El mejor amigo de su hijo ha desarrollado un sarpullido. Tres compañeros de clase han sido enviados a casa con gripe. Parece que en todos los sitios a los que lleva a su hijo, la gente tose y estornuda. ¿Cuándo debe preocuparse? ¿Qué puede hacer?
Esta guía sobre las enfermedades más comunes en los niños le explica cuáles son contagiosas y cuáles no. También ofrece consejos para mantener a tu hijo sano o para que se recupere.
Resfriado y gripe: Contagio
No es de extrañar que se llame resfriado común: el niño medio de preescolar y primaria sufre entre seis y diez resfriados al año. Los síntomas del resfriado -que incluyen dolor de garganta, secreción nasal, tos, estornudos y fatiga- pueden durar entre unos días y dos semanas.
Cómo se contagia.
Los virus del resfriado llegan a los niños a través de las gotitas en el aire cuando una persona enferma tose o estornuda. Los niños también se contagian del resfriado a través del contacto directo con amigos que olfatean o al tocar superficies con gérmenes -como juguetes o pupitres de clase- y luego tocarse la cara, especialmente la boca o los ojos.
Prevención.
Vacunar a tu hijo anualmente contra la gripe es la mejor manera de prevenirla. También puedes reducir su riesgo de resfriado o gripe enseñándoles a lavarse las manos con frecuencia con agua tibia y jabón. Los niños también deben aprender a evitar el contacto cercano y compartir alimentos y utensilios con otras personas. También deben evitar llevarse las manos y otros elementos no alimentarios a la boca.
Tratamiento.
Aunque no hay cura para el resfriado, puedes hacer que tu hijo esté más cómodo cuando lo tenga. Dale paracetamol para el dolor y mucho líquido. Las gárgaras de agua salada pueden aliviar el dolor de garganta y el vapor ayuda a eliminar la congestión. Si los síntomas del resfriado van acompañados de fiebre alta, fuertes dolores musculares y agotamiento, es posible que su hijo tenga gripe. Hable con su médico sobre otras formas de aliviar los síntomas.
Enfermedad de manos, pies y boca: Contagio
La enfermedad de manos, pies y boca es una enfermedad viral común que afecta con mayor frecuencia a los bebés y a los niños menores de 5 años. Los síntomas incluyen fiebre, llagas en la boca y erupción cutánea.
Cómo se contagia.
Los virus que causan la enfermedad de manos, pies y boca se transmiten en la saliva, la mucosidad nasal, la materia fecal y el líquido de las ampollas bucales de las personas infectadas. Su hijo también puede contagiarse al tocar cualquier cosa que haya tocado una persona que la tenga.
Prevención.
Lavarse las manos con frecuencia ayuda a prevenir el contagio de la enfermedad de manos, pies y boca. Su hijo también debe evitar el contacto cercano o compartir alimentos o utensilios con otros niños. Si un niño infectado ha estado en su casa, lave los juguetes y las superficies del hogar que puedan albergar los gérmenes. A continuación, desinféctelos, utilizando 1 cucharada de lejía por cada 4 tazas de agua.
Tratamiento.
No existe un tratamiento específico para la enfermedad de manos, pies y boca. Como está causada por un virus, no es necesario tomar antibióticos. Pero hay cosas que puedes hacer para ayudar a aliviar los síntomas de tu hijo. Dale paracetamol para el dolor y la fiebre. El médico puede recomendar el uso de colutorios y sprays analgésicos para adormecer las dolorosas llagas de la boca. Y asegúrate de que tu hijo tome suficientes líquidos para que no se deshidrate. Si no estás seguro de la cantidad que necesita, o si te preocupa alguno de sus síntomas, llama al médico.
La conjuntivitis: Contagiosa
La conjuntivitis es una irritación del ojo y del revestimiento del párpado. Los síntomas pueden incluir picor, ardor, enrojecimiento, aumento del lagrimeo o secreción, sensibilidad a la luz y formación de costras en los párpados o las pestañas.
Cómo se contagia.
Los virus, las bacterias, los alérgenos o los irritantes pueden causar la conjuntivitis. Cuando la causa es un virus o una bacteria, los niños pueden contagiarse fácilmente al tocar una superficie contaminada y luego tocarse los ojos.
Prevención.
Para proteger a tus hijos y a ti mismo, lávate las manos frecuentemente con agua tibia y jabón. Cuando no disponga de agua y jabón, utilice un desinfectante de manos a base de alcohol. No permita que los niños compartan toallas, almohadas, paños u otros objetos con alguien infectado. Si usted u otra persona de su casa tiene conjuntivitis, lave las fundas de almohada, las sábanas, las toallas y los paños con agua caliente y detergente para evitar el contagio.
Tratamiento.
La conjuntivitis leve suele mejorar por sí sola. Las lágrimas artificiales y las compresas frías pueden ayudar a aliviar la sequedad y la inflamación. Si tu hijo tiene dolor de ojos, fiebre, problemas de visión, dolor de cabeza o enrojecimiento intenso, o no mejora en un par de días, llama a su médico. Es posible que necesite medicación con receta.
Gripe estomacal: Contagiosa
"La gripe estomacal" no es en realidad la gripe (influenza) sino la gastroenteritis, un malestar estomacal generalmente causado por un virus. Los síntomas pueden incluir dolor abdominal, calambres, diarrea, fiebre y vómitos. También pueden incluir una erupción. Suelen mejorar en pocos días.
Cómo se contagia.
Su hijo puede contraer la gastroenteritis a través del contacto cercano con alguien que la tiene o al comer alimentos que han sido preparados o tocados por alguien que la tiene.
Prevención
. Intente mantener a su hijo alejado de las personas que tienen la gripe estomacal. Enséñele a lavarse las manos con frecuencia, sobre todo antes de comer y después de ir al baño. Enseñe a su hijo a evitar compartir alimentos y utensilios con otros niños. Enséñele a no meterse los dedos en la boca.
Tratamiento.
No existe un tratamiento específico para la gripe estomacal. Dé a su hijo paletas y líquidos claros adicionales para asegurarse de que se mantiene bien hidratado. También debe descansar. Evite los alimentos picantes y los fritos. Dale pequeñas cantidades de alimentos suaves como gelatina, tostadas, galletas, arroz o plátanos al principio. Incluso puedes considerar la posibilidad de añadir un probiótico para aumentar las bacterias sanas y normales de su intestino. A continuación, vuelve a su dieta habitual, pero dale de comer pequeñas cantidades con frecuencia. Si crees que tu hijo no bebe lo suficiente o no orina lo suficiente (un niño de un año o más necesita orinar al menos una vez cada cuatro horas), llama a tu médico. Si tu pequeño tiene menos de un año y tiene vómitos o diarrea, consulta a tu médico.
Quinta Enfermedad ("Cachetada"): Contagio
Esta enfermedad vírica suele afectar a los niños en edad escolar, sobre todo en invierno y primavera. Suele comenzar con fiebre baja, dolor de cabeza y congestión o secreción nasal. Pero el síntoma principal es una erupción de color rojo intenso que comienza en las mejillas -dando la apariencia de mejillas abofeteadas- y puede progresar hacia el tronco, los brazos y las piernas.
Cómo se propaga.
El parvovirus B19, causante de la quinta enfermedad, se contagia a través de la saliva, el esputo y la mucosidad nasal.
Prevención.
La quinta enfermedad es más contagiosa en la fase de "nariz tapada", antes de que comience la erupción, por lo que es difícil de prevenir. La mejor defensa de su hijo es evitar el contacto con niños que tosen y estornudan. Lavarse las manos con frecuencia, especialmente antes de tocarse los ojos, la nariz o la boca, también ayuda.
Tratamiento.
La quinta enfermedad suele ser leve y no requiere más tratamiento que el reposo. Si es necesario, el paracetamol o los medicamentos contra el picor pueden ayudar a aliviar los síntomas. Sin embargo, el parvovirus B19 puede causar complicaciones graves en personas con un sistema inmunitario debilitado o anemia crónica, o en mujeres embarazadas. Entonces es importante acudir al médico.
Eczema: No es contagioso
El eczema, o "dermatitis atópica", afecta a uno de cada 10 bebés y niños. Los síntomas pueden empezar antes de que el niño cumpla un año y casi siempre a los 5 años. El eczema comienza como una erupción que pica en la cara, los codos o las rodillas y que puede extenderse a otras zonas, como el cuero cabelludo y detrás de las orejas. La erupción puede mejorar e incluso desaparecer a veces, pero vuelve a aparecer.
Causa.
Se cree que los genes y los factores ambientales -como los alimentos, el polen, el polvo o la caspa de los animales- son la causa del eczema. Los niños con eczema tienen un mayor riesgo de padecer alergias y asma.
Prevención.
No puedes evitar que tu hijo tenga un eczema, pero puedes ayudar a prevenir su aparición. La sequedad de la piel es un factor desencadenante, así que hidrata la piel de tu hijo con frecuencia, sobre todo después del baño. Haz que lleve ropa suave en tejidos que "respiren", como el algodón. Evita los jabones o lociones perfumadas, así como los baños de burbujas, porque pueden irritar la piel. Tampoco abuses del jabón porque puede resecar la piel. Los baños de avena pueden ayudar a prevenir los brotes. Reconozca los signos de infección de la piel y trátelos a tiempo.
Tratamiento.
Los baños fríos pueden ayudar a aliviar el picor. El médico de su hijo puede tener otros consejos y prescribir un tratamiento, si es necesario. Éste puede incluir cremas o pomadas con corticoides, medicamentos tópicos, preparados de alquitrán, antihistamínicos para aliviar el picor y antibióticos orales o tópicos para las infecciones que pueden acompañar a los brotes.
Infección de oído: No es contagiosa
La mayoría de los niños tienen al menos una infección del oído medio a los 2 años. Los resfriados o las alergias pueden hacer que crezcan bacterias en el oído medio del niño, bloqueando las trompas de Eustaquio, que conectan el oído medio con la garganta. Esto puede causar dolor, fiebre y, a veces, dificultad para oír.
Causa.
Aunque los niños no pueden contagiarse de las infecciones de oído de otros niños, sí pueden contagiarse de los resfriados, que hacen más probables las infecciones de oído.
Prevención.
Para reducir el riesgo de infecciones de oído, ayude a su hijo a mantener una distancia saludable de las personas enfermas y lávese las manos con frecuencia. Evita exponerles al humo del tabaco, que puede aumentar el riesgo de infección de oído. Y no dejes que tomen biberones mientras están acostados.
Tratamiento.
Si tu hijo tiene dolor y fiebre por una infección de oído, dale paracetamol para que esté cómodo y acude al médico. Es posible que necesite antibióticos, aunque muchas infecciones de oído desaparecen por sí solas en niños mayores de 2 años. La mayoría de los síntomas de las infecciones de oído desaparecen en pocos días después de empezar a tomar antibióticos.