Pesadillas

Las pesadillas aparecen de vez en cuando en muchos niños, pero son más frecuentes en los preescolares (niños de 3 a 6 años) porque es la edad en la que se desarrollan los miedos normales y la imaginación del niño es muy activa. Algunos estudios estiman que hasta el 50% de los niños de esta edad tienen pesadillas. Las pesadillas consisten en sueños aterradores o desagradables que interrumpen el sueño del niño en varias ocasiones y le causan angustia o problemas en la vida cotidiana. Cuando los niños se despiertan a causa de una pesadilla, son conscientes de su entorno y suelen necesitar consuelo. Como consecuencia, estos niños suelen despertar también a sus padres.

Cuándo se producen las pesadillas?

El sueño se divide en dos tipos: de movimientos oculares rápidos (REM) y de movimientos oculares no rápidos (non-REM). El sueño REM y el no REM se alternan en ciclos de 90 a 100 minutos. La mayor parte de los sueños se producen durante el sueño REM. Las pesadillas suelen producirse en mitad de la noche o a primera hora de la mañana, cuando el sueño REM y los sueños son más frecuentes.

¿Qué es una pesadilla?

Una pesadilla es un mal sueño que suele implicar algún peligro o amenaza imaginada para la persona que la tiene. El niño puede soñar con un peligro o una situación de miedo. Las pesadillas pueden incluir temas, imágenes o figuras perturbadoras como monstruos, fantasmas, animales o personas malas. La pérdida de control y el miedo a las lesiones son temas comunes. Los niños no suelen gritar ni moverse mientras tienen una pesadilla. Cuando el niño se despierta y se calma, suele recordar de qué trataba el sueño.

Las pesadillas son diferentes de los terrores nocturnos. Los niños con terrores nocturnos experimentan episodios de pánico extremo. Están confundidos y a menudo gritan y se mueven. Durante un terror nocturno, despertar al niño es difícil, y a menudo el niño no recuerda el sueño que causó el terror.

¿Qué causa las pesadillas?

No se sabe exactamente cómo o por qué se producen las pesadillas. Sin embargo, estar demasiado cansado, no dormir lo suficiente, tener una rutina de sueño irregular y tener estrés o ansiedad pueden aumentar el riesgo de tener pesadillas. Las pesadillas pueden estar relacionadas con la etapa de desarrollo del niño. La mayoría de las pesadillas son una parte normal del afrontamiento de los cambios en nuestras vidas. En el caso de los niños, las pesadillas pueden estar relacionadas con acontecimientos como el inicio de la escuela, el traslado a un nuevo barrio o la vivencia de un divorcio o un nuevo matrimonio en la familia.

Algunos factores genéticos y psicológicos también pueden provocar pesadillas. Alrededor del 7% de los niños que tienen pesadillas tienen antecedentes familiares de pesadillas (su hermano o hermana o sus padres tuvieron pesadillas). Las pesadillas son más frecuentes en algunos niños, como los que padecen discapacidad intelectual, depresión y ciertas enfermedades que afectan al cerebro. Las pesadillas también pueden estar asociadas a la fiebre. Algunos medicamentos pueden provocar sueños aterradores, ya sea durante el tratamiento o después de haberlo suspendido. Los conflictos y el estrés que se producen durante el día pueden afectar al sueño del niño y provocar pesadillas. Las pesadillas también pueden ocurrir después de un acontecimiento traumático. Estas pesadillas pueden ser un signo de trastorno de estrés postraumático.

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