De los archivos del médico
¿Buscas formas de mejorar tu autoestima? No eres el único. Es normal tener dudas sobre uno mismo durante la adolescencia.
Fíjate en lo que le pasó a "Lauren" (nombre ficticio) cuando se vistió de educación física el primer día de clase. Al atarse las zapatillas, se dio cuenta de que llevaba dos calcetines de distinto color, uno rosa y otro blanco. Estaba mortificada. ¿Qué pensarían los demás alumnos cuando la vieran?
Lauren se quitó rápidamente los calcetines y los metió en el bolsillo izquierdo de su camiseta de gimnasia. Odiaba cualquier tipo de atención y esperaba que nadie se diera cuenta. Sin embargo, cuando entró en el gimnasio y se sentó, un chico que siempre era odioso se levantó, señaló a Lauren y dijo: "Oye, chica. ¿Por qué tu camiseta de gimnasia está sola?".
Lauren miró hacia abajo. Los calcetines rellenos en su bolsillo la hacían parecer muy pechugona... sólo en su lado izquierdo. Con lágrimas en la cara, se quedó mirando al suelo hasta que el profesor excusó a la clase para correr.
Aunque Lauren tenía normalmente una buena autoestima, la forma en que manejó esta embarazosa situación es típica de muchos adolescentes, que pueden sentirse inseguros en grupos grandes o entre personas que no conocen bien.
¿Qué es la autoestima?
Según el doctor Nathaniel Branden, célebre autor y experto en el tema, "la autoestima es la experiencia de ser competente para afrontar los retos básicos de la vida y de ser digno de ser feliz."
Básicamente, tener una autoestima sana significa pensar tan bien de uno mismo como de sus amigos y compañeros. Muchas personas se han acostumbrado tanto a la retroalimentación negativa que somos más conscientes de nuestras debilidades que de nuestras fortalezas.A menudo, no podemos disfrutar de nuestros éxitos -por grandes o pequeños que sean- porque nos consideramos "fracasados".
Por qué es importante la autoestima?
Una autoestima sana desempeña un papel en casi todo lo que haces. Los adolescentes con una alta autoestima se relacionan mejor con sus compañeros y con los adultos, se sienten más felices por sus logros y les resulta más fácil afrontar las decepciones y los fracasos. Son más propensos a pedir ayuda y apoyo a sus familiares y amigos. También es más probable que les vaya bien en la escuela, estableciendo objetivos razonables y cumpliéndolos.
Como señala Branden, "la autoestima positiva es el sistema inmunitario del espíritu, que ayuda a un individuo a afrontar los problemas de la vida y a recuperarse de la adversidad". Así que podemos concluir que tener una autoestima alta es vital durante la agitación de la adolescencia.
Todos tenemos una imagen mental de quiénes somos, en qué somos buenos y cuáles son nuestros puntos fuertes y débiles. Esta imagen desempeña un papel en el desarrollo de nuestra autoestima. Una autoestima sana se basa en la capacidad de evaluarse a sí mismo con precisión, sin dejar de aceptarse y valorarse incondicionalmente.
Las experiencias cotidianas pueden afectar a tus sentimientos sobre ti mismo: la nota de un examen, el trato de tus amigos, los altibajos de una relación sentimental... todo ello puede tener un impacto temporal en tu bienestar.
Para los adolescentes con una buena autoestima, estos "altibajos" diarios pueden dar lugar a fluctuaciones temporales en la opinión que tienen de sí mismos, pero sólo hasta cierto punto. Pero para los adolescentes con mala autoestima, estos altibajos pueden marcar toda la diferencia en el mundo, dejándolos sintiéndose abatidos y llenos de conciencia negativa de sí mismos.
La buena noticia es que la autoestima es algo que se puede trabajar... y mejorar.
¿Cómo puedo aumentar mi autoestima?
Antes de empezar a mejorar tu autoestima, es importante que creas en el fondo que puedes cambiarla. El cambio no se produce necesariamente de forma rápida o fácil, pero puede ocurrir. Ten en cuenta los siguientes consejos:
-
Deja de tener malos pensamientos sobre ti mismo.
En su lugar, celebra tus fortalezas y logros. Escribe cinco cosas que haces bien y pégalas en el espejo de tu habitación. Lee la lista repetidamente hasta que puedas decir estas cinco cosas sin pensar. Acuérdate de esta lista cuando empieces a sentirte mal y utilízala para volver a la realidad.
-
Cuidado con el perfeccionismo
. Apunta a los logros, aunque sean simples, más que a la perfección.
-
Pasar por alto tus errores
. Perdónate por tus errores y velos como oportunidades de aprendizaje.
-
Deja de menospreciarte a ti mismo.
No te castigues por tus debilidades. Todo el mundo las tiene.
-
Probar cosas nuevas
. Siéntete orgulloso de las cosas nuevas que aprendes a hacer.
-
Empezar a hacer algo por los demás
. Prueba a dar clases particulares, hacer trabajos voluntarios o servir de mentor a un estudiante más joven. Cuando sientas que puedes marcar la diferencia en el mundo, tu autoestima se disparará.
-
Conoce lo que puedes cambiar y acepta lo que no puedes cambiar
. En la vida hay ciertas "cosas dadas", como el color de los ojos, el tipo de cuerpo y la raza. Son cosas que todos debemos aceptar. Pero si necesitas, por ejemplo, perder peso o sonreír más, puedes hacer algo al respecto. Habla con tu médico sobre una dieta saludable y un plan de ejercicios. Practica la sonrisa en el espejo y ponte el reto de sonreír 25 veces al día.
-
Deja el "pensamiento apestoso".
En otras palabras, cuando tengas pensamientos negativos en tu cabeza, detenlos. Una forma de hacerlo es ponerse una goma elástica en la muñeca. Cada vez que tengas un pensamiento negativo, rompe la goma. Después de un tiempo, puedes "reprogramarte" para evitar esos pensamientos negativos.
-
Hacer ejercicio a diario
. El ejercicio potencia las endorfinas, los opiáceos naturales del cuerpo, que te hacen sentir bien por dentro. Si haces ejercicio a diario, aliviarás el estrés y te sentirás mejor contigo mismo.
-
Recuerda que nadie puede "hacerte" sentir mal
. ¡Sólo tú puedes hacer que te sientas mal!
En los casos en los que el dolor emocional y los hábitos de autocrítica son profundos o duraderos, podrías necesitar la ayuda de un consejero o terapeuta. O bien, busca la ayuda de tu médico de cabecera, que puede derivarte a un terapeuta si es necesario. Los profesionales de la salud mental pueden ayudar a los adolescentes a cambiar los comportamientos negativos enseñándoles otros positivos que ayuden a mejorar la imagen de sí mismos.