Cómo los alimentos que comemos contribuyen al cambio climático

Cómo los alimentos que comemos ayudan a impulsar el cambio climático

Por Debbie Koenig

2 de junio de 2022 - La mayoría de los expertos coinciden en que uno de los principales factores del cambio climático es la producción de gases de efecto invernadero por parte de los seres humanos, que atrapan el calor en la atmósfera de la Tierra. Muchos de esos gases proceden de la quema de combustibles fósiles como el carbón, el gas natural y el petróleo, pero alrededor del 30% de las emisiones mundiales proceden del sistema alimentario mundial.

Estas son algunas de las formas en que los alimentos que consumimos contribuyen al cambio climático.

Consumo de agua

Los seres humanos llevan miles de años regando los cultivos, pero en los dos últimos siglos se ha producido un crecimiento explosivo de la tecnología de riego y de la cantidad de agua utilizada. Entre 1800 y 2000, las tierras de regadío en todo el mundo pasaron de unos 20 millones de acres a más de 615 millones de acres. Hoy en día, la agricultura representa el 72% de todo el uso de agua dulce en el mundo. Por ejemplo, se necesitan entre 3.000 y 5.000 litros de agua para producir un solo kilo de arroz, un alimento básico para el 60% de la población mundial. El bombeo y el tratamiento del agua suponen el 3% del consumo total de energía de Estados Unidos, lo que supone una gran cantidad de gases de efecto invernadero.

Impactos del envasado

Todos los productos de una sola vez y las comidas preparadas de las tiendas de comestibles facilitan la preparación del almuerzo, pero tienen un coste: Más de dos tercios de los materiales de envasado del mundo se utilizan sólo en el sector alimentario. La industria de los envases es la que más plásticos utiliza, y los plásticos se fabrican a partir de combustibles fósiles, por lo que emiten gases de efecto invernadero durante todo su ciclo de vida. Muchos plásticos acaban en los vertederos, donde tardan muchos años en descomponerse. Y cuando lo hacen, se convierten en microplásticos, que entran en la cadena alimentaria cuando los animales y los peces los consumen. Recientemente, se han encontrado microplásticos en la sangre humana por primera vez.

El desperdicio de alimentos y el medio ambiente

Un tercio de los alimentos que se crían o preparan en todo el mundo nunca se consumen. Si pensamos en la cantidad de trabajo y de gases de efecto invernadero que conlleva el cultivo, la cosecha, el transporte, el procesamiento y el envasado de los alimentos, la siguiente estadística no debería sorprendernos: El desperdicio de alimentos -incluyendo las sobras mohosas que se tiran, los productos perecederos que no se compran y los cultivos imperfectos que se dejan en el campo- representa el 8% de las emisiones mundiales de gases de efecto invernadero. Y Estados Unidos es responsable del 10% del desperdicio mundial de alimentos, aunque sólo tenemos el 5% de la población mundial.

 

Hot