Cuando su hijo tiene colitis ulcerosa (CU), algunas partes de su intestino grueso -el recto y el colon- se inflaman. En su interior se forman llagas, denominadas úlceras, que pueden producir pus o mucosidad y provocar hemorragias. Pero los médicos no están seguros de qué es lo que hace que la enfermedad comience en primer lugar.
Lo que sí saben es que hay varios factores que influyen en la CU: los genes del niño, su sistema inmunitario, el equilibrio de las bacterias de su intestino (conocido como microbioma) y algunas cosas del entorno.
Los investigadores creen que el proceso podría funcionar de la siguiente manera:
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Tu hijo contrae una infección, por una bacteria o un virus, en su sistema digestivo.
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El trabajo del sistema inmunológico es combatir la infección, utilizando el proceso natural de la inflamación.
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Por alguna razón, el sistema inmunitario sigue luchando después de que la infección haya desaparecido. La inflamación no desaparece.
¿Quién está en riesgo?
La CU es más frecuente en los adultos que en los niños, pero los casos pediátricos parecen ir en aumento. Las investigaciones sugieren que el número de niños menores de 10 años que contraen la CU se mantiene igual, pero el número de los que tienen entre 11 y 15 años que reciben el diagnóstico está aumentando.
La genética influye en las posibilidades de que su hijo padezca CU. El riesgo es mayor si un pariente cercano, como un padre o un hermano, la padece. Pero la mayoría de las personas que padecen la enfermedad no tienen antecedentes familiares.
Los niños de cualquier raza pueden padecer la CU, pero es más frecuente en los blancos. Las probabilidades de padecerla aumentan en el caso de las personas con ancestros judíos asquenazíes.
Los jóvenes que fuman, o que están expuestos al humo de segunda mano con regularidad, tienen más probabilidades de padecer CU o una afección relacionada, la enfermedad de Crohn.
Otros posibles factores
Los científicos han estudiado muchos factores que podrían explicar por qué las personas padecen colitis ulcerosa.
Los estudios sobre la conexión entre la nutrición y la CU no han llegado a conclusiones claras. Los investigadores han estudiado detenidamente la fibra y la grasa, pero no está claro que ninguna de ellas desempeñe un papel en la causa o la prevención de la CU.
Puede haber una relación entre los niveles más altos de ácido araquidónico, un ácido graso presente en la carne, los huevos y las aves de corral, y un mayor riesgo de CU. Los niveles más altos de otro ácido graso, el ácido linoleico, en la dieta también podrían hacer más probable la CU. Se encuentra en semillas, frutos secos, aceites vegetales, carne y huevos. Pero los científicos necesitan saber más sobre cuál es la conexión.
Los investigadores que estudian el estrés y la depresión tampoco han encontrado pruebas claras de que el estado de ánimo aumente las posibilidades de padecer CU.
Sin embargo, una vez que el niño tiene CU, la dieta y el estrés pueden empeorar la enfermedad.
Dado que los antibióticos pueden alterar el equilibrio de las bacterias en el intestino, los investigadores han estudiado si estos fármacos están relacionados con la colitis ulcerosa. Aunque puede haber una relación con la enfermedad de Crohn, los estudios no han encontrado una relación con la CU.