Teléfonos inteligentes
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No puedes dejarlo, ¿verdad? Lo llevas siempre contigo y lo consultas cada dos por tres. Trabajas demasiado porque no puedes apagarlo el fin de semana. Ignoras a las personas con las que estás cenando para ver un mensaje de texto o un post de alguien que está a kilómetros de distancia. Pide ayuda a un médico, consejero u otro profesional si tu teléfono se interpone en tu vida.
Cafeína
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¿Necesitas tu dosis de cafeína por la mañana? Eso no es necesariamente una adicción, pero intentar eliminarla de tu vida puede dejarte ansioso por una dosis y con un fuerte dolor de cabeza. Eso se llama síndrome de abstinencia.
Chocolate y otros dulces
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A veces hay que tomarlo. Y puede que no seas capaz de parar. No te sientas mal: los alimentos ricos en carbohidratos, grasas y azúcar pueden afectar a tu cerebro igual que las drogas. Tomar un batido de vez en cuando no significa que estés enganchado. Pero tu afición por los dulces puede descontrolarse y provocar otros problemas de salud.
De compras
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Todos hemos comprado algo que realmente no necesitamos. Si te ocurre a menudo, lo que realmente buscas puede ser un poco de dopamina, la sustancia química que hace sentir bien a tu cerebro. También podría significar que tienes problemas de control de impulsos o de ansiedad. Si vas a las tiendas -o al botón de compra en línea con un solo clic- con demasiada frecuencia, puedes tener problemas financieros, legales y sociales.
Juegos de azar
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Hasta 8 millones de estadounidenses tienen un problema. Ya sea en persona o en línea, en las máquinas tragaperras o en la mesa de póquer, ese subidón proporciona a tu cerebro un golpe de dopamina y te hace feliz... durante un tiempo. Pero si la suerte no te acompaña, apostar demasiado puede causar estragos en tus finanzas, tu trabajo y tu vida familiar.
Cirugía plástica
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Algunas personas no se cansan de hacerse retoques. Esto se debe a que muchas de ellas padecen un "trastorno dismórfico corporal" y están obsesionadas con los defectos que sólo ellas pueden ver. Este problema está causado por algunas de las mismas sustancias químicas del cerebro que intervienen en la adicción.
Bronceado
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¿Adicto al sol? Así es. El espectro ultravioleta (UV) de la luz solar libera en tu cuerpo unas sustancias químicas llamadas endorfinas. Pueden hacerte sentir tan bien que te arriesgas a sufrir quemaduras solares, ampollas y cáncer de piel por ellas. Algunos que se broncean con frecuencia en interiores y exteriores podrían tener este problema. Otros podrían ser obsesivo-compulsivos o tener un trastorno dismórfico corporal.
Ejercicio
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Un buen entrenamiento puede ayudarte a superar las adicciones, siempre que no te enganches a la actividad en sí. El ejercicio ayuda a tu cerebro a aprender, lo que puede acelerar la recuperación. Pero tienes que ser capaz de decir "no" a ese subidón de endorfinas del corredor si estás enfermo o lesionado. Además, un nuevo hábito que se inicia mientras se hace ejercicio puede ser más difícil de abandonar.
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Pasas tanto tiempo en Facebook y Twitter que te sientes adicto? Nuevos estudios demuestran que podrías estar entre el 10% de usuarios de redes sociales que realmente están enganchados. El ritmo aleatorio de las publicaciones afecta a tu cerebro del mismo modo que la cocaína. Compartir detalles sobre ti mismo con los demás también crea un torrente de sentimientos positivos que te deja con ganas de más.
Sexo
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No puedes dejar de tener sexo... o de mirar porno? Hacerlo más, disfrutarlo menos y arriesgar demasiado para conseguirlo? Tal vez tengas un fuerte impulso sexual. Pero podría haber algo más. No se trata de una adicción oficial, pero existe algo llamado trastorno hipersexual. Si lo tienes, tu cerebro puede estar conectado como el de alguien con problemas de drogas o de juego.
Cómo empieza la adicción?
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Cualquier cosa que altere tu estado de ánimo puede convertirse en una adicción. Comienza como una automedicación que te ayuda a controlar el dolor. La recompensa que obtienes cuando ves aparecer ese mensaje de texto, encuentras el par de zapatos perfecto o sacas un siete de la suerte te hace querer más. Eso se convierte en algo sin lo que no puedes vivir?
¿Son todas las adicciones iguales?
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Es lo mismo la adicción a las compras o a los mensajes de texto que estar enganchado a las drogas o al alcohol? Sabemos que estas cosas pueden afectar a tu cerebro de muchas de las mismas maneras. Pero los expertos aún no se ponen de acuerdo sobre hasta dónde llegan esas similitudes. Si crees que tienes un hábito que está fuera de control, habla con tu médico o con un terapeuta.