Tus hormonas, tu salud
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¿Te sientes hinchada, irritable o simplemente no estás bien? Los cambios en tus hormonas podrían ser los culpables. Las hormonas son mensajeros químicos que influyen en el funcionamiento de las células y los órganos. Es normal que sus niveles cambien en diferentes momentos de la vida, como antes y durante la menstruación o el embarazo, o durante la menopausia. Pero algunos medicamentos y problemas de salud también pueden hacer que sus niveles suban o bajen.
Apetito y aumento de peso
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Puede aumentar de peso durante los cambios hormonales, como la menopausia. Pero los cambios hormonales no afectan directamente a su peso. En cambio, es probable que ocurra debido a otros factores, como el envejecimiento o el estilo de vida. Por ejemplo, cuando te sientes triste o irritada, como puede ocurrir cuando bajan los niveles de estrógeno, es posible que quieras comer más. También puede afectar a los niveles de leptina del cuerpo, una hormona que quita el hambre.
Pérdida de peso repentina
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La glándula tiroides ayuda a controlar la rapidez con la que el cuerpo convierte los alimentos en combustible, así como el ritmo cardíaco y la temperatura. Cuando produce demasiadas hormonas, o no produce suficientes, su peso puede disminuir. Si ha perdido 5 kilos o más pero no ha hecho más ejercicio ni ha comido de forma diferente, hágaselo saber a su médico.
Períodos irregulares
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La mayoría de las mujeres tienen su período cada 21 a 35 días. Si la tuya no llega en la misma época todos los meses, o te saltas algunos meses, puede significar que ciertas hormonas (estrógeno y progesterona) están demasiado altas o demasiado bajas. El motivo puede ser la perimenopausia -el periodo anterior a la menopausia- si tienes 40 o 50 años. Pero los períodos irregulares también pueden ser un síntoma de problemas de salud como el síndrome de ovario poliquístico (SOP). Habla con tu médico.
Problemas de sueño
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Si no duermes lo suficiente, o si el sueño que tienes no es bueno, tus hormonas podrían estar en juego. La progesterona, una hormona liberada por los ovarios, te ayuda a conciliar el sueño. Cuando los niveles descienden durante el ciclo menstrual, por ejemplo, es posible que te cueste conciliar el sueño. Los niveles bajos de estrógeno pueden desencadenar sofocos y sudores nocturnos, y ambos pueden dificultar el descanso que necesitas.
Acné crónico
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Un brote antes o durante la menstruación es normal. Pero el acné que no desaparece puede ser un síntoma de problemas hormonales. Un exceso de andrógenos (hormonas masculinas que tienen tanto los hombres como las mujeres) puede hacer que las glándulas sebáceas trabajen en exceso. Los andrógenos también afectan a las células de la piel de los folículos pilosos y sus alrededores. Ambas cosas pueden obstruir tus poros y causar acné.
Piel seca
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Un cambio de hormonas puede dejar tu piel reseca. Esto puede ocurrir durante la menopausia, cuando la piel empieza a adelgazar de forma natural y no puede retener tanta humedad como antes. También puede deberse a un problema de tiroides. Un dermatólogo puede ayudar a mejorar el aspecto de tu piel, pero si tienes otros síntomas, también puedes acudir a tu médico de cabecera.
Niebla de la memoria
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Los expertos no están seguros de cómo afectan las hormonas a su cerebro. Lo que sí saben es que los cambios en el estrógeno y la progesterona pueden hacer que tu cabeza se sienta nublada y que te resulte más difícil recordar cosas. Algunos expertos creen que el estrógeno puede afectar a unas sustancias químicas del cerebro llamadas neurotransmisores. Los problemas de atención y memoria son especialmente frecuentes durante la perimenopausia y la menopausia. Pero también pueden ser un síntoma de otras afecciones relacionadas con las hormonas, como la enfermedad tiroidea. Por lo tanto, informa a tu médico si tienes problemas para pensar con claridad.
Problemas de barriga
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Tu intestino está revestido de pequeñas células llamadas receptores que responden al estrógeno y a la progesterona. Cuando estas hormonas están más altas o más bajas de lo normal, puedes notar cambios en la forma de digerir los alimentos. Por eso la diarrea, el dolor de estómago, la hinchazón y las náuseas pueden aparecer o empeorar antes y durante el periodo. Si tienes problemas digestivos y también problemas de acné y fatiga, es posible que tus niveles hormonales estén alterados.
Cansancio continuo
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Estás cansado todo el tiempo? La fatiga es uno de los síntomas más comunes de un desequilibrio hormonal. El exceso de progesterona puede provocar sueño. Y si tu tiroides -la glándula con forma de mariposa que tienes en el cuello- produce muy poca hormona tiroidea, puede minar tu energía. Un simple análisis de sangre llamado panel de tiroides puede indicarle si sus niveles son demasiado bajos. Si lo son, puedes recibir tratamiento para ello.
Sudores nocturnos
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Si te despiertas empapada, la causa podría ser un nivel bajo de estrógenos. Muchas mujeres tienen sudores nocturnos alrededor del comienzo de la menopausia. Otros problemas hormonales también pueden causarlos.
Cambios de humor y depresión
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Los investigadores creen que las caídas de las hormonas o los cambios rápidos en sus niveles pueden causar mal humor y depresión. El estrógeno afecta a sustancias químicas cerebrales clave como la serotonina, la dopamina y la norepinefrina. Pero otras hormonas, que recorren los mismos caminos que los neurotransmisores, también influyen en cómo te sientes.
Pérdida y adelgazamiento del cabello
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Cuando las hormonas como el estrógeno bajan, otras en tu cuerpo, como la testosterona, empiezan a tener un mayor impacto. El resultado es el adelgazamiento o la caída del cabello. Podrías notarlo durante el embarazo, la menopausia o después de empezar a tomar píldoras anticonceptivas.
Dolores de cabeza
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Muchas cosas pueden desencadenarlos. Pero para algunas mujeres, las caídas de estrógeno los provocan. Por eso es habitual que los dolores de cabeza aparezcan justo antes o durante la menstruación, cuando los estrógenos disminuyen. Los dolores de cabeza regulares o los que aparecen a menudo en la misma época cada mes pueden ser una pista de que tus niveles de esta hormona pueden estar cambiando.
Sequedad vaginal
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Es normal tener esto ocasionalmente. Pero si notas a menudo que estás seca o irritada ahí abajo, los bajos niveles de estrógeno pueden ser la razón. Esta hormona ayuda a que el tejido vaginal se mantenga húmedo y cómodo. Si tus niveles de estrógeno descienden debido a un desequilibrio, puede reducir los fluidos vaginales y causar tirantez.
Pérdida de la libido
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La mayoría de la gente piensa que la testosterona es una hormona masculina, pero el cuerpo de las mujeres también la produce. Si tus niveles de testosterona son más bajos de lo habitual, puede que tengas menos interés en el sexo del que sueles tener.
Cambios en los senos
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Un descenso de los estrógenos puede hacer que tu tejido mamario sea menos denso. Y un aumento de la hormona puede engrosar este tejido, provocando incluso nuevos bultos o quistes. Habla con tu médico si notas cambios en las mamas, aunque no tengas ningún otro síntoma que te preocupe.
Sed
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Tanto el estrógeno como la progesterona pueden afectar a la cantidad de agua de tu cuerpo. Cuando sus niveles cambian, como ocurre antes o al comienzo de la menstruación, puedes tener más sed de lo habitual. La sed también puede ser una señal de que tu cuerpo no está produciendo suficiente hormona antidiurética (ADH), que te ayuda a retener una cantidad saludable de agua. Esto puede causar una condición llamada diabetes insípida.