Cirugía después de sufrir un ictus: ¿Necesitará una?

Después de sufrir un ictus -cuando se interrumpe el flujo sanguíneo a una zona del cerebro- aumentan las posibilidades de sufrir otro. Puede hacer cambios en su estilo de vida para reducir el riesgo, como comer bien y dejar de fumar.

Y si tiene ciertas condiciones médicas que le hacen más propenso a tener otro ictus, su médico puede tratarle por ello. En algunos casos, ese tratamiento puede incluir la cirugía.

Por qué podría necesitar cirugía después de un ictus?

Un ictus isquémico es, con mucho, el tipo más común. Se produce cuando algo bloquea una arteria que lleva sangre al cerebro. Las arterias poco saludables son una de las principales causas de este tipo de ictus.

Con el paso de los años, el colesterol, la grasa y otras sustancias pueden acumularse y formar depósitos de grasa llamados placas en las paredes de las arterias. Esto puede hacer que las arterias sean más estrechas y menos flexibles.

A veces las placas se rompen. Cuando esto ocurre, pueden formarse coágulos que cortan el flujo sanguíneo, o bien pueden desprenderse trozos de placa que viajan por el torrente sanguíneo hasta llegar a una arteria que es demasiado pequeña para pasar por ella.

La acumulación de placa es especialmente peligrosa cuando se encuentra dentro de las arterias carótidas, las que discurren a ambos lados del cuello y aportan al cerebro la mayor parte de la sangre que necesita. Si una de las arterias carótidas está parcialmente obstruida, el médico puede recomendar una intervención quirúrgica para abrirla.

Quién debe operarse?

Su médico utilizará pruebas de imagen para observar el interior de la arteria y ver la gravedad de la obstrucción. Estas pruebas podrían incluir:

  • Una tomografía computarizada (TC): Se toman varias radiografías desde distintos ángulos y se juntan para obtener una imagen más completa.

  • Un angiograma cerebral: Se pone un colorante en la arteria para que aparezca en una radiografía.

  • Una ecografía: Se utilizan ondas sonoras para obtener imágenes de su arteria.

Si ha tenido un ictus o síntomas de ictus y una arteria está obstruida en más de un 50%, la cirugía puede ayudarle.

Pero no todo el mundo está lo suficientemente sano. Si ha sufrido un ictus grave y no se ha recuperado, o si sus dos arterias carótidas están obstruidas en su mayor parte, los riesgos pueden ser mayores que los beneficios.

También puede no ser un buen candidato si tiene:?

  • Problemas cardíacos graves, como insuficiencia cardíaca o un ataque cardíaco reciente

  • Presión arterial alta no controlada

  • Una enfermedad importante como la insuficiencia renal, la diabetes, la enfermedad pulmonar o la enfermedad de Alzheimer

  • Daño grave u obstrucción en otras arterias principales, como las que llevan la sangre al corazón

  • Una nueva obstrucción en un lugar donde ya te han operado

  • ¿Cáncer avanzado?

Qué es una endarterectomía carotídea?

Es el tipo de cirugía que se utiliza para abrir una arteria parcialmente obstruida. Un médico llamado cirujano vascular le hará un pequeño corte en el cuello en el lugar de la obstrucción. El flujo sanguíneo se redirige a través de un tubo o se pinza. El cirujano abre la arteria carótida, limpia la placa y la sutura. Es posible que tengan que poner un parche con un trozo de tela o un pequeño trozo de tejido de una de sus venas.

Es posible que le duerman para la operación, pero a menudo se hace mientras está despierto para que el cirujano pueda observar los signos de problemas. En ese caso, se le administrarán medicamentos para que se relaje y bloquee el dolor. La operación suele durar una o dos horas.

Como cualquier procedimiento, la endarterectomía carotídea tiene algunos riesgos. Durante la operación puede producirse un derrame cerebral o un ataque al corazón. También es posible que se produzcan daños en los nervios que afecten a los músculos de la boca, la garganta o la cara.

¿Cómo es la recuperación?

Tras una endarterectomía carotídea, es probable que pase un par de días en el hospital. El cuello puede estar dolorido y magullado durante varios días. Muchas personas tienen problemas para tragar, y es posible que tenga que comer alimentos blandos durante un tiempo.

Una vez en casa, debe tomarse las cosas con calma hasta que el médico le diga que puede volver a sus actividades normales. Conducir puede ser difícil hasta que no le duela girar la cabeza.

Es posible que el médico le dé medicamentos para aliviar el dolor y evitar que la sangre se coagule. También es importante controlar la presión arterial y los niveles de colesterol para mantener las arterias sanas.

¿Qué es la angioplastia carotídea?

Si su médico no cree que sea buena idea operarle por motivos de salud, puede recomendarle este procedimiento para abrir la arteria. Colocarán un pequeño tubo llamado catéter en una arteria de la pierna o el brazo y lo enviarán a través del sistema sanguíneo hasta la arteria carótida. A continuación, inflarán un pequeño globo en el extremo para ensanchar la arteria. Se suele dejar un dispositivo llamado stent para mantener el punto abierto y evitar futuras obstrucciones.

Es posible que pueda volver a casa el mismo día o que tenga que pasar una noche en el hospital.

Otros tipos de cirugía

Aunque los médicos utilizan la endarterectomía carotídea y la angioplastia para prevenir otro ictus, hay otros procedimientos que pueden salvarle la vida mientras sufre uno. En el caso de un ictus isquémico, el objetivo es conseguir que la sangre vuelva a fluir lo antes posible.

El tratamiento principal es un fármaco llamado tPA, que disuelve los coágulos de sangre, pero a veces también se utilizan dos procedimientos:

  • Trombólisis intraarterial: El médico introduce un catéter en una arteria y lo guía hasta la obstrucción. A continuación, envía un medicamento directamente al coágulo para disolverlo.

  • Trombectomía mecánica: El médico utiliza un catéter con una jaula de alambre especial en el extremo para agarrar el coágulo y sacarlo.

Un tipo de ictus menos frecuente, llamado ictus hemorrágico, se produce cuando un vaso sanguíneo se rompe dentro o en la superficie del cerebro. En ese caso, es posible que necesites una de estas cirugías para detener la hemorragia:

  • Embolización con espiral: El médico introduce un catéter con una diminuta bobina en el extremo en el lugar donde se rompió la arteria. El espiral hace que se forme un coágulo de sangre que sella la rotura.

  • Recorte del aneurisma:? Un ictus hemorrágico suele estar causado por un aneurisma, un punto débil en la pared de la arteria que sobresale como un globo y tiene fugas o estalla. El cirujano puede colocar un clip en la base del aneurisma para cerrarlo y evitar más daños.

  • Reparación de malformaciones arteriovenosas (MAV): Una MAV es un crecimiento anormal de los vasos sanguíneos. Uno de ellos también puede reventar o filtrar sangre al cerebro. Es posible que necesite una intervención quirúrgica para detener el flujo de sangre hacia la MAV o para extraerla.

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