Fotos de 10 desencadenantes comunes del tabaquismo

Cosas que hiciste mientras fumabas

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Tu taza de café matutina, el atracón de televisión o el trayecto al trabajo: Cualquier situación que solía emparejar con un cigarrillo puede incitarle a encenderlo de nuevo después de dejarlo. Aléjate de estas situaciones tanto como puedas hasta que ya no te den ese impulso. Cuando no puedas alejarte de ellas, debes saber esto: La mayoría de los antojos sólo duran unos minutos. Intenta mantenerte ocupado hasta que se te pase. Puede ayudarte masticar un chicle sin azúcar o un palillo.

Encendedores, ceniceros y otras cosas relacionadas con los cigarrillos

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Incluso ver objetos relacionados con el humo puede dar ganas de encenderlo. Al fin y al cabo, van de la mano de tu viejo hábito. Por eso debes tirar los mecheros y ceniceros junto con los cigarrillos. Si vives con alguien que fuma, pídele que mantenga esos objetos fuera de tu vista.

Aburrimiento

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Es probable que alguna vez hayas pasado el tiempo fumando. Por eso, cuando no tienes nada que hacer, puedes tener la tentación de encender un cigarrillo. Es importante mantenerse ocupado. Ayuda a planificar las actividades que te gustan, para que tengas algo que esperar.

Estrés

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Es posible que te hayas iluminado para ayudar a calmar tus nervios en momentos de tensión. Así que cuando estás estresado, tu primera reacción puede ser coger un cigarrillo. La clave está en encontrar otro método para aliviar el estrés. El ejercicio -algo tan sencillo como un breve paseo- puede ayudar a su cuerpo a liberar sustancias químicas calmantes para el cerebro. La respiración profunda y la meditación también pueden ayudar.

El olor del humo

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Ese olor familiar puede recordarte cuando solías fumar, lo que puede provocar un antojo. Evita los lugares con humo e incluso las cosas que huelen a humo, como la ropa. Si no puedes, haz lo posible por distraerte hasta que puedas alejarte de ellos.

Otros fumadores

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Ver a otra persona fumando, incluso en la televisión o en el cine, puede despertar el deseo de fumar. Intenta pasar menos tiempo con otros fumadores justo después de haber dejado el hábito. Te ayudará decirles por qué no estás tan cerca como antes.

Cafeína

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Puede ponerte nervioso, tenso y estresado. Y, como sabes, el estrés es uno de los principales desencadenantes del tabaquismo. Así que no te pases con la cafeína o sáltatela del todo con agua o una bebida descafeinada. (Si estás acostumbrado a consumir mucha cafeína, disminúyela poco a poco para que no te duela la cabeza mientras te adaptas). Si necesitas hacer algo con la boca, mastica un chicle sin azúcar, una pajita o incluso un agitador de café.

Alcohol

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Si solías fumar mientras bebías, incluso una copa puede desencadenar el deseo de encender un cigarrillo, especialmente justo después de dejarlo. La bebida también debilita tu fuerza de voluntad, lo que puede aumentar las probabilidades de un desliz. Es posible que tengas que dejar de ir a fiestas hasta que hayas superado la dificultad.

Antojos físicos

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Cuando tu cuerpo desea la nicotina, puede resultar muy difícil decir que no. Recuerda que la mayoría de los antojos pasan en sólo unos minutos. Y el síndrome de abstinencia física -la dependencia del cuerpo a la nicotina de los cigarrillos- sólo dura entre una y dos semanas. Los productos de sustitución de la nicotina, como los chicles, los parches o las pastillas, pueden ser útiles. Hable con su médico sobre sus opciones, incluyendo la medicación.

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