Cervicitis: Síntomas, causas y tratamiento

La cervicitis es la inflamación del cuello uterino, el extremo inferior del útero que se abre a la vagina.

La cervicitis es frecuente. Puede estar causada por varios factores, como infecciones, irritaciones químicas o físicas y alergias.

Es importante determinar la causa de la cervicitis. Si el problema es una infección, puede extenderse más allá del cuello uterino al útero y las trompas de Falopio y a la cavidad pélvica y abdominal, y causar una infección potencialmente mortal. Esto puede causar problemas de fertilidad, es decir, la capacidad de quedarse embarazada. O puede causar problemas a su bebé por nacer si ya está embarazada.

Esto es lo que necesita saber sobre los síntomas, las causas, los factores de riesgo, las pruebas, el diagnóstico y el tratamiento de la cervicitis.

¿Qué es la cervicitis?

La cervicitis es la inflamación del cuello uterino, que puede deberse a:

  • Irritación

  • Infección

  • Lesión de las células que recubren el cuello uterino

Estos tejidos irritados o infectados pueden enrojecerse, hincharse y supurar moco y pus. También pueden sangrar fácilmente al tocarlos.

¿Qué causa la cervicitis?

Los casos graves de inflamación suelen estar causados por infecciones que se transmiten durante la actividad sexual.

Las enfermedades de transmisión sexual (ETS) que pueden causar cervicitis son:

  • Gonorrea

  • Clamidia

  • Herpes genital

  • Tricomoniasis

  • Micoplasma y ureaplasma

Pero muchas mujeres con cervicitis no dan positivo en ningún tipo de infección. Otras causas de la inflamación pueden ser:

  • Alergias a los productos químicos de los espermicidas, las duchas vaginales o a la goma de látex de los preservativos

  • Irritación o lesión por tampones, pesarios o por dispositivos anticonceptivos como los diafragmas

  • Desequilibrio bacteriano; las bacterias normales y sanas de la vagina se ven desbordadas por las bacterias insalubres o perjudiciales. Esto también se llama vaginosis bacteriana.

  • Desequilibrio hormonal; tener un nivel relativamente bajo de estrógenos o alto de progesterona puede interferir con la capacidad del cuerpo para mantener el tejido cervical sano.

  • Cáncer o tratamiento contra el cáncer; en raras ocasiones, la radioterapia o el cáncer pueden causar cambios en el cuello uterino compatibles con la cervicitis.

Síntomas de la cervicitis

Muchas mujeres con cervicitis no tienen ningún síntoma. La afección puede descubrirse sólo después de un examen o prueba de rutina.

Los signos y síntomas, si están presentes, pueden incluir:

  • Flujo vaginal grisáceo o amarillo pálido

  • Sangrado vaginal anormal, como sangrado después de las relaciones sexuales o entre periodos.

  • Dolor durante las relaciones sexuales

  • Micción difícil, dolorosa o frecuente

  • Dolor pélvico o abdominal o fiebre, en casos raros

Factores de riesgo de la cervicitis

Usted puede tener un mayor riesgo de padecer cervicitis si:

  • Ha tenido relaciones sexuales recientes sin preservativo

  • Ha tenido recientemente múltiples parejas sexuales

  • Haber tenido cervicitis con anterioridad

Los estudios demuestran que la cervicitis reaparecerá entre el 8% y el 25% de las mujeres que la padecen.

Diagnóstico de la cervicitis

Si tu médico sospecha que tienes cervicitis, puede hacerte un examen pélvico. Esto permite al médico ver de cerca el cuello del útero.

Es probable que el médico también realice un hisopado del cuello uterino para recoger fluidos vaginales o para ver la facilidad con la que sangra.

Es probable que el médico también le haga preguntas sobre su historial sexual. El médico querrá saber:

  • El número de parejas que has tenido en el pasado

  • Si has tenido o no relaciones sexuales sin preservativo

  • El tipo de anticonceptivo que has utilizado

Aunque no tenga síntomas, su médico le hará un examen de rutina para buscar una cervicitis si:

  • Está embarazada

  • El médico cree que tienes un alto riesgo de contraer una ETS

Pruebas para detectar la cervicitis

Su médico puede hacer un hisopo del cuello uterino para comprobar si hay secreción, hinchazón, sensibilidad y sangrado. El médico analizará el flujo vaginal para detectar la presencia de bacterias o virus dañinos.

Tratamiento de la cervicitis

Es posible que no necesite tratamiento para la cervicitis si la causa no es una infección de transmisión sexual.

Si se sospecha de una infección, el objetivo principal del tratamiento es eliminar la infección y evitar que se extienda al útero y a las trompas de Falopio, o si está embarazada, a su bebé.

Dependiendo del organismo que esté causando la infección, el médico puede prescribir:

  • Antibióticos

  • Medicamentos antifúngicos

  • Medicamentos antivirales

Su médico también puede recomendar que su pareja se trate para asegurarse de que no se infecte de nuevo. No debe tener relaciones sexuales hasta que usted y su pareja hayan terminado el tratamiento.

El tratamiento es especialmente importante si eres seropositiva. Esto se debe a que la cervicitis aumenta la cantidad de virus que se desprende del cuello uterino. Esto puede aumentar tus posibilidades de infectar a tu pareja. Además, la cervicitis puede facilitar el contagio del VIH de una pareja seropositiva.

Si los síntomas persisten a pesar del tratamiento, debe ser evaluada de nuevo por su médico.

Los tratamientos no farmacológicos, como las duchas vaginales o la terapia a base de yogur, no funcionan para la cervicitis y, de hecho, pueden empeorar los síntomas. No se recomiendan.

Cómo prevenir la cervicitis

Puede disminuir el riesgo de contraer cervicitis tomando las siguientes medidas:

  • Haz que tu pareja utilice siempre preservativos durante las relaciones sexuales.

  • Limita el número de personas con las que tienes relaciones sexuales.

  • No tenga relaciones sexuales con una pareja que tenga llagas genitales o secreción del pene.

  • Si recibe tratamiento para una enfermedad de transmisión sexual, pregunte a su médico si su pareja también debe recibir tratamiento.

  • No utilices productos de higiene femenina. Estos pueden causar irritación en su vagina y cuello uterino.

  • Si tiene diabetes, intente mantener un buen control del azúcar en sangre.

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