Después de un ictus: Espasticidad, debilidad y parálisis
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Muchas personas pierden el uso del brazo y la mano después de un ictus. Muchos también experimentan espasticidad, tensión muscular incontrolable y rigidez, que dificultan el movimiento. Según Stroke Connect, los expertos estiman que entre el 20 y el 50% de los supervivientes de un ictus sufren algún tipo de espasticidad. La parálisis o la debilidad en un lado del cuerpo le ocurre a cerca del 80% de las personas. Suele ocurrir en el lado del cuerpo opuesto al que se produjo el ictus en el cerebro. En la rehabilitación, trabajará con un equipo sanitario para recuperar el uso del brazo.
La rehabilitación del ictus comienza de inmediato
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La rehabilitación del ictus comienza una vez que su estado se ha estabilizado, tan pronto como 24 o 48 horas después del ictus. La terapia temprana e individualizada ayuda a mejorar sus posibilidades de recuperación. Después de salir del hospital, continuará la rehabilitación en una clínica para pacientes internos o externos, en un centro de enfermería o en casa. Aunque algunos supervivientes de accidentes cerebrovasculares se recuperan totalmente, otros siempre tendrán alguna discapacidad.
Los ejercicios de estiramiento mejoran el rango de movimiento
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Los ejercicios de estiramiento favorecen el flujo sanguíneo y facilitan el movimiento del brazo. Su terapeuta comenzará estirando suavemente la mano, el brazo y el hombro en un rango completo de movimiento. También puede mostrarle cómo utilizar la mano no afectada para estirar suavemente la muñeca, los dedos y el pulgar de la mano opuesta.
Ejercicios para ayudar a reconstruir su fuerza
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Fortalecer los músculos de la mano y el brazo le ayudará a mejorar el agarre y la capacidad de utilizar su extremidad. Un primer ejercicio para el brazo consiste en sujetar el brazo débil con el brazo fuerte y balancearlo hacia delante y hacia atrás como si fuera un bebé. A medida que vayas ganando fuerza y movilidad, puedes utilizar pelotas de apriete, pesas para la muñeca o para la mano para tonificar y desarrollar la musculatura.
Terapia de estimulación eléctrica
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Un ictus interfiere en la capacidad del cerebro para enviar mensajes a los nervios de los músculos. Esto puede dificultar el movimiento y el control del brazo y la mano. La terapia de estimulación eléctrica (ES) es una forma segura de estimular los nervios que hacen que sus músculos se contraigan. La ES puede ayudarle a recuperar el control de su extremidad, mejorar el tono muscular y reducir el dolor y la espasticidad.
Terapia de movimiento inducido por restricción
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En algún momento de tu recuperación, tu terapeuta puede hacerte llevar un dispositivo de restricción en el brazo que funciona. A continuación, le pedirá que utilice la mano y el brazo afectados en la medida de lo posible para realizar tareas repetitivas. Se cree que este tipo de terapia aumenta la plasticidad del cerebro, es decir, la capacidad de repararse a sí mismo. También puede ayudarle a recuperar la función de la mano afectada.
Practicar la motricidad fina
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La motricidad fina son los movimientos pequeños y precisos que haces con la mano y los dedos. Puedes desarrollar esta habilidad trazando un diseño con un bolígrafo, barajando cartas, utilizando un tablero de clavijas o recogiendo pequeñas judías y poniéndolas en una taza. Como en todos los ejercicios de rehabilitación, la repetición es importante para ayudar a reeducar el cerebro. Hay que practicar a diario, igual que si se aprendiera a tocar el piano.
Tratamiento de la espasticidad: Medicamentos orales
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La terapia farmacológica para la espasticidad se utiliza a menudo además de los ejercicios físicos y los estiramientos. Los medicamentos relajantes musculares orales ayudan a reducir grandes áreas de espasticidad al interferir con las señales nerviosas que hacen que los músculos se contraigan. Sin embargo, estos medicamentos pueden provocar efectos secundarios como somnolencia y debilidad. Hable con su médico o farmacéutico para saber más.
Inyecciones para ayudar a la espasticidad
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Para la espasticidad en unas pocas zonas seleccionadas, puede beneficiarse de una terapia dirigida. Un médico puede inyectarle toxina botulínica, fenol o ambos. Los tratamientos con botulina bloquean la liberación de sustancias químicas nerviosas implicadas en la contracción muscular. Las inyecciones de fenol sirven para bloquear los nervios de los músculos afectados, lo que ayuda a reducir la espasticidad. Los efectos de ambos tratamientos suelen durar entre tres y seis meses. Dependiendo de la medicación, los efectos secundarios pueden ser dolor, hinchazón, fatiga y debilidad muscular.
Terapia de baclofeno intratecal para la espasticidad
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Otra opción puede ser la terapia con baclofeno intratecal. Para ello, se implanta quirúrgicamente una pequeña bomba que administra un medicamento relajante muscular en el líquido cefalorraquídeo. Puede ser útil cuando alguien tiene espasticidad severa o no le ha ido bien la medicación oral. La bomba utiliza una cantidad menor de baclofeno que cuando se toma en forma de píldora, por lo que puede reducir algunos efectos secundarios. Pero sigue habiendo posibles efectos secundarios y complicaciones; habla con tu médico.
Terapia ocupacional: Reaprendiendo habilidades para la vida
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Una de las partes más importantes de tu recuperación es volver a aprender las habilidades de la vida diaria para que puedas ser móvil e independiente. Un terapeuta ocupacional (TO) te enseñará a trabajar en torno a tus discapacidades para que puedas cambiarte de ropa, ducharte solo, cocinar, limpiar y, si es posible, conducir un coche. El terapeuta ocupacional también te ayudará a preparar tu casa para que sea más segura y fácil de mover.
Sigue con la rehabilitación: Siga fijando nuevos objetivos
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En los tres primeros meses después de un ictus es cuando la mayoría de las personas consiguen los mayores avances en su recuperación. Pero si sigues fijándote nuevos objetivos y haciendo ejercicio cada día, puedes ver los progresos incluso años después. Practicar nuevas habilidades ayuda a la parte no dañada del cerebro a asumir nuevas funciones. Los científicos están empezando a comprender lo poderoso que es nuestro cerebro, así que vale la pena seguir adelante.