Ejercicio
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En general, ir al gimnasio te ayuda a dormir mejor y a conciliar el sueño más rápido. Pero cuando haces ejercicio, tu cuerpo produce más cortisol. Es una hormona que te ayuda a estar más alerta. Eso es bueno cuando intentas despertarte para ir a trabajar. Pero no es tan bueno cuando se trata de dormir. Si tienes que hacer ejercicio por la noche, intenta terminar al menos 3 horas antes de acostarte.
Empaquetar la comida - por la noche
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Así podrás cogerlo de la nevera al salir mañana por la puerta. Ahorra tiempo y estrés por la mañana, y garantiza una nutrición decente para pasar el día.
Comer a última hora de la noche
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Ese cheesesteak a altas horas de la madrugada no es una receta para un sueño reparador. Es más probable que te despiertes descansado y preparado para el día con una cena más ligera -menos grasa, sal y calorías- varias horas antes de acostarte. Si tienes hambre más tarde, pica algo ligero con alimentos fáciles de digerir, como una tostada o un yogur.
Ignorar los dientes
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Si no te cepillas y utilizas el hilo dental por la noche, es posible que notes una capa más gruesa (de bacterias) en tus dientes por la mañana. Hacer buches con enjuague bucal también podría ayudar a prevenir esta acumulación de bacterias. En tan sólo uno o dos días, empieza a endurecerse hasta formar un sarro similar al cemento que puede provocar caries y enfermedades de las encías. Sólo tu dentista puede eliminar el sarro?
Permanecer despierto hasta tarde
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No sólo te quita energía, sino que puede hacer que tu cuerpo produzca más cortisol. También puede hacer que al día siguiente se te antojen más alimentos ricos en grasa y azúcar. Por eso tiendes a tener más grasa corporal si duermes menos de 6 horas por noche. Esa grasa corporal extra te hace más propenso a padecer cosas como la diabetes y las enfermedades del corazón. Así que si tienes que estar despierto para trabajar, ayuda ir a la cama lo suficientemente temprano como para tener al menos 8 horas de sueño.
Beber alcohol
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Al principio, puede dar sueño. Pero al cabo de unas horas, tiene el efecto contrario. Y la calidad del sueño que consigues puede no ser tan buena. Además, te hace orinar más, lo que significa más idas y venidas al baño. Todo esto puede hacer que te sientas cansado al día siguiente. Considera la posibilidad de limitarte a una o dos bebidas al día, y trata de no beber en las tres horas anteriores a la hora de acostarte.
Una sacudida tardía de cafeína
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Está en el té, el café, el chocolate y muchas bebidas energéticas. Incluso en cantidades normales, puede dificultar el sueño o hacer que éste sea menos efectivo, sobre todo a medida que se envejece. Incluso si tomas cafeína de 6 a 8 horas antes de acostarte, podría darte esa sensación de falta de sueño al día siguiente.
Lavarse la cara
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No es conveniente que te laves la cara en exceso ni que la restriegues demasiado, sobre todo si tienes la piel seca. Pero sí debes lavar la suciedad, la mugre, el sudor y el maquillaje al final del día. Si mantienes los gérmenes fuera de la cara, mantendrás alejados los granos e incluso podrás prevenir las infecciones oculares. Además, tu crema hidratante, si la usas, funcionará mejor.
Siesta
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Una siesta de cualquier duración a última hora de la tarde o por la noche puede conducir a un ciclo desafortunado que interrumpe tu rutina normal de sueño y hace que sea difícil levantarse por la mañana...
Tu mente ocupada
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Puede ser difícil relajarse cuando tu mente está acelerada con el millón de cosas que tienes que hacer. Pero si te tomas unos minutos para organizar tus pensamientos, puedes crear un miniplan para el día siguiente: una lista de tareas, por así decirlo. Te ayudará a reducir tu nivel de estrés a la mañana siguiente, ya que te dará una guía preparada sobre cómo afrontar el día.
Ser digital por la noche
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Demasiada luz artificial después de que se ponga el sol puede estropear tu reloj interno. La luz azul que emiten tu smartphone, tu portátil y otros aparatos electrónicos puede reducir la cantidad de melatonina que produce tu cuerpo, lo que puede dificultar el descanso. Unas gafas o pantallas especializadas pueden filtrar la luz, y algunos dispositivos tienen ajustes de turno de noche que ayudan a eliminarla. Pero la mejor solución es apagar los aparatos electrónicos antes de tiempo.
Consigue una rutina de sueño
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Facilita el camino a la hora de dormir con una rutina nocturna relajante. Lee un libro o escucha música relajante. Un baño o una ducha caliente pueden favorecer la somnolencia, al igual que unos ligeros estiramientos. Evita las discusiones difíciles o estresantes a última hora de la tarde, ya que pueden desencadenar las hormonas que te mantienen despierto.