De los archivos del médico
Estás trabajando en tu peso, y ciertas situaciones lo hacen realmente difícil. Por lo general, se trata de una situación social en la que la comida está en primer plano.
Sin embargo, puedes unirte a la diversión y mantener tu dieta. Utiliza estas estrategias para mantenerte en el camino.
"Si lo conviertes en un hábito, al final no tendrás que pensar más en ello". -- Ellen Hendriksen, PhD
1. Celebraciones en el trabajo
El problema:
Es el cumpleaños de un compañero de trabajo -o de un baby shower o de una boda-, así que hay una tarta. No es una buena merienda, teniendo en cuenta todo el azúcar, la harina blanca y la grasa.
Controla la situación:
Recluta un grupo de apoyo en el trabajo, dice la científica nutricional Martina Cartwright, PhD, RD, profesora de la Universidad de Arizona. Encuentra unos cuantos compañeros que, como tú, quieran comer bien. Juntos podréis disfrutar de la celebración sin comeros el pastel.
2. La hora feliz
El problema:
Tu amigo te llama o te manda un mensaje sobre las 17:00 y quiere quedar después del trabajo. Habías planeado ir al gimnasio. Ahora estás pensando en renunciar a tu entrenamiento y en cambio ir a tu restaurante mexicano favorito (¡tacos! ¡margaritas!).
Controla la situación:
Puedes combatir esto invitándola a cambiar vuestra forma de comer juntos, dice la doctora Ellen Hendriksen, presentadora del podcast Savvy Psychologist. Los estudios demuestran que tener un compañero en cualquier esfuerzo saludable, desde hacer ejercicio hasta perder peso o dejar de fumar, aumenta las probabilidades de éxito.
Habla con tu amiga y dile que quieres que las dos encontréis cosas mejores que hacer. Planifica un paseo después del trabajo o apúntate a una clase semanal de fitness que podáis hacer juntas. O sugiérele algún sitio donde podáis pedir ensaladas, té y opciones de comida más ligeras.
3. Limpieza después de la cena
El problema:
Comes de los platos de tus hijos cuando limpias los platos. Puede que ni siquiera te des cuenta de que lo estás haciendo, pero todas esas calorías extra se acumulan.
Ten el control:
Sirve menos a tus hijos. Siempre pueden pedir una segunda ración. Cuando limpies la mesa, tira los últimos bocados directamente a la basura. Si lo conviertes en un hábito, con el tiempo ya no tendrás que pensar en ello, dice Hendriksen.
4. Tu cocina (compartida)
El problema:
Junto con el sexo y el dinero, la comida es lo que más pelean las parejas, dice Cartwright. Uno de los miembros de la pareja puede sentirse criticado o amenazado cuando el otro intenta perder peso o llevar un estilo de vida más saludable, por ejemplo.
Toma el control:
Haz espacio para tu comida. Tu pareja también puede tener espacio para sus cosas. Quieres una división clara de qué comida es tuya y cuál es la suya. Coloca armarios o estantes separados en la nevera, dice Cartwright. Así será menos probable que rompas una bolsa de galletas que está en el espacio de tu pareja.
5. La comida (o cena) de negocios
El problema:
Comes mucho fuera de casa con los clientes? Pasas las tardes discutiendo un gran proyecto con tus compañeros de trabajo mientras tomas una copa y cenas?
Si no tienes límites saludables para tomar buenas decisiones para ti, eso puede ser un problema.
En el entorno laboral, la gente no quiere ser vista como una persona exigente o quisquillosa, así que a menudo hacen lo que todo el mundo hace, dice Cartwright. Para algunos, la dieta se convierte en un desastre de comida frita y cócteles con muchas calorías.
Ten el control:
Centrarte en tu imagen profesional y en la impresión que estás dando también puede ayudar. Comer es una forma de autopresentación, dice Hendriksen.
Recuerda que puedes tomar tus propias decisiones independientemente de lo que hagan los demás. Tienes la libertad de elegir lo que comes o bebes.
Si derrochas, reduce la cantidad el resto del día. "Tomar el control de una sola comida al día puede suponer una gran diferencia, dice Cartwright.