Comprueba tú mismo
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Te preguntas si tu consumo de alcohol está en el lado alto de lo normal o si ha cruzado la línea hacia un problema? Piensa en el año pasado. Si alguno de los siguientes escenarios te resulta familiar, puede que sea el momento de hacer algunos cambios.
Bebes más de lo previsto
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Has tenido ocasiones en las que has acabado bebiendo más de lo que pensabas, o durante más tiempo del que ibas a hacerlo. Puede no parecer un gran problema si sólo ocurre de vez en cuando, pero eso demuestra que tienes problemas para controlarte mientras bebes. Y es una señal de alerta temprana.
Dedicas mucho tiempo a la bebida
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No hablamos sólo del tiempo con un vaso (o lata, o botella) en la mano. También hay que conseguir el alcohol, sentirse mal después de beber y recuperarse de los efectos más tarde. Lleva un registro de todas tus actividades en un diario o planificador de horarios durante unas semanas, y mira con sinceridad cómo se acumulan.
Tu tolerancia ha aumentado
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"Lo de siempre" ya no te hace tanto efecto. Necesitas beber mucho más que antes para conseguir el colocón que deseas. Tu cerebro se adapta al alcohol con el tiempo y puede volverse menos sensible a sus efectos.
Tienes antojo de alcohol
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Hay momentos en los que tienes tantas ganas de beber, que no puedes pensar en otra cosa hasta que lo consigas. Esa fuerte necesidad o impulso puede ser desencadenada por personas, lugares, cosas o momentos del día que te recuerdan a la bebida. Ciertas emociones o sensaciones físicas también pueden desencadenar un antojo. Cuando tienes un problema con la bebida, tu cerebro reacciona a estos desencadenantes de forma diferente a como lo hace el de un bebedor social.
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Renuncias a otras actividades
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Qué es lo que haces para divertirte, además de beber alcohol? Piensa en las actividades que solías disfrutar, en los temas que eran importantes para ti y en las formas en que solías pasar tu tiempo libre. La bebida ha eliminado esas cosas de tu vida o te ha impedido hacerlas?
Estás dejando caer la pelota en la vida
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Puedes pensar en más de un par de ocasiones en las que has llegado al trabajo con resaca, has incumplido plazos o te has retrasado en las tareas escolares por culpa de la bebida? Cuando tu consumo de alcohol, incluido el estar enfermo por la bebida, te impide a menudo cumplir con tus responsabilidades en casa, en el trabajo o en la escuela, es un problema.
Provoca fricciones en las relaciones
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Te preocupas por tus seres queridos, pero no puedes imaginar tu vida sin el alcohol. Tu forma de beber te ha llevado a tener problemas con tu familia o amigos, o ha empeorado los problemas, y sin embargo sigues bebiendo. Esto no te convierte en una mala persona, pero sí hace más urgente que busques ayuda para cambiar tus hábitos y recuperar tus relaciones.
Tienes síndrome de abstinencia
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Cuando los efectos del alcohol desaparecen, puedes tener problemas para dormir, temblores, irritabilidad, ansiedad, depresión, inquietud, náuseas o sudoración. El alcohol cambia la química de tu cerebro y, cuando bebes en exceso durante un largo periodo de tiempo, tu cerebro intenta adaptarse. Si dejas de beber de repente, tu cerebro tiene que adaptarse de nuevo, lo que provoca estos síntomas de abstinencia.
Podrías haberte hecho daño
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Mientras estás borracho, tu cerebro no capta los resultados a corto plazo y a gran escala que podrían derivarse de malas decisiones y de meterte en situaciones de riesgo como conducir, nadar, pelear, tener sexo inseguro o caminar por una zona peligrosa. Aunque no haya ocurrido nada malo -todavía- es una señal de alarma.
La bebida te está poniendo enfermo
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Sigue usted bebiendo aunque sepa que le está causando problemas de salud, o empeorando esos problemas? El alcohol puede dañar el hígado, el corazón, el cerebro, el páncreas y el sistema inmunitario. Y puede aumentar las probabilidades de padecer ciertos tipos de cáncer. Aunque te des cuenta de que te está perjudicando, una dependencia física o emocional del alcohol puede dificultar su abandono.
Te has metido en problemas legales
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Si te han detenido o has tenido otros encontronazos con la ley más de una vez por tu consumo de alcohol, la cosa se pone seria. Puede que tengas que lidiar con las secuelas de esto durante años. Pero no es demasiado tarde para hacer algo al respecto.
Quieres parar pero no puedes
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Tal vez te hayas preocupado lo suficiente como para haber pensado o intentado realmente reducir tu consumo de alcohol... y no lo has conseguido. El alcohol enmascara las emociones infelices, por lo que esos sentimientos pueden volver a aparecer cuando dejes de beber, lo que hace más difícil cumplir con tu objetivo. Si tratas de abstenerte, pero luego te obsesionas con el alcohol o cambias a otra droga o comportamiento, eso es una señal de alarma.
Qué hacer
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Cualquiera de estas cosas puede ser señal de un problema con el alcohol. No te sientas mal, pero considera la posibilidad de reducir el consumo de alcohol, o dejarlo por completo. Habla con tu médico, un terapeuta o un consejero. Cuantas más cosas hayas dicho "sí", más importante es que tomes medidas o busques ayuda de un profesional de la salud.