Todo lo que debes saber sobre los riesgos de asfixia de los bebés

Es perfectamente normal que los bebés se lleven todo a la boca. Dedos de las manos, de los pies, juguetes, ropa... todo puede ser masticado. 

La masticación es la forma en que los bebés exploran su entorno. La masticación conduce a la dentición. Después, aprenden a masticar y tragar alimentos. 

Conocer los riesgos de atragantamiento más comunes, los métodos de prevención y los primeros auxilios puede prepararte en caso de un susto de atragantamiento con tu bebé. 

El atragantamiento y las señales

El atragantamiento se produce cuando un trozo de comida o un objeto se atasca en la garganta. El atragantamiento impide que el oxígeno llegue a los pulmones y al cerebro. La falta de oxígeno puede causar daños si no se prestan rápidamente los primeros auxilios.

Señales de atragantamiento. La mayoría de los adultos conocen el signo universal del atragantamiento: llevarse las manos a la garganta. Pero como los bebés no son capaces de hacer eso, esté atento a los siguientes signos:

  • Dificultad para respirar

  • Respiración ruidosa, chirriante o con silbidos

  • Tos débil

  • Piel, labios o uñas pálidas

  • Pérdida de conocimiento

Peligros de asfixia por alimentos

La comida es la causa más común de atragantamiento en los adultos. A medida que el bebé aprende a masticar y tragar, algunos alimentos suponen un peligro de atragantamiento.

Frutos secos y semillas. Los anacardos, los cacahuetes y las pipas de girasol pueden provocar atragantamientos. Su duro exterior les permite atascarse en la tráquea de tu hijo con facilidad. 

Fruta con semillas o con hueso. La sandía, las naranjas, las cerezas y otras frutas con semillas o huesos son una amenaza oculta. Una semilla de fruta puede alojarse en la garganta de su hijo si no presta atención.

Verduras crudas. Los trozos de verduras crudas son duros y ásperos. Si no se preparan correctamente, pueden ahogar al niño. 

Frutas enteras. Aunque parecen un tentempié perfecto, las uvas y las bayas son un peligro de asfixia para los niños menores de 4 años. Las frutas y verduras pequeñas enteras pueden clavarse en la tráquea.

Caramelos duros. A todo el mundo le gustan los caramelos, y los caramelos duros son el elemento básico de cualquier plato de dulces. Sin embargo, la cáscara dura y pegajosa los hace difíciles de tragar para los niños. 

Aperitivos crujientes. Las patatas fritas, las palomitas de maíz, la granola, las galletas y los pretzels son productos básicos de la despensa y un peligro de asfixia para los niños. Las complejas formas dentadas de estos aperitivos permiten que se alojen en la garganta de su hijo si no se mastican bien.

Caramelos pegajosos. Las gominolas, los chicles y los caramelos de goma pueden ser peligrosos. Su hijo puede tragárselos antes de masticarlos o los caramelos pueden atascarse al tragarlos. 

Trozos de carne y queso. Las carnes y los quesos son duros y necesitan ser masticados a fondo. En particular, las carnes con hueso y con tripa suponen un mayor riesgo de atragantamiento. 

Cómo prevenir los riesgos de atragantamiento con alimentos

Debe evitar ofrecer alimentos potencialmente peligrosos hasta que su bebé haya aprendido a masticar y tragar bien los alimentos. Los siguientes pasos pueden ayudar a prevenir los riesgos de atragantamiento a la hora de comer:

  • Corta cada trozo de comida en pedazos de media pulgada o menos. 

  • Ayude a su hijo a formar hábitos de masticación excelentes y conscientes.

  • Supervise siempre a su hijo cuando coma.

  • No dejes que tu hijo se mueva o se tumbe mientras come. Deben estar sentados para comer.

Peligros de asfixia con juguetes

En el caso de los bebés y los niños, el atragantamiento con piezas de juguetes es más común. A los bebés les gusta meterse cosas en la boca y las piezas pequeñas pueden alojarse fácilmente en su garganta. 

Dado que los juguetes varían, es difícil hacer una lista útil de artículos que deben evitarse. En su lugar, sigue estas pautas preventivas para asegurarte de que tu hijo no se trague las piezas pequeñas. 

Lee el embalaje. Los juguetes vienen con instrucciones de montaje, recomendaciones de edad e información de seguridad. Léalo todo con detenimiento para saber si hay piezas peligrosas.

Evite los juguetes de máquinas expendedoras. Los juguetes que no proceden de empresas de renombre pueden no cumplir las normas de seguridad. No compre juguetes de máquinas expendedoras o de chicles, ya que suelen presentar riesgos de asfixia.

Comprueba si hay daños. Busque juguetes que resistan el juego y que no se rompan fácilmente. Compruebe regularmente los juguetes de su hijo para asegurarse de que están intactos y de que no hay piezas que puedan romperse. 

Evite los regalos. Por mucho que quiera dar a su hijo sus juguetes viejos, recuerde que, hace años, los fabricantes no hacían los juguetes de acuerdo con las mismas normas de seguridad que se utilizan hoy en día. La edad también puede hacer que piezas como los botones y las cuentas se aflojen y se conviertan en un peligro de asfixia. 

Comprueba las piezas potencialmente pequeñas. Cuando un juguete es sospechoso, puedes comprobar si es demasiado pequeño para que tu bebé juegue con él. Compre un probador de piezas pequeñas o simplemente utilice un tubo de papel higiénico. Las piezas son demasiado pequeñas si caben en el rollo de papel higiénico. 

No utilices globos de látex. Evita las peleas con globos de agua hasta que tu hijo sea un poco mayor. Opta por globos de mylar o una alternativa de globos para celebrar ocasiones especiales. Tu hijo puede tragarse un globo de látex cuando no está inflado o reventado. 

Evite las sillas de bolsa de frijoles. La mayoría de las sillas de bolsa de frijoles contienen un tipo de bolitas o cuentas de espuma. Estas bolitas pueden salirse si la silla se rompe o a medida que la cubierta envejece, y presentan un peligro de asfixia.

No olvide las piezas de juego pequeñas. ¡Debe evitar los juguetes que incluyan piezas de juego pequeñas, canicas, dados o monedas! 

Otros riesgos de asfixia

No se puede coger todo. Todos los días se caen cosas de tu escritorio o de tus mostradores, y puede que no te acuerdes de recogerlas.

Esté atento a estos objetos domésticos que pueden suponer un peligro de asfixia para su hijo: 

  • Monedas

  • Material de oficina (clips, chinchetas o gomas de borrar)

  • Alfileres de seguridad

  • Crayones

  • Joyas

  • Ferretería (pernos, clavos o tornillos)

  • Imanes

  • Tapones de botella

  • Pilas

Qué hacer cuando tu bebé se ahoga

Las clases de reanimación cardiopulmonar (RCP) te prepararán mejor para responder si tu bebé se atraganta. Puedes pagar por clases en línea y aprender a realizar una RCP adecuada a su edad. 

Evalúa y asegura la escena. Asegúrate de que la zona es segura antes de iniciar los primeros auxilios. Si no eres el padre, pide permiso a los padres o tutores antes de empezar. 

¿Responde el bebé? Llama la atención del bebé gritando y usando su nombre. Si no responde, golpea la planta del pie del bebé y vuelve a gritar. 

Llama al 9-1-1. Si hay alguien más cerca, dile que llame para que puedas empezar a administrar los primeros auxilios. 

Coloca al bebé de espaldas. La superficie debe ser firme y plana para poder realizar las compresiones. Arrodíllese o póngase de pie junto al bebé. 

Comience las compresiones. Coloque los pulgares uno al lado del otro en el pecho del bebé. Las puntas de los pulgares deben estar justo debajo de la línea del pezón.

Rodea el pecho del bebé con el resto de los dedos. Usa los dos pulgares para empujar hacia abajo con firmeza y rapidez. Deja que el pecho vuelva a su posición de reposo después de cada empuje.

Haz un total de 30 compresiones a entre 100 y 120 pulsaciones por minuto. Cada compresión debe ser sólo de unos 2,5 cm.

Déle al bebé un respiro. Incline suavemente la barbilla del bebé hacia arriba para abrir sus vías respiratorias. La Cruz Roja Americana recomienda las técnicas de inclinación de la cabeza o elevación de la barbilla. Sople un segundo en la boca del bebé; el pecho del bebé debe elevarse. 

Una vez que haya salido todo el aire, sopla otra vez durante un segundo. Si el pecho del bebé no se eleva, o bien tienes un sello inadecuado al soplar el aire o puede que todavía haya una obstrucción de las vías respiratorias. 

Alterne y repita. Realiza 30 compresiones más seguidas de dos respiraciones más. Repita la operación hasta que el objeto se desprenda, hasta que un socorrista capacitado pueda hacerse cargo o hasta que la zona deje de ser segura. 

Cómo aplicar la RCP

Consulte el sitio web de la Cruz Roja Americana para obtener instrucciones completas y detalladas sobre cómo dar RCP a un niño o a un bebé. 

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