La mujer puede sentir un dolor en el bajo vientre. O puede tener problemas para orinar. Puede que las relaciones sexuales sean incómodas. Si experimenta alguna de estas situaciones, el problema puede ser la vejiga.
La vejiga se encuentra en una especie de hamaca de músculos y tejidos dentro del abdomen. Cuando el tejido se debilita, la vejiga puede atravesarlo e introducirse en la vagina. Los médicos lo llaman prolapso de vejiga. Es una afección común y se puede tratar.
Síntomas
Si tienes un caso leve, puede que no te des cuenta. Pero si tienes síntomas, esto es lo que pueden incluir:
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Sientes presión en la pelvis o en la vagina
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Cuando tose o levanta algo, siente molestias en el abdomen
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Tiene repetidas infecciones de la vejiga
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Tu orina puede salir de forma inesperada. O, al orinar, el chorro puede ser débil o tardar mucho.
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Es posible que sientas dolor durante las relaciones sexuales
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Tienes problemas para ponerte tampones o aplicadores
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Si tienes un caso extremo, el tejido puede sobresalir por la abertura de la vagina. Puede hacerte sentir como si estuvieras sentada sobre un huevo.
Los síntomas pueden ser más fuertes si tienes que estar de pie durante un rato. Cuando te acuestas, pueden aliviarse.
Cuando hables del prolapso de vejiga con tu médico, es posible que lo llamen de otra manera: cistocele.
El médico también puede hablar de una enfermedad que afecta al conducto que transporta la orina desde la vejiga al exterior del cuerpo. Se llama uretra, y también puede romper su soporte y entrar en la vagina. Cuando esto ocurre, se llama uretrocele. No es raro que éste y el cistocele se produzcan al mismo tiempo.
¿Debe operarse?
Si sus síntomas le dificultan la vida, la cirugía puede ser la respuesta. Tienes que pensar en algunas cosas:
Su edad. Si eres joven, ten en cuenta que el prolapso de vejiga puede repetirse. Aunque se opere ahora, es posible que acabe necesitando otra operación más adelante. Si eres mayor, cualquier otro problema de salud que tengas puede afectar a tu decisión.
Sus planes de tener hijos. Si desea tener más hijos, es mejor que no se opere hasta que decida que su familia está completa.
Su estado de salud general. La cirugía tiene algunos riesgos, como infecciones, coágulos de sangre o problemas con la anestesia. Si tienes problemas de corazón, diabetes o dificultades respiratorias, cualquiera de estas cosas puede hacer que la operación sea más arriesgada. También el tabaquismo o la obesidad.
Además, hable con su médico sobre las posibilidades de que la operación le cause nuevos problemas. Podría desarrollar incontinencia urinaria, es decir, pérdidas de orina sin control. Las relaciones sexuales podrían resultar incómodas y podría sentir dolor en la pelvis.
Tipos de cirugía
Hay dos tipos de cirugía para el prolapso de vejiga. El cirujano puede:
Cerrar o estrechar la vagina para crear un soporte para la vejiga. Esto hace que las relaciones sexuales sean imposibles. Los médicos llaman a esto cirugía obliterativa.
Reconstruir el tejido que sostiene la vejiga. Para ello, el cirujano puede utilizar el propio tejido del cuerpo o insertar una malla artificial. Los médicos llaman a esto cirugía reconstructiva.
Veamos la cirugía reconstructiva con más detalle:
El cirujano tiene varias opciones. Puede reconstruir el soporte de la vejiga utilizando el propio tejido del cuerpo. O puede insertar una malla y fijarla a un hueso. Sin embargo, la malla tiene sus riesgos, como la posibilidad de que provoque una infección o se deteriore con el tiempo. Por ello, los médicos suelen restringirla a situaciones especiales: si la mujer se sometió a una operación anterior que fracasó, o si su propio tejido es demasiado débil para reconstruirse.
Dependiendo de lo que el cirujano planee hacer, puede trabajar a través de un corte en su abdomen. Para ello se utiliza una técnica llamada cirugía laparoscópica. Para ello, se realizan cortes muy pequeños y se utilizan instrumentos especiales a través de las aberturas. O, en lugar de cortar en el abdomen, el cirujano puede operar a través de la vagina.
Si te operan, el equipo médico puede dormirte. O pueden utilizar un fármaco que adormece sólo la parte del cuerpo afectada.
Después de la cirugía
El tiempo de recuperación depende de lo que haga el cirujano. Durante las primeras semanas, deberá evitar el ejercicio extenuante y las relaciones sexuales. Es probable que tenga que tomarse unas semanas de baja laboral.
Tratamiento sin cirugía
Mientras piensa en la cirugía, también debe considerar las terapias y tratamientos disponibles que no implican una operación.
Los ejercicios pueden fortalecer los músculos que ayudan a mantener la vejiga en su sitio. Son los llamados ejercicios de Kegel. Para hacerlos, hay que apretar y soltar los músculos que cortan el flujo de orina.
Un dispositivo llamado pesario puede ayudar a sostener la vejiga. Se trata de un anillo de plástico o de goma que el médico le coloca especialmente. Es una alternativa habitual a la cirugía, sobre todo si ésta es arriesgada para ti. Tu médico te enseñará a limpiarlo y a colocarlo en su sitio.
La terapia con estrógenos puede ser útil si ya has pasado por la menopausia. El estrógeno ayuda a que los músculos de la pelvis se mantengan fuertes, pero el cuerpo produce menos cantidad después de la menopausia. La sustitución por una crema, una píldora o un anillo de estrógenos compensaría esa pérdida.
Un caso leve de prolapso de vejiga puede no necesitar ningún tratamiento. Su médico puede sugerirle que espere y vea si los síntomas empeoran.