Si tiene pérdidas de orina durante el día o incluso moja la cama por la noche, es posible que tenga síntomas de incontinencia por rebosamiento.
La incontinencia por rebosamiento es uno de los distintos tipos de incontinencia, es decir, la incapacidad de controlar la orina. La incontinencia por rebosamiento se produce cuando no se puede vaciar completamente la vejiga, lo que provoca un rebosamiento, que se escapa de forma inesperada. Es posible que perciba o no que su vejiga está llena. Las pérdidas, que pueden causar vergüenza y malestar, no son el único problema. La orina que queda en la vejiga es un caldo de cultivo para las bacterias. Esto puede provocar repetidas infecciones del tracto urinario.
Causas de la incontinencia por rebosamiento
A diferencia de otros tipos de incontinencia, la incontinencia por rebosamiento es más común en hombres que en mujeres. La causa más común en los hombres es el agrandamiento de la próstata, que impide el flujo de orina fuera de la vejiga. Otras posibles causas de la incontinencia por rebosamiento son:
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Obstrucción de la uretra (el conducto que transporta la orina desde la vejiga al exterior del cuerpo) por tumores, cálculos urinarios, tejido cicatricial, inflamación por infección o torceduras causadas por la caída de la vejiga dentro del abdomen
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Debilidad de los músculos de la vejiga, que son incapaces de apretarla para que se vacíe
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Lesión de los nervios que afectan a la vejiga
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Daño nervioso por enfermedades como la diabetes, el alcoholismo, la enfermedad de Parkinson, la esclerosis múltiple, problemas de espalda/cirugía de espalda o espina bífida
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Medicamentos, incluidos algunos anticonvulsivos y antidepresivos, que afectan a las señales nerviosas de la vejiga
Diagnóstico de la incontinencia por rebosamiento
Si tienes problemas de incontinencia, es importante que hables con tu médico. Para determinar el tipo de incontinencia que tiene y el mejor tratamiento para ella, hay que empezar por describir el problema. Su médico puede hacer preguntas como:
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Con qué frecuencia va al baño?
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Cuando va al baño, ¿tiene problemas para iniciar o detener el flujo de orina?
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Tiene pérdidas de orina durante ciertas actividades?
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Tiene pérdidas de orina constantemente?
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Tiene pérdidas de orina antes de llegar al baño?
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Experimenta dolor o ardor al orinar?
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Tiene infecciones frecuentes del tracto urinario?
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Ha tenido alguna lesión en la espalda?
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Tiene alguna condición médica que pueda interferir con la función de la vejiga?
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Qué medicamentos está tomando?
A continuación, su médico le hará una exploración física y buscará signos de daños en los nervios que afectan a la vejiga y al recto. En función de los resultados de la exploración, su médico puede remitirle a un urólogo (médico especializado en enfermedades del tracto urinario) o a un neurólogo (médico especializado en el diagnóstico y tratamiento de enfermedades del sistema nervioso).
A menudo es necesario realizar pruebas. Estas pueden incluir:
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Prueba de esfuerzo de la vejiga. El médico comprueba si pierde orina al toser.
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Cateterismo.
Después de hacerte ir al baño y vaciar la vejiga, el médico te introduce una sonda para ver si sale más orina. Una vejiga que no se vacía completamente podría indicar incontinencia por rebosamiento.
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Análisis de orina y cultivo de orina. Los técnicos de laboratorio analizan su orina para detectar infecciones, otras anomalías o evidencia de cálculos renales.
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Ecografía. Es una prueba de imagen que se realiza para visualizar órganos internos como la vejiga, los riñones y los uréteres. También puede utilizarse para medir la cantidad de orina que queda en la vejiga después de vaciarla.
Si el diagnóstico aún no está claro, su médico puede solicitar una prueba urodinámica. Las pruebas urodinámicas pueden evaluar las contracciones de la vejiga, la presión de la vejiga, el flujo de orina, las señales nerviosas y las fugas.
Otras pruebas para confirmar el diagnóstico pueden ser: la cistoscopia, una prueba en la que se examina el interior de la vejiga con un pequeño instrumento llamado cistoscopio; un TAC para evaluar los riñones y la vejiga; y el PIV, un procedimiento en el que se inyecta una solución especial en una vena del brazo y se toma una radiografía de los riñones, los uréteres (los conductos que llevan la orina desde los riñones a la vejiga) y la vejiga.
Tratamientos para la incontinencia por rebosamiento
El tratamiento de la incontinencia por rebosamiento puede ser difícil, pero para algunos hombres con la próstata agrandada, el tratamiento con un tipo de medicamento llamado bloqueador alfa-adrenérgico -incluyendo doxazosina (Cardura), alfuzosina (Uroxatal), prazosina (Minipress), tamsulosina (Flomax), silodosina (Rapaflo),... y terazosina (Hytrin)- puede ayudar a relajar el músculo de la base de la uretra y permitir que la orina salga de la vejiga. Orinar cada 2-3 horas puede ayudar a mantener la vejiga vacía. Esperar 30 segundos después de orinar para ver si se puede volver a orinar también puede ayudar a vaciar la vejiga.
Si los medicamentos no alivian la incontinencia por rebosamiento, el médico le hará utilizar una sonda para asegurarse de que la vejiga se vacía cuando vaya al baño. Una sonda es un tubo muy fino que puedes colocar tú mismo en la uretra. Tu médico o enfermera pueden enseñarte a autocateterizarte. El proceso es sencillo, y las sondas de un solo uso son lo suficientemente pequeñas como para llevarlas en el bolso o el bolsillo y son fáciles de desechar después de su uso.
La cirugía puede ser necesaria si la incontinencia por rebosamiento está causada por una obstrucción, como el agrandamiento de la próstata.