Amy Brenneman, de 'Private Practice', hace un balance saludable

De los archivos del doctor

La actriz Amy Brenneman, de la serie Private Practice de la cadena ABC, está en plena forma. Por fin ha aprendido "a ser más amable conmigo misma" después de que un reciente susto de salud la obligara a ponerse en primer lugar.

Brenneman se esfuerza por hacer malabarismos con un programa de televisión de gran éxito y por criar a sus dos hijos (Charlotte, de 10 años, y Bodhi, de 6) con su marido, el guionista y director de cine Brad Silberling, que lleva 16 años con ella, para que todo encaje en las 24 horas del día. Y para mantenerse cuerda -y físicamente sana- mientras lo hace.

"Tengo suerte porque tengo ayuda", admite Brenneman, de 47 años. "Creo que para los padres que trabajan, un gran secreto sucio del que nadie quiere hablar es encontrar una guardería de confianza. Pero a menos que puedas entregar a tus preciosos hijos de forma segura, no puedes encontrar tiempo [para el trabajo y otras actividades] ni tener la conciencia tranquila."

En un esfuerzo por cuidarse mejor, Brenneman trabaja con una nutricionista, Ashley Koff, RD de Los Ángeles, que hizo pequeños pero importantes cambios en la dieta de la estrella. Evita los alimentos crudos, las semillas y los frutos secos, y trata de mantenerse bien hidratada.

Brenneman también hace del ejercicio una prioridad, pero no una obsesión. "Siempre he estado en forma. Tengo suerte... Tengo un reloj interno y sé cuándo debo mover mi cuerpo. Y tengo un entrenador maravilloso. Entré en un local de Pilates [el año pasado] y me hizo trabajar. Además, una de las grandes liberaciones para mí es salir a correr".

La colitis ulcerosa de Amy Brennerman

Estar pendiente de tantas cosas -programas de producción, compromisos con los niños, alfombras rojas- pasa factura. Durante años, Brenneman sufrió brotes de colitis ulcerosa, una enfermedad del colon en la que se producen inflamaciones y úlceras en el revestimiento intestinal. Su salud obligó a la ex alumna de "Judging Amy" y "NYPD Blue" a reevaluar lo delgada que podía ser, metafórica y literalmente.

"Perdí una cantidad aterradora de peso mientras hacía todo lo posible para evitar la cirugía", dice Brenneman, refiriéndose al curso del tratamiento recomendado por sus médicos. "Normalmente peso 130 libras, pero bajé a 105. No está bien". Se sometió a dos operaciones en 2010. ¿El resultado? Estoy muy, muy bien. Me siento muy bien. Y estoy muy agradecida", dice.

La ventaja inesperada: "Ahora no me esfuerzo tanto", explica, aunque "a veces vuelvo loca a la gente que me rodea. Programo las cosas con una o dos semanas de antelación. Luego, a medida que se acerca el día -y si no se trata de sacar a la gente-, si no me apetece, no voy".

"Intento estar en contacto con mi intuición en cuanto a cómo debería ser mi día -hay muchas cosas que no controlamos-. Pero no me avergüenzo de ello... Intento tener compasión por mí misma".

Brennerman: No es una mamá tigre

También aplica esta nueva filosofía a la crianza de los hijos. Por ejemplo, si su hijo no está dispuesto a ir al entrenamiento de béisbol, Brenneman no le obliga a ir.

"Hablaba con otras madres", dice sobre sus prácticas, "que decían: 'Es importante que cumpla un compromiso'. Y yo pensaba: 'Caramba, tiene 5 años'. Así que le dije: No me importa si haces T-ball. No importa en absoluto".

Cuando se trata del enfoque de la "mamá tigre" de presionar y programar en exceso a los niños, Brenneman dice: "Simplemente no me gusta. Le dije a Bodhi: "Hay ciertas cosas que tenemos que hacer. Tenemos que ir a la escuela. Tenemos que ser amables con los demás. Lo que no vamos a hacer es obligarte a ir [a los entrenamientos]. Así que tómate un minuto para decidir". Y lo hizo. Luego fue y lo disfrutó de verdad. Me quité la presión de encima... y decidí hacer eso en mi propia vida".

Como actriz de carrera que ahora está más cerca de los 50 que de los 40 y que no aterrizó en Hollywood hasta la mitad de sus 20 años, Brenneman adopta un enfoque notablemente medido del envejecimiento.

"Tengo el mejor marido del mundo. No estoy saliendo con nadie. Y mi marido no ve con buenos ojos a los hombres y mujeres... que se han operado demasiado. Él me hace sentir hermosa".

Brenneman vuelve a reír, algo que hace con facilidad y frecuencia. Con su vida en equilibrio, su salud mejor que en años y otra serie de éxito en sus manos, ¿qué no tiene para sonreír?

3 cosas que hacen sonreír a Amy Brennerman

Amy Brennerman tiene muchas cosas por las que está agradecida, pero aquí hay tres cosas que realmente la hacen iluminar:

1. "¡Sergio, mi maquillador!" (Sergio está maquillando la cara de Brenneman durante su entrevista con el médico antes de llegar al set de Private Practice para hacer una escena). "¡Me hace tan feliz!"

2. "Las carcajadas de mis hijos... ¡no tienen precio!".

3. "Los blooper reels", añade el actor, de forma bastante inesperada. "El otro día estuve viendo los blooper reels de Private Practice y me partieron de risa. Me encanta cuando la gente que se supone que lo tiene todo controlado mete la pata".

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