Cistitis: Factores de riesgo y tratamiento
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"Me desperté una mañana y cada vez que tenía que orinar me dolía más y más", cuenta Amy, una publicista de 28 años. El dolor empeoró a lo largo del día hasta que notó que "orinaba de color rosa".
"Pensé que era porque estaba bebiendo mucho zumo de arándanos", dice. Resultó que la decoloración se debía a la sangre en su orina, causada por una infección de la vejiga (cistitis).
Este tipo de infecciones se producen cuando las bacterias (normalmente E. coli, que se encuentra normalmente en el colon) entran en la vejiga.
La cistitis es el tipo más común de infección del tracto urinario (ITU), un trastorno frecuente que provoca unos 9,6 millones de visitas al médico al año, según el Instituto Nacional de la Diabetes y las Enfermedades Digestivas y del Riñón. Las mujeres están especialmente expuestas, ya que una de cada cinco desarrolla una ITU a lo largo de su vida.
Es importante buscar tratamiento para una infección de la vejiga porque puede conducir a una infección del riñón, un trastorno más grave y potencialmente mortal, si no se trata.
Riesgo para las mujeres
Aunque los investigadores aún no tienen claro por qué las infecciones de la vejiga son tan frecuentes en las mujeres, se cree que se debe a que la uretra de la mujer (el conducto que transporta la orina desde la vejiga hacia el exterior del cuerpo) es corta, y su abertura está cerca del ano, lo que facilita el viaje de las bacterias desde el colon hasta la vejiga.
Ciertos factores de riesgo aumentan la probabilidad de sufrir una infección de vejiga. Entre ellos se encuentran:
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La actividad sexual, que puede introducir bacterias en el tracto urinario;
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uso de diafragmas y espermicidas, que alteran las bacterias de la uretra de la mujer;
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el embarazo, debido a los cambios en la anatomía y la fisiología (una ITU puede poner en riesgo al feto y se debe consultar inmediatamente a un médico);
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aumento de la edad;
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una higiene deficiente;
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diabetes;
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condiciones médicas que suprimen el sistema inmunitario o dificultan el vaciado de la vejiga. Una vez que una mujer tiene una ITU, sus posibilidades de desarrollar otra aumentan sustancialmente.
Diagnóstico y tratamiento
Si tiene signos de una infección de la vejiga, consulte a un médico lo antes posible, antes de que el problema se agrave. Otras afecciones con síntomas similares son la uretritis (inflamación de la uretra), la cistitis intersticial (infección de la vejiga de causa desconocida), los cálculos urinarios y los tumores de vejiga. El médico le hará preguntas sobre su historial médico y sexual y le tomará una muestra de orina para ver si contiene bacterias y, si es así, de qué tipo.
Las infecciones de la vejiga se tratan con una gran variedad de antibióticos. Los síntomas suelen desaparecer en pocos días en los casos no complicados, aunque es necesario tomar la medicación durante todo el curso prescrito para curar la infección. Pueden administrarse otros medicamentos para tratar los síntomas hasta que los antibióticos hagan efecto.
El doctor James Lewis, jefe de obstetricia y ginecología del Hospital Kaiser Permanente Golden Gate de San Francisco, recomienda una evaluación urológica a quien tenga infecciones recurrentes (más de dos o tres al año), para ver si otro problema médico o una malformación congénita las está causando.
Prevención y autocuidado
"La principal forma de prevenir una ITU es mantener la orina diluida y beber mucho líquido", dice Lewis. Lo mismo ocurre con el cuidado de uno mismo cuando se tiene una. Tradicionalmente, se recomienda beber zumo de arándanos, y las pruebas demuestran que una sustancia presente en el zumo y en los suplementos de vitamina C puede suprimir el crecimiento de las bacterias.
Para prevenir y cuidar las infecciones, también deberías:
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limpiarse de adelante hacia atrás después de ir al baño para que las bacterias no sean arrastradas desde el ano hasta la uretra;
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mantener limpia la zona genital;
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orinar con frecuencia;
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orinar inmediatamente después del coito y beber dos vasos de líquido antes y después para limpiar la vejiga;
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evitar las duchas vaginales, que pueden hacer que la vulva sea menos capaz de defenderse de las infecciones;
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evitar los baños y tomar duchas en su lugar;
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asegúrese de vaciar completamente la vejiga al orinar. Además, cuando tengas una infección, evita el alcohol, la cafeína, los alimentos picantes y los zumos de cítricos, que irritan la vejiga.
Síntomas de la infección del tracto urinario
En raras ocasiones, puede no aparecer ningún síntoma, pero en la mayoría de los casos estarán presentes uno o más de los siguientes:
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Dolor, ardor o molestias al orinar;
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necesidad frecuente de orinar, aunque sólo pueden salir pequeñas cantidades de orina;
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micción nocturna;
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dolor en la parte baja de la espalda o en el abdomen;
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Orina fuerte o con mal olor.
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Orina turbia;
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sangre en la orina. Otros posibles síntomas son fiebre, vómitos, escalofríos, relaciones sexuales dolorosas y fatiga.