Dormir hace algo más que hacer que te sientas descansado. Es una parte crucial de la vida. Durante el sueño, el cuerpo trabaja duro. Los músculos se reparan, el cerebro elimina los residuos y se forman los recuerdos. El cuerpo también libera hormonas que intervienen en todo, desde el hambre hasta los niveles de estrés.
No es de extrañar, pues, que el sueño esté ligado a la salud en general. Las personas que no duermen regularmente tienen más probabilidades de sufrir problemas como la obesidad, la depresión, la diabetes y las enfermedades cardíacas. Por otro lado, muchos de esos problemas de salud también pueden crear el escenario para los problemas de sueño.
Sobrepeso y obesidad
Dormir poco puede hacer que aumente la cintura. Una de las razones podría ser que cuando no duermes lo suficiente, tu cuerpo produce más grelina, una hormona que te hace sentir hambre. También tienes niveles más bajos de leptina, una hormona que controla el apetito. Como resultado, tiendes a comer más, lo que puede provocar un aumento de peso. Si duermes poco, es probable que tengas menos energía para hacer ejercicio. De hecho, un estudio reveló que las mujeres que dormían 5 horas o menos tenían un 15% más de probabilidades de ser obesas que las que dormían al menos 7 horas.
El sobrepeso también puede afectar al descanso. La grasa extra alrededor del cuello puede bloquear la respiración durante el sueño, una condición llamada apnea del sueño. La obesidad también puede aumentar las posibilidades de padecer el síndrome de las piernas inquietas. Es posible que te retuerzas y des patadas por la noche, lo que interrumpe tu sueño. Si a menudo te sientes agotado durante el día, habla con tu médico. Puede hablar con usted sobre sus síntomas, hacerle un examen físico o remitirle a un especialista del sueño para averiguar lo que está pasando.
Demencia y enfermedad de Alzheimer
No está claro por qué el sueño y la demencia están relacionados, pero hay algunas teorías sobre los efectos que aparecen en el cerebro.
Durante el sueño profundo, el cerebro elimina los residuos llamados proteínas amiloides. Las investigaciones sugieren que si no se duerme lo suficiente, estas proteínas se acumulan. Forman unos cúmulos llamados placas. Se cree que estas placas afectan al funcionamiento de las células cerebrales. Con el tiempo, esto puede conducir a la demencia, incluida la enfermedad de Alzheimer.
Los altos niveles de placa amiloide también pueden impedir que se duerma lo suficiente. Muchas personas con enfermedad de Alzheimer también se sienten confusas o ansiosas por la noche, un problema llamado "sundowning". Esto puede afectar a su descanso. Una rutina regular a la hora de acostarse y evitar la cafeína o el alcohol por las noches puede ayudar.
Diabetes
La falta de sueño hace que tu cuerpo libere menos insulina, una hormona que controla el azúcar en la sangre. También hace que sus células sean menos sensibles a la insulina. Con el tiempo, unos niveles de azúcar en sangre demasiado elevados pueden provocar diabetes de tipo 2. Las investigaciones demuestran que las personas que no duermen lo suficiente tienen casi el doble de probabilidades de desarrollar la enfermedad. El tipo de sueño que se obtiene también es importante. La fase más profunda del sueño desempeña un papel importante en el control del azúcar en sangre. Por eso, los trastornos que interrumpen el sueño, como la apnea del sueño, están relacionados con la diabetes.
Por otro lado, la diabetes puede crear el escenario para los problemas de sueño. Los síntomas clásicos de un nivel de azúcar en sangre descontrolado son la sed y la necesidad de orinar a menudo, lo que podría mantenerle despierto durante la noche. También puede despertarse mareado, sudoroso o tembloroso debido a un nivel bajo de azúcar en la sangre. La diabetes también aumenta el riesgo de padecer apnea del sueño y el síndrome de las piernas inquietas.
Para preservar el buen sueño y controlar la diabetes, colabore con su médico para mantener el azúcar en sangre bajo control.
Depresión y ansiedad
Dormir bien y tu salud mental van de la mano. La falta de sueño de calidad puede interferir en tu actividad cerebral. Esto puede mermar tu estado de ánimo y tu forma de pensar. De hecho, tener insomnio multiplica por más de diez las probabilidades de sufrir depresión o ansiedad.
La depresión y la ansiedad también pueden desencadenar problemas de sueño, como problemas para conciliar o mantener el sueño. También puede ocurrir lo contrario: Puede acabar durmiendo más de lo normal. Tratar la ansiedad o la depresión con terapia, medicación o ambas cosas puede ayudarle a conseguir el sueño que necesita. Las investigaciones demuestran que la terapia cognitivo-conductual funciona para el insomnio.
Presión arterial alta y enfermedades del corazón
Cuando se trata de su corazón, dormir la cantidad adecuada de horas es importante. Cuando duermes, tu cuerpo regula las hormonas del estrés. Si no descansas lo suficiente, esas hormonas se mantienen altas, lo que puede provocar una presión arterial alta. Además, la falta de sueño puede provocar un aumento de peso y diabetes, que son problemas para el corazón.
Pero dormir más no siempre es mejor. Dormir demasiado también está relacionado con las enfermedades del corazón. Aunque los expertos no están seguros de la razón exacta, creen que dormir demasiado puede ser un signo de otro problema de salud subyacente. También puede ser señal de que no estás durmiendo bien. Intenta dormir entre 7 y 8 horas cada noche por el bien de tu corazón.
Resfriados
No es ningún secreto que la tos y la congestión nasal pueden mantenerte despierto por la noche. Pero no dormir lo suficiente aumenta las probabilidades de contraer un resfriado en primer lugar. Reduce tus niveles de anticuerpos, células y proteínas llamadas citoquinas que tu cuerpo utiliza para combatir los virus. Además, si no descansas lo suficiente, necesitarás más tiempo para recuperarte.
Si te encuentras mal, haz del descanso tu prioridad número uno. Para aliviar la tos y la congestión nocturnas, tómate un té con miel, toma medicamentos de venta libre y métete en una ducha de vapor antes de acostarte. En el dormitorio, intenta apoyarte con almohadas y poner en marcha un humidificador.
Cáncer
Tu reloj interno, o ritmo circadiano, controla cuándo quieres dormir. Las investigaciones sugieren que alterar este horario puede aumentar las posibilidades de padecer ciertos tipos de cáncer, como el de mama, ovario, colorrectal y próstata.
¿Está recibiendo tratamiento para el cáncer? Los medicamentos, los sofocos, la fatiga y el dolor pueden alterar su sueño. Hable con su médico. Los buenos hábitos de sueño, las técnicas de relajación y la terapia pueden ayudarle a descansar bien por las noches.
Enfermedad renal
La ciencia no tiene tan claro el vínculo entre el sueño y la enfermedad renal, pero algunas investigaciones muestran que el ritmo circadiano también puede influir en el funcionamiento de los órganos. En un estudio, las mujeres que dormían poco tenían más posibilidades de sufrir un rápido descenso de la función renal. Esto puede preparar el terreno para la enfermedad renal.
Si tiene una enfermedad renal, dormir bien por la noche puede ser más difícil. Es más probable que tenga un trastorno del sueño, como apnea del sueño, insomnio o síndrome de las piernas inquietas. Esto puede deberse a que la diálisis afecta a su ritmo circadiano. O puede ser provocado por una condición ligada a la enfermedad renal, como la depresión, la diabetes o la enfermedad cardíaca. Hable con su médico, que podrá recetarle el tratamiento adecuado.