La enfermedad inflamatoria pélvica (EIP) es una infección de los órganos del aparato reproductor de la mujer. Entre ellos se encuentran el útero, los ovarios, las trompas de Falopio y el cuello uterino. Suele estar causada por una infección de transmisión sexual (ITS), como la clamidia o la gonorrea.
La EPI puede causar dolor en el bajo vientre y perjudicar la capacidad de tener un bebé si no se trata adecuadamente. Cada año se diagnostica la EPI a unas 770.000 mujeres en Estados Unidos.
¿Cuáles son los síntomas de la EPI?
Es posible que no notes ningún síntoma de EPI al principio. Pero a medida que la infección empeora, puedes tener:
-
Dolor en el bajo vientre y en la pelvis
-
Flujo abundante de su vagina con un olor desagradable
-
Más sangrado de lo habitual durante la menstruación
-
Sangrado entre períodos.
-
Dolor durante las relaciones sexuales
-
Fiebre y escalofríos
-
Dolor al orinar o dificultad para hacerlo
-
Vomitar o tener la sensación de que va a vomitar
Llame a su médico de inmediato si tiene alguno de estos síntomas. Algunos también pueden ser signos de otras afecciones, por lo que es muy probable que tu médico te haga algunas pruebas para averiguar si tienes una EPI o algo más.
La EPI puede causar problemas graves si no se trata. Por ejemplo, puedes tener problemas para quedarte embarazada o tener un dolor en la zona pélvica que no desaparece.
En algunos casos, la EPI puede provocar síntomas más intensos y tendrás que ir a urgencias. Busca ayuda médica de inmediato si tienes:
-
Dolor intenso en la parte baja del vientre.
-
Signos de shock, como un desmayo
-
Vómitos
-
Fiebre superior a 101 F
Algunos de estos también pueden ser signos de otras condiciones médicas graves, como la apendicitis o un embarazo ectópico (un embarazo que ocurre fuera del útero). Para estos también necesitarías ayuda médica de inmediato.
Signos de una ITS
Tratar una ITS de inmediato puede ayudar a evitar que contraigas una EPI. Los síntomas de una ITS son muy parecidos a los de la EPI. Incluyen una secreción abundante de la vagina con un olor desagradable, dolor al orinar y sangrado entre períodos.
Llama a tu médico en cuanto notes alguno de ellos para reducir las posibilidades de padecer una EIP.
Cómo se diagnostica la EPI?
Cuando visites a tu médico, probablemente te hará un examen pélvico. Comprobarán si hay signos de sensibilidad en el cuello uterino, el útero o los órganos circundantes (ovarios y trompas de Falopio).
También:
-
Buscarán signos de cualquier líquido en la vagina o el cuello uterino que no parezca correcto
-
Preguntar sobre sus síntomas y su historial médico y sexual
-
Tomarle la temperatura
Es posible que su médico revise muestras de fluidos bajo el microscopio y envíe al laboratorio cultivos para detectar gonorrea y clamidia.
También podrían recomendar algunas pruebas que incluyan:
-
Un análisis de sangre para comprobar la existencia de una infección de transmisión sexual
-
Una ecografía para hacer una imagen de tus órganos internos
Si el examen o tus pruebas muestran una alta sospecha de EPI, tu médico hablará contigo sobre el tratamiento que necesitas para deshacerte de ella.
¿Debes decírselo a tu pareja?
Si tu médico te diagnostica una EPI, debes informar de tu enfermedad a cualquier persona con la que hayas mantenido relaciones sexuales en los últimos 60 días. Si hace más de 60 días que no tiene relaciones sexuales, dígaselo a su última pareja, que también debe recibir tratamiento.
No debe mantener relaciones sexuales mientras esté en tratamiento para la EPI, ni tampoco su pareja.
¿Cómo se trata la EPI?
Si tienes una EPI, lo más probable es que tu médico te trate con antibióticos, pero a veces puede ser necesario ingresarte en el hospital.
Se ha comprobado que hay varios tipos de antibióticos que actúan contra la enfermedad, y es posible que te den varios tipos para que los tomes juntos. Lo más probable es que tome antibióticos durante dos semanas. Siempre debe seguir las instrucciones y tomarlos todos, aunque se sienta mejor.
Los síntomas deberían mejorar en 3 días. Si no lo hacen, debe volver a consultar a su médico, porque es posible que deba probar otra cosa.
En los casos más graves, el tratamiento puede incluir una estancia en el hospital. Puede haber varias razones para ello:
-
Has estado tomando antibióticos y tus síntomas no mejoran. Es posible que tu médico te pida que te hagas más pruebas para averiguar el motivo.
-
Tienes que tomar los antibióticos por vía intravenosa. Si no eres capaz de retener las pastillas, por ejemplo, tu médico querrá que recibas los antibióticos directamente en tu cuerpo con fluidos intravenosos.
-
Has desarrollado lo que se llama un absceso tubo-ovárico. Esto ocurre cuando una parte del ovario o de la trompa de Falopio se llena de líquido infectado que debe ser drenado. En primer lugar, se suelen administrar antibióticos por vía intravenosa para ver si eliminan la infección.
-
Tienes malestar estomacal, vómitos o fiebre alta. Es posible que su médico no pueda descartar otro problema abdominal, como una apendicitis.