Alternativas a la histerectomía: Miomectomía, ablación endometrial, embolización de fibroides uterinos

Un tercio de las mujeres estadounidenses sufre algún tipo de trastorno de salud pélvica a los 60 años. Y cada año, unas 600.000 mujeres se someten a una histerectomía, es decir, a la extirpación del útero para aliviar los síntomas molestos. En total, se calcula que 20 millones de mujeres se han sometido a una histerectomía.

Pero si tienes menstruaciones dolorosas con sangrado excesivo, fibromas, endometriosis u otro problema de salud pélvica, debes saber que hay alternativas a la histerectomía que puedes considerar.

Fibromas uterinos

Estos tumores, generalmente benignos, se encuentran generalmente en los músculos lisos del útero, y pueden causar dolor pélvico, infertilidad y sangrado menstrual abundante. Los miomas uterinos son una de las razones más comunes por las que las mujeres se someten a histerectomías, representando entre 177.000 y 366.000 del total anual.

Si los miomas no causan síntomas, es totalmente razonable adoptar una estrategia denominada "espera vigilante", es decir, controlar su estado con el médico y no operarse a menos que surjan problemas. Pero si experimenta dolor, molestias o presión, existen varias opciones menos invasivas para tratar los miomas:

  • Miomectomía. Se trata de la extirpación quirúrgica de los miomas solos. Puede realizarse mediante una operación abdominal, por laparoscopia (entrando por el ombligo) o por histeroscopia (introduciendo un instrumento delgado, parecido a un telescopio, llamado histeroscopio, a través de la vagina). El enfoque laparoscópico o histeroscópico es el menos invasivo, y también es menos costoso y requiere un tiempo de recuperación más corto. La miomectomía robótica da Vinci es otra técnica que ofrece precisión e incisiones más pequeñas que el procedimiento abierto. Existe una pequeña posibilidad de que lo que se pensaba que era un mioma pueda ser en cambio un cáncer llamado sarcoma uterino. Por este motivo, la FDA recomienda no cortar el mioma en pequeñas secciones antes de extirparlo, un proceso denominado morcelación laparoscópica.

  • Embolización de la arteria uterina (EAU), también conocida como embolización de fibroides uterinos (EFU). Se trata de un procedimiento bastante sencillo y no invasivo en el que se inyectan pequeñas partículas en las arterias uterinas que alimentan los miomas, cortando su suministro de sangre. A diferencia de la histerectomía, este procedimiento preserva el útero y ayuda a las mujeres a evitar potencialmente la cirugía. Se ha utilizado durante años para ayudar a detener las hemorragias tras el parto o la cirugía. Los síntomas mejoran en el 85% al 90% de las pacientes, la mayoría de ellas de forma significativa.

  • Manejo médico. Los síntomas dolorosos de los miomas uterinos pueden tratarse inicialmente con antiinflamatorios no esteroideos (AINE), como Motrin. Si eso no es eficaz, otra opción es una clase de fármacos que bloquean la producción de estrógenos y otras hormonas por parte de los ovarios. Sus efectos secundarios pueden incluir síntomas de menopausia prematura y una disminución de la densidad ósea. Esto se hace sólo antes de la extirpación programada de los miomas, no a largo plazo. Los miomas volverán a crecer tras la interrupción de la terapia.

Menorragia

La menorragia significa sangrado vaginal abundante. En muchos casos, la hemorragia tiene una causa conocida, como los fibromas uterinos (véase más arriba), pero en otros casos la causa sigue siendo desconocida. Existe un umbral médico para la menorragia -la pérdida de más de 80 ml de sangre en cada ciclo menstrual-, pero la mayoría de los médicos tienden a definir la menorragia en función de la medida en que afecta a la vida cotidiana: causando dolor, cambios de humor e interrupciones en el trabajo, la actividad sexual y otras actividades.

Algunas opciones para tratar la menorragia, sin llegar a la histerectomía:

  • Oriahnn es un nuevo medicamento aprobado como alternativa a la cirugía. Es una combinación de Ælagolix (un antagonista de la GnRH), estrógeno y progestina, que reduce drásticamente las hemorragias menstruales asociadas a los miomas uterinos en las mujeres premenopáusicas.

  • Manejo médico. El primer tratamiento de elección de la menorragia es el médico, mediante el uso de anticonceptivos orales o de un dispositivo intrauterino (DIU) que libera una hormona llamada levonorgestrel. Ambos tratamientos reducen el sangrado menstrual de forma significativa, aunque las mujeres dicen estar más satisfechas con el DIU. Si sigues pensando en tener hijos en el futuro, estas son probablemente tus mejores opciones.

  • Ablación del endometrio. Hay una variedad de técnicas que pueden utilizarse para eliminar el revestimiento del útero. Sin embargo, sólo debes considerar estas opciones si ya has terminado de tener hijos. Los nuevos métodos de "segunda generación", como la ablación con balón térmico, la crioablación y la ablación por radiofrecuencia, tienen tasas de éxito de hasta el 80%-90%. Todos ellos son procedimientos ambulatorios que se realizan principalmente en la consulta del médico, por lo que no presentan las mismas tasas de complicaciones ni las prolongadas estancias hospitalarias que conlleva la histerectomía.

  • En ocasiones, se prescribe un AINE durante la menstruación para ayudar a reducir el flujo sanguíneo del revestimiento uterino.

Prolapso uterino

El prolapso uterino se produce cuando el útero desciende de su posición normal y empuja contra las paredes vaginales. Puede ser causado por varias cosas, pero una de las causas más comunes es el parto vaginal. La edad avanzada, el tabaquismo, el embarazo y la obesidad son también factores de riesgo importantes.

Obviamente, una histerectomía resolverá este problema, pero hay enfoques menos drásticos que también puede considerar. Una opción de tratamiento es un pesario vaginal, un dispositivo extraíble que se coloca en la vagina para sujetar las zonas donde se produce el prolapso. Hay varios tipos de pesarios, y tu médico puede ayudarte a decidir cuál es el mejor para tu situación. No curan el prolapso, pero pueden aliviar los síntomas parcial o totalmente. A menudo, pueden ser útiles durante el embarazo, ya que mantienen el útero en su sitio antes de que se agrande e invada el canal vaginal.

También existen múltiples métodos quirúrgicos para tratar el prolapso uterino, y los cirujanos pueden utilizar más de una técnica. A veces hay que combinarlos con una histerectomía, pero en algunas mujeres es posible evitar este paso.

Los riesgos de colocar una malla a través de la vagina para reparar el prolapso de órganos pélvicos -un procedimiento que se realizó unas 75.000 veces en 2010- pueden ser mayores que sus beneficios, según la FDA. Sin embargo, el uso de la malla puede ser apropiado en algunas situaciones.

Otros tipos de cirugía son las reparaciones de defectos paravaginales y las reparaciones de enteroceles, rectoceles (hernias del intestino o del recto en la vagina) y cistoceles prolapso de la vejiga en la vagina..

Endometriosis

Alrededor de 5 millones de mujeres estadounidenses padecen endometriosis, que se produce cuando el tejido que se comporta como el revestimiento del útero -el endometrio- crece en otras zonas de la cavidad abdominal, como los ovarios, las trompas de Falopio o la superficie externa del útero. Los síntomas incluyen dolor pélvico, relaciones sexuales dolorosas, manchado entre períodos e infertilidad. La mujer media con endometriosis tiene síntomas durante dos a cinco años antes de ser diagnosticada.

Alrededor del 18% de las histerectomías en EE.UU. se realizan debido a la endometriosis, y no necesariamente se cura el problema. Hasta un 13% de las mujeres ven cómo la endometriosis reaparece en tres años si se dejan los ovarios en su sitio; la cifra sube al 40% en cinco años. Y como la endometriosis suele afectar a mujeres jóvenes -con una edad media de unos 27 años-, una opción quirúrgica que elimine toda posibilidad de embarazo no es realmente una alternativa.

Los tratamientos para la endometriosis dependen de la gravedad de los síntomas y de las necesidades de la mujer. Por ejemplo, el dolor puede tratarse con analgésicos de venta libre o con receta. Para tratar el dolor y las hemorragias menstruales anormales, se pueden recetar tratamientos hormonales como píldoras anticonceptivas o fármacos que reducen drásticamente los niveles de estrógeno. Sin embargo, estos fármacos no son para las mujeres que intentan quedarse embarazadas y no son un tratamiento permanente: Dejar de tomar la medicación suele significar la reaparición de los síntomas de la endometriosis.

Un tratamiento a más largo plazo para la endometriosis que tiene más probabilidades de ayudar a resolver los problemas de fertilidad es la cirugía laparoscópica, un método mínimamente invasivo para eliminar los crecimientos endometriales y el tejido cicatricial, o quemarlos con calor intenso. Si los crecimientos no pueden destruirse de forma segura de esta manera, los cirujanos pueden adoptar un enfoque más invasivo, una laparotomía, que implica hacer un corte más grande en el abdomen. Esto requiere un periodo de recuperación mucho más largo, pero sigue siendo menos invasivo que la histerectomía y ofrece la posibilidad de conservar la fertilidad.

Dolor pélvico crónico

El dolor pélvico crónico afecta a muchas mujeres: Algunos estudios indican que hasta el 39% de las mujeres tienen algún tipo de dolor pélvico crónico. Es más frecuente en las mujeres más jóvenes, sobre todo las que tienen entre 26 y 30 años.

El dolor pélvico puede deberse a muchas causas, como los mencionados fibromas uterinos y la endometriosis, la enfermedad inflamatoria pélvica y problemas intestinales y vesicales como el síndrome del intestino irritable, la cistitis intersticial (vejiga inflamada) y problemas musculoesqueléticos. Las mujeres que han sufrido abusos sexuales también son más propensas a sufrir dolor pélvico crónico.

La histerectomía debe considerarse un último recurso para el dolor pélvico crónico, especialmente porque muchos tipos de dolor pélvico no se curan con la cirugía. Es importante que trabajes con tu médico para descubrir la causa específica de tu dolor, de modo que el tratamiento pueda dirigirse a esa causa, dándote la mejor oportunidad de alivio. Por ejemplo, si se le diagnostican fibromas uterinos o endometriosis, una de las opciones de tratamiento descritas anteriormente podría tener la mejor oportunidad de poner fin al dolor pélvico crónico.

Otras opciones de tratamiento, dependiendo de la causa de su dolor, pueden ser:

  • Detener la ovulación con métodos hormonales como las píldoras anticonceptivas

  • El uso de medicamentos antiinflamatorios no esteroideos

  • Ejercicios de relajación, biorretroalimentación y fisioterapia

  • Inyecciones en puntos gatillo abdominales; la medicación inyectada en zonas dolorosas de la pared inferior del abdomen puede ayudar a aliviar el dolor.

  • Antibióticos (si una infección, como la enfermedad inflamatoria pélvica, es el origen del dolor)

  • Asesoramiento psicológico

Todavía es posible que, sea cual sea su estado de salud, la histerectomía sea el tratamiento más eficaz y adecuado. Pero como hay muchas alternativas disponibles, es importante que analices primero todas las opciones con tu médico.

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