El ejercicio es bueno para el corazón, los huesos y los músculos, el peso y el sueño. Mantenerse en forma puede incluso ayudarle a vivir una vida más larga y saludable.
Obtendrás más beneficios del ejercicio si lo conviertes en un hábito regular en lugar de una actividad intensa de vez en cuando. Incluso las pequeñas cantidades pueden ser beneficiosas para el cuerpo: Sólo 10 minutos de actividad aeróbica al día pueden reducir el riesgo de padecer enfermedades cardíacas.
Si hace tiempo que no haces ejercicio, no intentes hacer demasiado de una vez. Te arriesgas a sufrir dolores o daños musculares, o incluso una fractura por estrés. Eso podría impedirle volver a hacer ejercicio. En su lugar, empieza poco a poco. Aumenta la duración y la intensidad del ejercicio con el tiempo.
¿Cómo puedes motivarte para convertir el ejercicio en una parte más de tu rutina habitual? Aquí tienes algunos trucos para convertir el ejercicio en un hábito saludable:
Encuentra algo divertido
Elige ejercicios que te gusten y te resulten cómodos. Es más probable que saques tiempo de tu día para un entrenamiento, actividad o clase si lo disfrutas. Si la música te anima, prueba una clase de Zumba o de ejercicios acuáticos. Si te gusta el aire fresco y los árboles, planifica paseos en bicicleta por el parque. Si eres competitivo, apúntate a una liga local de golf o tenis.
Consejos: Escoge ejercicios que te hagan ilusión, no algo que tengas que hacer a la fuerza sólo porque es bueno para ti. Las actividades agradables tienen más probabilidades de convertirse en hábitos:
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Piensa en cómo y dónde te gusta hacer ejercicio: en el interior o al aire libre, solo o en grupo, en un gimnasio o en casa.
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No tienes por qué hacer la última moda de fitness que has leído en las redes sociales si no es adecuada para ti. Si te conviene caminar en una cinta mientras escuchas un podcast, ¡es genial!
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Haz actividades variadas para no caer en la rutina y dejarlo del todo.
Haz que sea conveniente
El ejercicio se convertirá en un hábito cuando se adapte a su horario habitual. Si tiendes a levantarte temprano, planea hacer ejercicio por las mañanas antes de ducharte. Si sueles ver la televisión a primera hora de la tarde, ten cerca unas pesas de mano para poder hacer algunas repeticiones mientras te pones al día con tu programa favorito.
Consejos: Combina tu entrenamiento con cosas que ya forman parte de tu vida diaria:
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Da paseos enérgicos con tu perro.
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Baila al ritmo de la música pop mientras aspiras la casa.
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Sube unos cuantos tramos de escaleras en lugar de coger el ascensor.
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Tienes un poco de tiempo extra? Camina hasta el mercado o el centro comercial en lugar de ir en coche.
Anótelo en su calendario
Programe los entrenamientos igual que hace con otras citas. Si planeas hacer una caminata matutina o una clase de ejercicios en el agua tres veces a la semana, pon esa hora en tu agenda y hazle saber a la gente que estás reservado.
Consejos: Establezca en su calendario citas periódicas para hacer ejercicio:
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Busca un compañero de entrenamiento para que sea más probable que aparezcas y hagas ejercicio.
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Cree una cita recurrente en su teléfono móvil o en su ordenador para que siempre esté bloqueado como tiempo cuando esté ocupado.
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Establece recordatorios o alertas que aparezcan en la pantalla de tu teléfono antes de tus entrenamientos.
Establecer objetivos realistas
No puedes formar hábitos de la noche a la mañana. Es un viaje. Establece objetivos realistas para los ejercicios y es más probable que los mantengas y los conviertas en un hábito.
Consejos: Crea recompensas que te ayuden a mantener una rutina de ejercicios a largo plazo:
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Planea hacer cinco caminatas de 10 minutos cada semana.
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Escribe tu plan e incluye una recompensa para cuando cumplas tu objetivo.
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Una vez que alcances ese objetivo, prémiate. Reserva un masaje. Descarga un nuevo audiolibro. Planea un picnic en el parque.
Manténgase flexible
A veces, tu horario cambia. Consigues un nuevo trabajo. Tienes una lesión. Te mudas a una nueva casa que está lejos de tu antiguo gimnasio. Esto puede alterar tu rutina de entrenamiento. No te rindas. Puedes volver a ponerte en marcha. Crea nuevos hábitos de ejercicio si los antiguos ya no te sirven.
Consejos: Ajusta tus hábitos de ejercicio para que se ajusten a tu nueva normalidad:
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Busca un gimnasio, un parque o un sendero para caminar cerca de tu nuevo hogar.
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Apúntate a una clase de ejercicio que se adapte a tu nuevo horario de trabajo.
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Si estás superando una lesión o enfermedad, empieza a hacer ejercicio de nuevo a tu nuevo ritmo o nivel de fitness. Aumenta poco a poco tu resistencia y tu fuerza.