Colitis ulcerosa y espondilitis anquilosante: ¿Cuál es la relación?

La colitis ulcerosa (CU) es un tipo de enfermedad intestinal inflamatoria (EII) que inflama el revestimiento del intestino. Provoca síntomas como diarrea y dolor de vientre. Algunas personas con CU también tienen problemas en otras partes del cuerpo, que se denominan complicaciones extraintestinales.

La artritis es la complicación extraintestinal más común de la EII. Si usted tiene CU, es más probable que tenga artritis, y viceversa. Hasta 1 de cada 3 personas con EII tiene también las articulaciones hinchadas y dolorosas.

La espondilitis anquilosante (EA) es un tipo de artritis poco frecuente que afecta a un 3% de las personas con EII. Provoca dolor e inflamación de las articulaciones de la columna vertebral y la pelvis. La EA también inflama otras partes del cuerpo, como los ojos, los pulmones y las válvulas del corazón.

La EA puede dañar las articulaciones si no se controla. Por eso, si vives con la CU, estate atento a los síntomas articulares y comunícalos a tu médico de inmediato. Empezar el tratamiento rápidamente puede proteger tanto tus articulaciones como tu tracto gastrointestinal.

Qué es la espondilitis anquilosante?

La espondilitis anquilosante se presenta en dos tipos: Axial y periférica. La espondiloartritis axial es más frecuente. Afecta a la columna vertebral y a las articulaciones sacroilíacas que conectan la parte inferior de la columna con la pelvis.

Los síntomas incluyen dolor en la parte baja de la espalda, las caderas y el cuello. Sin tratamiento, la EA hace que la columna vertebral sea menos flexible y más difícil de mover.

La espondiloartritis periférica provoca la inflamación de las articulaciones fuera de la columna vertebral. Puede afectar a las articulaciones de las manos, muñecas, codos, hombros, rodillas, tobillos y pies.

Los médicos no saben exactamente qué causa la EA, pero sospechan que los genes están implicados. Las personas que heredan un gen denominado HLA-B27 tienen un riesgo mucho mayor de padecer este tipo de artritis.

Cuál es la relación entre la CU y la EA?

Tanto la CU como la EA son enfermedades inflamatorias. La CU inflama el intestino, mientras que la EA inflama la columna vertebral.

Una respuesta inmunitaria defectuosa desencadena la inflamación en ambas enfermedades. Los cambios genéticos podrían estar detrás del fallo inmunitario. Las personas con EII suelen tener familiares con EA. Los científicos han descubierto algunos genes que podrían desencadenar ambas enfermedades, como el HLA-B27. Pero el hecho de tener el gen HLA no significa que se vaya a padecer EA.

También existe un fuerte vínculo entre el intestino y las articulaciones. Los científicos han descubierto que las bacterias y las células inmunitarias del intestino pueden viajar a las articulaciones y causar inflamación allí.

Cómo puedo saber si tengo EA?

Los síntomas de la espondilitis anquilosante incluyen dolor y rigidez en la parte baja de la espalda, el cuello y las caderas. Dado que el dolor lumbar es tan común, puede ser difícil saber si la espalda duele por la EA o por otro motivo.

Una forma de diferenciar la EA de otras causas de dolor de espalda es que la EA provoca rigidez por la mañana temprano. Puede que te duela más la espalda al levantarte, pero el dolor debería mejorar en cuanto empieces a moverte. A menudo, en la EA el dolor es peor cuando te acuestas y mejora con el ejercicio. La espondilitis anquilosada también causa dolor en la planta de los pies o en los talones.

A veces el dolor articular comienza poco después del diagnóstico de colitis ulcerosa. Los síntomas de la artritis pueden empezar incluso antes que los síntomas gastrointestinales. Pero algunas personas conviven con la CU durante muchos años antes de tener síntomas de EA.

Si tiene dolor articular o rigidez en la espalda u otras partes del cuerpo, es importante que acuda a un reumatólogo o a su médico especialista en CU para que le haga un diagnóstico. Empezar un tratamiento rápidamente puede ayudar a evitar que la EA dañe tus articulaciones.

Medicamentos que tratan la colitis ulcerosa y la espondilitis anquilosante

Muchos de los tratamientos para la CU y la EA actúan reduciendo la inflamación en su cuerpo. Algunos de los mismos medicamentos sirven para ambas enfermedades.

Los inhibidores del TNF son fármacos modificadores de la enfermedad que frenan la CU y la EA y previenen las complicaciones. Estos fármacos se dirigen a una proteína llamada factor de necrosis tumoral que produce el sistema inmunitario. Los inhibidores del TNF se administran en forma de inyección bajo la piel o por vía intravenosa.

Algunos inhibidores del TNF tratan tanto la EA como la CU:

  • Adalimumab (Humira)

  • Infliximab (Remicade)

  • Golimumab (Simponi)

Estos medicamentos reducen la inflamación en las articulaciones y promueven la curación en los intestinos.

Otro fármaco modificador de la enfermedad, el metotrexato (Rheumatrex, Trexall), también ayuda con el dolor articular vinculado a la EII.

Los esteroides y los aminosalicilatos son tratamientos de la CU que también pueden ayudar con la artritis. Como estos medicamentos reducen la inflamación en el colon, también alivian el dolor periférico de la artritis. Pero no suelen ayudar con la artritis axial, y pueden tardar meses en empezar a funcionar.

Medicamentos que debe evitar si tiene CU

Unos cuantos medicamentos que ayudan a la EA pueden ser arriesgados para las personas con CU. Etanercept (Enbrel) es un inhibidor del TNF que trata la EA pero no ayuda con la CU. Es aconsejable evitar el Enbrel porque existe la posibilidad de que provoque más brotes de EII.

Los antiinflamatorios no esteroideos (AINE), como el ibuprofeno y el naproxeno, son una parte importante del tratamiento de la EA. Los AINE reducen la inflamación de las articulaciones. Pero no se recomiendan para las personas con colitis ulcerosa porque irritan el revestimiento de los intestinos, lo que podría desencadenar brotes de CU y empeorar los síntomas.

Otras formas de controlar los síntomas de la EA

Algunos tratamientos no farmacológicos son seguros tanto para la CU como para la EA.

Ejercicio. Un paseo diario u otra forma de ejercicio ayuda a aliviar el dolor y a mejorar la flexibilidad. El ejercicio también es bueno para la salud del tracto gastrointestinal y para aliviar el estrés de vivir con una enfermedad crónica.

Técnicas de relajación. La respiración profunda, la meditación y el yoga son otras formas eficaces de aliviar el estrés.

Fisioterapia. Los ejercicios de estiramiento y de amplitud de movimiento ayudan a mantener la movilidad de las articulaciones de la columna vertebral y a prevenir la rigidez.

Calor. Una compresa caliente o una almohadilla térmica alivian el dolor de vientre o de las articulaciones.

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