De los archivos del médico
Los adictos a las compras suelen nacer de forma inocente. Para Lynn Braz, por ejemplo, ir de compras era un auténtico pasatiempo hasta que un par de tragedias familiares la llevaron al límite. "Cuando murió mi hermana, las compras se descontrolaron", dice esta escritora de 47 años de San Francisco. "Lo siguiente que comprara iba a ser la cosa mágica que me iba a arreglar y hacer sentir bien".
Reconozcámoslo, ir de compras puede hacernos sentir bien. Pero cuidado: Aunque el subidón es real, un estado de ánimo azul puede cortocircuitar tu capacidad para detectar una ganga. En un estudio, los participantes que vieron una película triste pagaron posteriormente un 300% más que el grupo de control al comprar un artículo.
Esto puede deberse a que la tristeza provoca sentimientos de baja autoestima, lo que despierta el deseo de adquirir más. Cuando uno está triste, a menudo todo parece peor, incluidas las posesiones. Eso puede hacer que estés dispuesto a pagar más por algo nuevo que, como dice Braz, arregle las cosas.
La neurología de las compras compulsivas
Según el doctor Gregory Berns, neurocientífico y profesor de psiquiatría y ciencias del comportamiento en la Universidad Emory de Atlanta, y autor de Satisfaction: The Science of Finding True Fulfillment. La anticipación de una recompensa libera chorros de dopamina en las partes del cerebro que nos mantienen concentrados en obtener un premio, ya sea un brownie o una chaqueta de cuero.
En cambio, comprar algo pone fin al proceso de recompensa, afirma Berns. "Una vez que lo has adquirido, no va a ocurrir nada nuevo". Por eso comprar puede convertirse en una verdadera adicción: Ansiamos ese subidón de dopamina, pero es el gasto -no el tener- lo que lo produce.
Si a menudo compra cosas que no necesita, agota sus tarjetas de crédito para compras no esenciales o miente sobre lo que compró, puede ser uno de los 5,8% de los estadounidenses que son compradores compulsivos... Aprenda más sobre cómo detectar los signos de la adicción a las compras.
Cómo tratar la adicción a las compras
Braz aprendió a interponer un "interruptor" entre el impulso y la apertura de la cartera, como hacer una llamada telefónica o incluso respirar profundamente. Hoy en día, se siente ansiosa cuando realmente compra algo. "Si la ansiedad desaparece al llegar a casa", dice, "sé que he comprado algo que realmente necesitaba".
Otras estrategias para frenar la compulsión por las compras son:
Prolongar la anticipación
. Aléjate de las boutiques caras y dirígete a unos grandes almacenes que ofrezcan hectáreas de navegación y mucha distracción.
Encuentra un nuevo juego
. Como la novedad dispara el sistema de dopamina, las actividades que te empujan a seguir aprendiendo nuevas habilidades, como la escalada o el Scrabble competitivo, pueden ser tan gratificantes como ir de compras.
Consigue un subidón diferente
. Cuando sientas la necesidad de alivio, súbete a una cinta de correr o a una bicicleta y aprieta todo lo que puedas para liberar endorfinas y conseguir un "subidón de corredor".
Romper la adicción
. Si tus compras son un problema, la terapia cognitivo-conductual puede ayudarte, según el Instituto de Recuperación de Adicciones de Illinois. Los grupos de apoyo como Deudores Anónimos te mantendrán alejado del plástico.