Trastornos del sueño relacionados con las drogas y el alcohol

Problemas de sueño relacionados con las drogas y el alcohol

Los problemas de sueño se han asociado al uso de medicamentos, al abuso de drogas y a la abstinencia de las mismas. Los trastornos del sueño también se han relacionado con el consumo de alcohol y con el alcoholismo.

Las drogas y el sueño

Muchos fármacos, con o sin receta, pueden causar problemas de sueño. La gravedad de los problemas de sueño causados por un fármaco variará de una persona a otra.

Los medicamentos recetados que pueden causar problemas de sueño incluyen:

  • Medicamentos para la presión arterial alta como los betabloqueantes

  • Hormonas como los anticonceptivos orales

  • Esteroides, incluida la prednisona

  • Medicamentos respiratorios inhalados

  • Píldoras dietéticas

  • Medicamentos para las convulsiones

  • Medicamentos estimulantes para el trastorno por déficit de atención e hiperactividad

  • Algunos antidepresivos

Los siguientes medicamentos sin receta pueden causar problemas de sueño:

  • Pseudoefedrina, incluida la marca Sudafed

  • Medicamentos con cafeína. Entre ellos están las marcas Anacin, Excedrin y No-Doz, así como muchos medicamentos para la tos y el resfriado.

  • Drogas ilegales como la cocaína, las anfetaminas y las metanfetaminas.

  • La nicotina, que puede alterar el sueño y reducir el tiempo total de sueño. Los fumadores declaran más somnolencia diurna y accidentes leves que los no fumadores, especialmente en los grupos de edad más jóvenes.

El alcohol y el sueño

A menudo se piensa en el alcohol como una droga sedante o calmante. Aunque el alcohol puede inducir el sueño, la calidad del mismo suele ser fragmentada durante la segunda mitad del periodo de sueño. El alcohol aumenta el número de veces que te despiertas en la última mitad de la noche, cuando el efecto relajante del alcohol desaparece. Impide obtener el sueño profundo y el sueño REM que necesitas, porque el alcohol te mantiene en las fases más ligeras del sueño.

Con el consumo continuado justo antes de acostarse, el efecto inductor del sueño del alcohol puede disminuir mientras sus efectos perturbadores continúan o aumentan. La alteración del sueño resultante del consumo de alcohol puede provocar fatiga y somnolencia durante el día. Los ancianos corren un riesgo especial de padecer trastornos del sueño relacionados con el alcohol, ya que alcanzan niveles más altos de alcohol en la sangre y el cerebro que los adultos más jóvenes tras consumir una dosis equivalente. El consumo de alcohol a la hora de dormir entre los adultos mayores puede provocar inestabilidad si se intenta caminar durante la noche, con un mayor riesgo de caídas y lesiones.

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