Si usted es padre de un niño o adolescente con TDAH (trastorno por déficit de atención e hiperactividad), ellos -y usted- pueden experimentar el estigma. Se trata de una actitud negativa que algunas personas sienten hacia otras que pueden ser diferentes a ellas. Es el resultado de mitos y estereotipos.
Los niños con TDAH pueden ser impulsivos, desatentos y les cuesta seguir instrucciones, entre otros signos. Por ello, algunas personas pueden tener ideas negativas sobre su hijo y su comportamiento que no son ciertas. Así es el estigma. Es grave y puede tener efectos duraderos en la forma en que los niños y los adolescentes se sienten sobre sí mismos, en cómo interactúan con sus compañeros y en cómo aprenden.
A qué estigmas se enfrentan los niños con TDAH (y sus padres)?
Aunque hoy en día mucha más gente conoce el TDAH, los estigmas sobre este trastorno siguen vigentes. Tal vez usted o su hijo hayan escuchado que "el TDAH no es real", que los niños que lo padecen son simplemente perezosos o no son inteligentes. Pero las investigaciones demuestran que existen diferencias estructurales reales en la parte frontal del cerebro de las personas con TDAH. Estas diferencias afectan a la función ejecutiva, es decir, a aspectos como la planificación y la organización de tareas.
Dado que los niños con TDAH tienen problemas con la función ejecutiva, puede ser difícil para ellos dejar de lado las distracciones y seguir los pasos. Además, muchos niños -incluso adultos- con TDAH pueden tener también ansiedad. Cuando se enfrentan a una tarea difícil que puede aumentar la ansiedad, pueden intentar evitarla. Esto puede parecer pereza para alguien que no conoce la historia real.
El TDAH afecta a los individuos de la misma manera, ya sea que tengan un coeficiente intelectual alto, normal o bajo. Como algunos niños con TDAH tienen mucha energía y curiosidad, muchos parecen funcionar mejor cuando están averiguando cómo funcionan las cosas y buscando soluciones. Eso es diferente del tipo de aprendizaje que implica la memorización y la repetición. Lo más importante es obtener un diagnóstico y un tratamiento adecuados para poder ayudar a su hijo a dar lo mejor de sí mismo.
Su hijo o adolescente con TDAH puede tener una vida muy satisfactoria. Pero otro estigma que persiste es que los niños con TDAH no tendrán éxito. De hecho, muchos adultos conocidos y exitosos tienen TDAH, como el atleta olímpico Michael Phelps y el fundador de Virgin Airlines, Richard Branson.
El estigma del TDAH y los padres
El estigma en torno al TDAH puede afectarte también a ti como padre. Algunas personas pueden pensar que si su hijo o adolescente tiene TDAH, entonces usted debe ser un mal padre. Suponen que si su hijo o adolescente actúa de forma impulsiva o le cuesta quedarse quieto, es culpa suya. La crianza no tiene nada que ver con el diagnóstico de TDAH de su hijo. La mayoría de las investigaciones apuntan a otros factores, como la genética, los problemas durante el embarazo o incluso la exposición a ciertas toxinas. Pero ciertas técnicas de crianza pueden ayudar a mejorar los síntomas.
Lo que puede ayudar a los niños con TDAH a alcanzar sus objetivos son los padres y profesores que reconocen y entienden el TDAH y que ayudan a los niños a encontrar formas de aumentar sus probabilidades de éxito.
Cómo afecta el estigma del TDAH a las minorías y a las niñas?
Las investigaciones muestran que los niños negros, latinos, asiáticos y de las islas del Pacífico tienen menos probabilidades de ser diagnosticados con TDAH. También es menos probable que tomen la medicación para tratar el trastorno. Hay muchas razones para ello. Los investigadores han descubierto que entre algunos negros existe una desconfianza hacia la comunidad médica. También existe la sensación de que el TDAH no es un diagnóstico "real", sino un problema de disciplina. Este estigma puede ser parte de la razón por la que los niños negros son diagnosticados con menos frecuencia.
Los estudios también han descubierto que las tasas de TDAH son más bajas entre los asiático-americanos. Necesitamos saber más para entender el porqué, pero una de las razones puede ser que algunas familias asiático-americanas consideran la educación como una prioridad. Para ellas, tener un hijo que no va bien en la escuela puede no ser visto como algo debido a un trastorno cerebral, sino como un fracaso de los padres en su trabajo.
Las niñas suelen enfrentarse a un gran estigma relacionado con el TDAH. Esto se debe a que, incluso hoy en día, algunas personas pueden pensar que las niñas no padecen esta enfermedad. Por lo general, las niñas no actúan tanto como los niños. Es más probable que se culpen a sí mismas cuando tienen dificultades con una tarea o un proyecto. Toda esa culpa puede conducir a una mayor depresión, trastornos alimenticios y ansiedad en comparación con las niñas sin TDAH. La gente no suele relacionar estos síntomas con el TDAH, lo que puede llevar a un diagnóstico tardío y a un retraso en el tratamiento.
Cómo perjudica el estigma
Independientemente de la raza, la etnia o el género de su hijo, el estigma del TDAH puede provocar algunos otros problemas. Tu bienestar y el de tu hijo y otros miembros de la familia pueden verse afectados, al igual que la salud. El estigma puede hacer que su hijo tenga baja autoestima, ansiedad o depresión. Pueden desarrollar problemas de sueño o abusar de sustancias. Otros niños pueden acosarlos. Los niños sin TDAH pueden enfrentarse a estos mismos problemas. Pero puede ser aún más difícil con un niño con TDAH que ya lo está pasando mal. Y los efectos del estigma pueden persistir hasta la edad adulta.
No hay una solución rápida para el estigma del TDAH. Pero mantener una actitud positiva, concienciar sobre la enfermedad y trabajar estrechamente con los profesores y los profesionales de la salud puede ayudar a tu hijo a prosperar.