverly Wright, PhD, cofundó el Consorcio del Cambio Climático de Colegios y Universidades Históricamente Negros, que trabaja para concienciar sobre el impacto desproporcionado del cambio climático en las comunidades marginadas. Además, actualmente es profesor distinguido de planificación urbana y política medioambiental en la Texas Southern University.
El trabajo de Bullard ha sacado a la luz un inquietante patrón de injusticia medioambiental en Estados Unidos y en todo el mundo. "Las personas que menos generan residuos son también las que más sufren por el lugar donde se eliminan", afirma.
Esos efectos sobre la salud están bien documentados. Las personas que viven cerca de las centrales eléctricas de carbón, por ejemplo, son más propensas al cáncer de pulmón, las enfermedades cardíacas y la muerte prematura. La salud mental también es una consecuencia. La gente "ve que los impactos negativos de su comunidad son básicamente desechados y no se cuentan como si tuvieran valor", dice Bullard. "De alguna manera, no contamos. Nuestra salud no importa. Nuestras vidas no importan".
Bullard dice que su mayor logro ha sido informar, a través de sus investigaciones y escritos, a las futuras generaciones de activistas por la justicia medioambiental. "Empezar con una idea y convertirse en un movimiento es algo que me enorgullece", dice.