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A Jovi Craig parece dolerle todo. Cuando hace poco le hicieron una biopsia de cuello de útero, un procedimiento relativamente menor que se realiza en la consulta, dice que "lloraba literalmente y se agarraba a la mesa por el dolor", a pesar de tomar los analgésicos que le había recetado su médico.
Sus amigos a veces se burlan de la sensibilidad al dolor de Craig, e incluso algunos médicos a los que ha acudido se han mostrado despectivos. Pero esta directora de comunicación de 33 años de Newark, California, no es un pelele; algunas personas sienten realmente más dolor que otras.
Las mujeres y el dolor
Su género puede ser la clave. Un estudio realizado en 2002 mostró una diferencia en los umbrales de dolor de las mujeres y los hombres?
Según uno de los investigadores de ese estudio, el doctor William Maixner, director del Centro de Trastornos Neurosensoriales de la Universidad de Carolina del Norte, cuando el cuerpo se lesiona, libera una avalancha de sustancias analgésicas, sobre todo betaendorfinas, un opioide natural.
Pero el cuerpo de muchas mujeres libera menos endorfinas beta que el de los hombres, dice Maixner. Una menor cantidad de analgésicos naturales puede traducirse en más dolor para las mujeres por la misma lesión, aunque, curiosamente, el umbral de dolor de las mujeres es mayor cuando dan a luz.
Esta diferencia puede haber evolucionado, especula Maixner, porque las endorfinas beta embotan los cinco sentidos. Si su teoría es correcta, podría explicar los estudios que demuestran que las mujeres son más propensas a desarrollar afecciones como las migrañas y a sufrir más intensamente después de una operación. Las diferencias individuales parecen deberse a variaciones genéticas, dice Maixner.
Además, los umbrales del dolor fluctúan. El estrés y el dolor van de la mano, y los investigadores han descubierto que los acontecimientos vitales, como la muerte de un amigo o familiar cercano o la pérdida del trabajo, pueden aumentar la sensibilidad al dolor. Por otra parte, una mayor sensibilidad a los golpes diarios de la vida puede hacer que te estreses más, e incluso que tengas la piel más fina.
Craig está aprendiendo a lidiar con su bajo umbral de dolor siendo sincera con sus médicos, practicando la respiración profunda y escuchando cintas de meditación cuando se somete a un procedimiento. Pero le gustaría que los demás se dieran cuenta de que no está exagerando. Dice: "Si pudiera controlarlo, créeme, lo haría".
Ayúdate a ti mismo
Si tienes un umbral de dolor bajo, prueba estas estrategias para reducir la carga que te supone, dice Maixner:
Habla claro.
Informa a tu médico o a otros profesionales de la medicina con antelación de que eres muy sensible al dolor, para que puedan tomar medidas adicionales durante los procedimientos y proporcionar el alivio adecuado después.
Relájate.
La respiración profunda puede reducir la producción de epinefrina, una sustancia química que aumenta la sensibilidad al dolor. Prueba la táctica de Jovi Craig de escuchar música relajante antes, durante y después de los procedimientos para mantener la calma.
Entrena.
La terapia cognitivo-conductual puede ayudarle a aprender habilidades de afrontamiento.
