El cabello puede ser largo y ondulado, corto y liso, encrespado e ingobernable, o liso y brillante. El pelo tiene muchas longitudes, estilos, colores y texturas diferentes. Sin embargo, casi todo el mundo -independientemente del tipo de cabello que tenga- es presa de al menos un problema capilar en algún momento de su vida.
Este artículo cubre algunos de los dilemas capilares más comunes, desde la caída del cabello hasta el pelo graso.
Cabello gris
Algunas personas consideran que las canas son algo que les hace parecer distinguidos; para otras, es un recordatorio de que se están haciendo mayores. Sea cual sea tu opinión, las canas o el pelo blanco son prácticamente inevitables con la edad (si tienes la suerte de seguir teniendo pelo en tus últimos años).
Los científicos se han esforzado mucho en investigar la causa de las canas y creen haber llegado a la raíz del problema. El cabello adquiere su color a partir de un pigmento llamado melanina, que es producido por las células de los melanocitos en los folículos pilosos. Los investigadores han descubierto que los melanocitos sufren daños acumulativos a lo largo de los años, lo que acaba por dejarlos incapaces de producir melanina. Los estudios han citado los daños en el ADN y la acumulación de peróxido de hidrógeno en los folículos como posibles causas de esta interrupción de la producción de melanina. Sin melanina, el nuevo cabello que crece no tiene pigmento, lo que hace que parezca gris, blanco o plateado.
Algunas personas empiezan a encanecer de jóvenes, ya en la adolescencia. El momento en que comienzan las canas suele estar determinado por los genes, de modo que si tu madre o tu padre han encanecido pronto, tú también puedes hacerlo. Si eres una de esas personas a las que no les parecen distinguidas las canas, puedes cubrirlas fácilmente con uno de los muchos tintes disponibles.
Pérdida de cabello
Normalmente, el cabello pasa por un ciclo de crecimiento regular. Durante la fase anágena, que dura de dos a seis años o más, el pelo crece. Durante la fase telógena, que dura unos tres meses, el pelo descansa. Al final de la fase telógena, el pelo se cae y es sustituido por otro nuevo.
Una persona media pierde unos 100 cabellos al día. La caída del cabello también puede tener otras causas, como los medicamentos o las enfermedades.
A medida que envejecen, los hombres tienden a perder el pelo de la parte superior de la cabeza, lo que acaba dejando un anillo de pelo en forma de herradura alrededor de los lados. Este tipo de pérdida de cabello se denomina calvicie de patrón masculino. Está causada por los genes (de ambos padres; la idea de que los hombres se parecen al padre de su madre es un mito) y está alimentada por la hormona masculina, la testosterona. En la calvicie de patrón femenino, la pérdida de cabello es diferente: se adelgaza en toda la parte superior del cuero cabelludo, dejando intacto el cabello de la parte delantera.
Hay una serie de trastornos que pueden provocar la caída del cabello. Las personas que padecen una enfermedad autoinmune llamada alopecia areata pierden pelo en el cuero cabelludo, así como en otras partes del cuerpo. Otras condiciones de salud que pueden causar la pérdida excesiva de cabello son:
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Medicamentos como antidepresivos, retinoides, AINE, anticoagulantes, píldoras anticonceptivas y otros tratamientos hormonales, medicamentos para la hipertensión, quimioterapia y radioterapia
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Infecciones graves
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Cirugía mayor
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Tiroides hiperactiva o hipoactiva
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Otros problemas hormonales
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Estrés severo
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Enfermedades autoinmunes, como el lupus
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Infecciones por hongos en el cuero cabelludo
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Embarazo y parto
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Exposición a sustancias químicas como el talio, el boro y el arsénico
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Anemia por deficiencia de hierro
Ciertas prácticas de cuidado del cabello, como el uso de colas de caballo o tejidos apretados, o la decoloración o la permanente del cabello con regularidad, también pueden conducir a la pérdida del cabello. Algunas personas se arrancan el pelo de forma compulsiva. Este trastorno psicológico se denomina tricotilomanía. Conozca más sobre las causas de la caída del cabello y la verdad detrás de los mitos más comunes sobre la caída del cabello.
Cuando la caída del cabello está relacionada con una medicación, la interrupción del fármaco suele evitar que se siga cayendo el cabello, que acabará volviendo a crecer. El pelo también suele volver a crecer después de la mayoría de las enfermedades, la radioterapia o la quimioterapia. Llevar una peluca o un sombrero puede ocultar la caída del cabello hasta que éste vuelva a crecer. Los trasplantes capilares son una solución más permanente para el reemplazo del cabello.
El cabello perdido por la calvicie de patrón masculino y femenino no vuelve a crecer por sí solo, pero hay medicamentos que pueden ayudar a frenar la caída del cabello e incluso a hacerlo crecer de nuevo. El minoxidil (Rogaine) es un medicamento tópico de venta libre para tratar a hombres y mujeres. La finasterida (Propecia) es una píldora que sólo está disponible para los hombres con receta médica. La cortisona inyectable también puede ayudar a que vuelva a crecer el pelo perdido por ciertas afecciones.
Otros tratamientos para la caída del cabello son las inyecciones de plasma rico en plaquetas, los dispositivos de luz de baja intensidad (de uso doméstico), la terapia hormonal sustitutiva (para pacientes perimenopáusicas) y los neutracéuticos (píldoras o líquidos tomados por vía oral, como las vitaminas prenatales).
Daños en el cabello
El secado con secador, el alisado, las mechas y la permanente con regularidad pueden causar estragos en el cabello, dejándolo quebradizo, roto e inmanejable. Las puntas abiertas y el cabello seco son sólo dos víctimas del exceso de peinado.
El exceso de peinado y de calor puede provocar la aparición de puntas abiertas, que se producen cuando la capa protectora más externa del cabello (la cutícula) se daña y se desprende. Algunos tratamientos para las puntas abiertas son:
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Cepilla suavemente con un cepillo suave y flexible; no lo hagas en exceso.
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Evita el secado con toalla. Si te secas el pelo con una toalla, frótalo suavemente.
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Utiliza un acondicionador, y deja un acondicionador profundo aproximadamente una vez a la semana.
El cabello necesita hidratación y una cierta cantidad de aceite para mantener su aspecto saludable. Hay una serie de cosas que pueden resecar el cabello, entre ellas:
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Lavarlo con demasiada frecuencia
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Utilizar un champú fuerte
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Secado excesivo o uso de rizador o plancha
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Exposición al sol, al viento y al aire seco
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Las permanentes y los tintes
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Mala alimentación
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Ciertos medicamentos
Para mantener la hidratación del cabello, prueba estos consejos:
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No te laves el pelo todos los días, a menos que tengas una afección en el cuero cabelludo, como la caspa, que necesita un champú diario para su control. Cuando te laves el pelo, utiliza un champú suave que esté diseñado para infundir humedad al cabello seco. Además, utiliza un acondicionador a diario.
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Limita el secado y el uso de planchas calientes, rulos o rizadores.
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Aumenta el tiempo entre los tratamientos capilares, como los tintes y las permanentes.
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Lleva un gorro en los días fríos y ventosos y ponte un gorro de baño cuando nades.
Cabello graso
El cuero cabelludo contiene un aceite natural llamado sebo, que ayuda a mantener la piel lubricada. El sebo es producido por las glándulas sebáceas. A veces estas glándulas trabajan en exceso y producen demasiada grasa, lo que provoca un cuero cabelludo graso. El cabello graso puede tener un aspecto apagado, sin fuerza y sin vida, y puede ser más difícil de manejar. Para tratar el cabello graso, prueba a lavarlo con un champú suave que esté especialmente formulado para controlar el sebo.