Terrores nocturnos: Definición, causas, síntomas y tratamiento

Terrores nocturnos

Qué son los terrores nocturnos?

Los terrores nocturnos son episodios de gritos intensos, llantos, golpes o miedo durante el sueño que se repiten una y otra vez, generalmente en niños de 3 a 12 años. Los nuevos casos alcanzan su punto máximo a los 3 años y medio.

Hay dos tipos principales de sueño: movimiento ocular rápido (REM) y movimiento ocular no rápido (non-REM). Los terrores nocturnos se producen durante el sueño no REM, normalmente unos 90 minutos después de que el niño se duerma.

Entre 1 y 6 de cada 100 niños tienen terrores nocturnos, también conocidos como terrores del sueño. Se dan tanto en niños como en niñas, y en niños de todas las razas. Los terrores nocturnos suelen ser hereditarios.

Terrores nocturnos frente a pesadillas

Los terrores nocturnos son diferentes de las pesadillas comunes, que ocurren durante el sueño REM. Es posible que te cueste despertar a tu hijo durante un episodio de terror nocturno. Es probable que su hijo no recuerde el episodio a la mañana siguiente.

Signos y síntomas del terror nocturno

Los niños con terrores nocturnos también pueden tener:

  • Ritmo cardíaco acelerado

  • Respiración rápida

  • Sudoración

  • Pupilas dilatadas

Durante un episodio de terror nocturno, un niño podría:

  • Sentarse en la cama

  • Agitarse en la cama

  • Gritar

  • Parecer despierto pero estar confundido

  • Parecen no saber que los padres están allí

  • No hablar

  • No responder cuando un padre les consuela

La mayoría de los episodios duran sólo unos minutos, pero pueden pasar hasta 30 minutos antes de que el niño se relaje y vuelva a dormirse.

Cuándo llamar al médico

Los terrores nocturnos no son peligrosos, pero pueden interrumpir el sueño de su hijo. Aproximadamente la mitad de los niños tienen problemas de sueño lo suficientemente graves como para necesitar ayuda médica.

Hablar con el médico de tu hijo puede aliviar tu ansiedad. Dígale si los terrores nocturnos de su hijo le mantienen despierto a menudo o durante más de media hora. Tal vez pueda descartar otros problemas de salud que puedan causar terrores nocturnos.

Causas y desencadenantes del terror nocturno

Los terrores nocturnos suelen ser hereditarios. La mayoría de las veces no tienen una causa específica. Pero ciertas cosas podrían jugar un papel, incluyendo:

  • La privación del sueño

  • Estrés

  • Depresión o ansiedad

  • Fiebre

  • Demasiada cafeína

  • Dormir en un lugar diferente o fuera de casa

  • Falta de sueño

  • Problemas de sueño como la apnea del sueño

  • Síndrome de las piernas inquietas

  • Medicamentos que afectan al sistema nervioso central (el cerebro)

  • Anestesia reciente para una intervención quirúrgica

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Diagnóstico del terror nocturno

El médico de su hijo suele diagnosticar los terrores nocturnos basándose en su historial médico y en un examen físico.

Si sospechan de otros problemas de salud, podrían hacer pruebas que incluyan:

  • Un electroencefalograma, que mide la actividad cerebral, para comprobar si hay un trastorno convulsivo

  • Un estudio del sueño (polisomnografía) para comprobar si hay un trastorno respiratorio

Tratamiento de terror nocturno

No hay tratamiento para los terrores nocturnos, pero suelen cesar a medida que el niño crece.

En casos excepcionales, si los episodios afectan a las actividades cotidianas del niño (por ejemplo, a su rendimiento escolar o a sus relaciones con los amigos y la familia), el médico puede recetarle benzodiacepinas en dosis bajas (como el clonazepam) o antidepresivos tricíclicos (como la imipramina).

Remedios caseros para los terrores nocturnos

Los padres podrían tomar una o varias de estas medidas:

  • Hacer que la habitación de su hijo sea segura para que no se lastime durante un episodio.

  • Deshazte de todo lo que pueda perturbar su sueño, como pantallas electrónicas o ruidos.

  • Intenta reducir los niveles de estrés de tu hijo.

  • Asegúrese de que su hijo descanse lo suficiente. No permita que se cansen demasiado o que se queden despiertos hasta muy tarde.

  • Cree una rutina relajante a la hora de acostarse, y cúmplala.

  • Mantén la misma hora de levantarte todos los días.

No despiertes a tu hijo durante un episodio. Puede hacer que se confunda aún más y que tarde más en volver a dormirse. Intenta esperar a que pase, y asegúrate de que no se haga daño dando vueltas o tropezando con algo en su habitación.

Prevención del terror nocturno

Si tu hijo tiene muchos terrores nocturnos, hay cosas que puedes probar que pueden ayudar. Romper su sueño es un ejemplo.

  • En primer lugar, anote cuántos minutos después de la hora de acostarse comienzan los terrores nocturnos.

  • Despierte a su hijo 15 minutos antes del terror nocturno esperado y manténgalo despierto y fuera de la cama durante 5 minutos. Puede ver si van al baño.

  • Continúa con esta rutina durante una semana.

Los episodios de terror nocturno son breves y suelen ocurrir a lo largo de varias semanas. La mayoría de los niños los superan al llegar a la adolescencia.

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