Señales de que necesita ver a un ginecólogo

Es habitual que las mujeres hablen con un ginecólogo cada año a partir de los 15 años, que se sometan a un examen anual completo a partir de los 21 años y que se sometan a pruebas de cáncer de cuello de útero cada pocos años después. Pero, ¿qué ocurre si surgen problemas entre las citas que te tienen un poco preocupada?

Es posible que tus síntomas vaginales no necesiten ningún tratamiento. O puede que tengas una infección leve que sea fácil de tratar. Pero sin la atención de un ginecólogo, incluso una infección leve puede convertirse en un problema mayor. Además, los síntomas vaginales a veces son un signo de afecciones más graves.

He aquí nueve síntomas y situaciones que justifican una visita al ginecólogo lo antes posible.

1. Períodos dolorosos. Los periodos menstruales mensuales son realmente incómodos para muchas mujeres. Los calambres en el bajo vientre, los pechos doloridos y los dolores de cabeza pueden hacer que esos días parezcan eternos. Pero, ¿qué ocurre si un periodo se vuelve aún más doloroso, durante más tiempo? Eso podría apuntar a una endometriosis (cuando se acumula tejido extra en el útero y provoca sangrado e hinchazón) o a fibromas (crecimientos de células y tejido en el útero).

Un ginecólogo puede diagnosticar estas condiciones y ayudar con un plan de tratamiento.

2. Sangrado vaginal. Es normal que las mujeres tengan manchados los primeros meses después de empezar a usar ciertos métodos anticonceptivos y que tengan periodos más abundantes cuando se acercan a la menopausia. Pero si tienes una hemorragia vaginal inesperada, por ejemplo, después de la menopausia, debes acudir a un ginecólogo para averiguar el motivo.

3. Iniciar o reanudar las relaciones sexuales. Un ginecólogo puede informarte de los riesgos que debes tener en cuenta. Por ejemplo, si eres menor de 18 años o piensas tener relaciones sexuales con más de una persona, entonces tienes un mayor riesgo de contraer cáncer por una infección de VPH. El VPH es el virus de transmisión sexual más común.

Algunas enfermedades de transmisión sexual también aumentan las posibilidades de infertilidad y cáncer. El ginecólogo te recordará ese riesgo si quieres reanudar las relaciones sexuales después del tratamiento de la ETS.

4. Bultos y ampollas. Si ves o sientes un bulto en la vagina o una ampolla en o alrededor de los labios (los pliegues de la piel que rodean la vagina), es buena idea que te pongas en contacto con un ginecólogo. El bulto puede no ser más que un vello encarnado, pero también puede ser una verruga genital, que es una pequeña inflamación causada por una ETS. Una ampolla pequeña pero dolorosa que desaparece en un par de semanas pero vuelve a aparecer podría ser una lesión que acompaña al herpes genital.

Un ginecólogo puede decirte si el problema es menor o si se trata de una afección que necesitará tu atención durante mucho tiempo.

5. Problemas de mama. Un ginecólogo puede aconsejarle si un nuevo bulto, sensibilidad o secreción en su seno es motivo de preocupación por el cáncer. La mayoría de las veces, estas afecciones no son cancerosas, especialmente si no ha pasado por la menopausia.

6. Olor vaginal. ¿Ha notado que su vagina desprende un olor especialmente desagradable? ¿O ha cambiado el olor normal de esa zona de una manera que no es tan desagradable pero que dura días? Debes decírselo a tu ginecólogo, aunque la conversación te resulte incómoda. Es posible que te encuentres ante un crecimiento bacteriano o una infección vaginal que necesita de una medicación recetada para curarse.

7. Molestias durante las relaciones sexuales. Este es otro tema que puede ser difícil de discutir, pero un ginecólogo está muy familiarizado con el tema. Digamos que experimenta sequedad durante las relaciones sexuales. Si eres joven, tu ginecólogo puede cambiar tu receta de anticonceptivos para que incluyan más cantidad de una hormona sexual llamada estrógeno. Si ya has pasado la menopausia, tu médico puede recetarte estrógenos vaginales o recomendarte tipos de lubricantes.

Si tienes dolor o sangrado durante las relaciones sexuales, tu ginecólogo puede sugerirte un lubricante, un enfoque diferente del sexo u otra alternativa.

8. Baja libido. A veces, una afección médica o la medicación que tomas reduce tu interés por el sexo como efecto secundario. El estrés laboral o familiar, así como la duración de la relación, también pueden robarte el deseo. Un ginecólogo puede diagnosticar por qué su libido se ha ido y recomendar medidas para ayudar a restaurarla.

9. Incontinencia. Las mujeres de cualquier edad pueden sufrir incontinencia (pérdidas accidentales de orina o heces), pero es más frecuente a los 50 y 60 años y después de la menopausia. También puede ocurrir después del parto, especialmente si el bebé era grande o el médico tuvo que utilizar fórceps o una aspiradora. El ginecólogo puede sugerir tratamientos como la terapia conductual o la relajación muscular, el cambio de dieta, la medicación o la cirugía, o remitirte a un especialista.

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