La falta de sueño y el sistema inmunitario

De los archivos del médico

La madre sabe más, al menos eso parece cuando se trata de la falta de sueño. Resulta que la falta de sueño puede hacernos más propensos a contraer resfriados y gripe. Y eso incluye el virus H1N1.

Es un viejo cuento que dice que si no duermes bien, enfermarás, y hay algunos datos experimentales que demuestran que es cierto, dice el doctor Diwakar Balachandran, director del Centro del Sueño del Centro Oncológico M.D. Anderson de la Universidad de Texas en Houston.

Según los CDC, entre 50 y 70 millones de adultos estadounidenses padecen trastornos del sueño o la incapacidad de mantenerse despiertos y alerta. Aunque no siempre es fácil hacerlo, dormir bien puede ayudar a mantener nuestro sistema inmunitario preparado para el ataque.

Sueño e inmunidad: Entender el vínculo

No dormir lo suficiente se ha relacionado con una larga lista de problemas de salud mental y física, incluidos los que se derivan de un sistema inmunitario deteriorado. Nuestro sistema inmunitario está diseñado para protegernos de los resfriados, la gripe y otras dolencias, pero cuando no funciona correctamente, no logra hacer su trabajo. Las consecuencias pueden incluir más días de enfermedad.

Sin embargo, la relación entre la falta de sueño y nuestro sistema inmunitario no es tan sencilla como lo pinta mamá. El sistema inmunitario es bastante complejo. Está formado por varios tipos de células y proteínas que se encargan de mantener a raya a invasores extraños como los resfriados o la gripe.

Muchos estudios demuestran que nuestras células T disminuyen si estamos privados de sueño, dice Balachandran. Y las citoquinas inflamatorias aumentan... Esto podría conducir a un mayor riesgo de desarrollar un resfriado o una gripe.

En términos sencillos, la privación del sueño suprime la función del sistema inmunitario. O, como dice Balachandran, cuantas más noches pases en vela, más probable será que disminuya la capacidad de tu cuerpo para responder a resfriados o infecciones bacterianas.

Falta de sueño y fiebre

La pérdida de sueño no sólo influye en que nos contagiemos de un resfriado o una gripe. También influye en cómo combatimos las enfermedades una vez que las padecemos.

Por ejemplo, nuestro cuerpo combate las infecciones con fiebre. Una de las cosas que ocurre cuando dormimos es que podemos obtener una mejor respuesta a la fiebre, dice Balachandran. Por eso la fiebre tiende a subir por la noche. Pero si no estamos durmiendo, nuestra reacción a la fiebre no está preparada, por lo que puede que no estemos haciendo la guerra a la infección lo mejor posible.

La falta de sueño y las vacunas

Los estudios han demostrado que las personas que carecen de sueño también obtienen menos protección de las vacunas contra la gripe que las que duermen adecuadamente, dice Balachandran.

El doctor John Park, neumólogo especializado en medicina del sueño en la Clínica Mayo de Rochester (Minnesota), está de acuerdo. Sabemos que nuestra respuesta inmunitaria se suprime cuando estamos privados de sueño y que desarrollamos menos anticuerpos contra ciertas vacunas si estamos privados de sueño, dice Park. Nuestro cuerpo tarda más en responder a las vacunas, por lo que si nos exponemos a un virus de la gripe, es más probable que enfermemos que si estamos bien descansados cuando nos vacunamos.

La pérdida de sueño: una cuestión de vida o muerte

La pérdida de sueño también influye en nuestra capacidad para combatir enfermedades graves. Las investigaciones sugieren que las personas privadas de sueño corren un mayor riesgo de morir de enfermedades cardíacas, según Balachandran. Cuanto más se pierda el sueño, más altos serán los niveles de proteína C reactiva (PCR), afirma. La PCR es un marcador de inflamación, y la inflamación puede desempeñar un papel en las enfermedades del corazón.

De hecho, las personas que duermen menos tienen más probabilidades de morir por cualquier causa que sus homólogos bien descansados. Los estudios demuestran que las personas que duermen unas siete horas por noche tienen la mejor supervivencia, y si dormimos menos de seis horas por noche, nuestra mortalidad parece aumentar, dice Balachandran.

Combatir la enfermedad: ¿Cuántas horas de sueño necesitas?

Parece que algunas personas pueden rendir mejor con menos horas de sueño que otras. Si tienes un sistema inmunitario fuerte, puede que tardes más en agotarte si no duermes, dice la doctora Susan Zafarlotfi, directora clínica del Instituto de Trastornos del Sueño y la Vigilia del Centro Médico de la Universidad de Hackensack, en Nueva Jersey. Algunas personas pueden beber una taza de café de Starbucks o Dunkin' Donuts y reajustarse. Pero si tienes un sistema inmunitario débil, es probable que seas más propenso a las infecciones si no duermes lo suficiente.

Pero Balachandran dice que la conclusión es la siguiente: Vivimos en una sociedad de 24 horas al día y todo el mundo tiene dos trabajos y es bombardeado por los medios de comunicación. Así que el sueño parece prescindible. Pero el sueño adecuado es un componente fundamental de un estilo de vida saludable.

Cómo dormir lo suficiente

Balachandran ofrece algunos consejos de higiene del sueño para mejorar la salud. Acuéstate a la misma hora todos los días y despiértate a la misma hora, dice. Asegúrate de que el entorno de tu dormitorio es adecuado para dormir. Esto significa apagar el ordenador y la televisión antes de acostarse.

Si no duermes bien, Park dice que la pregunta más importante es: ¿por qué? ¿Es por elección o por necesidad, o porque físicamente no puedes dormir? Si no puedes dormir físicamente debido al insomnio o a otro problema de salud subyacente, acude a tu médico o a un especialista para ver qué tratamientos hay disponibles.

El tratamiento puede incluir medicamentos y consejos de higiene del sueño, como evitar la cafeína después de comer, no consumir alcohol en las seis horas anteriores a la hora de acostarse y no fumar antes de dormir. También puede aprender técnicas de relajación y de terapia cognitivo-conductual para cambiar las acciones o los pensamientos que puedan estar perjudicando su capacidad para dormir.

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