Mitos y realidades sobre el sueño

¿Cuánto sabe sobre los trastornos del sueño? Repase estas afirmaciones y aprenda cuáles son ciertas y cuáles no.

Los problemas de salud no tienen relación con la cantidad y calidad del sueño de una persona.

Falso:

Cada vez son más los estudios científicos que demuestran la correlación entre un sueño de mala calidad y/o insuficiente con una serie de enfermedades, como la hipertensión arterial, la diabetes y la depresión. Por ejemplo, el sueño insuficiente puede perjudicar la capacidad del cuerpo para utilizar la insulina, lo que puede conducir al desarrollo de una diabetes más grave. Los pacientes con diabetes mal controlada y apnea del sueño presentan una mejora del control de la glucemia cuando reciben tratamiento para la apnea del sueño. Lo mismo ocurre con los pacientes con hipertensión arterial y apnea del sueño. Cuando se trata la apnea del sueño, la presión arterial también mejora. Además, dormir poco puede disminuir la secreción de la hormona del crecimiento, lo que se ha relacionado con la obesidad.

Las personas mayores necesitan dormir menos.

Falso: El adulto medio necesita un tiempo total de sueño de siete a nueve horas al día. Aunque los patrones de sueño suelen cambiar a medida que envejecemos, la cantidad de sueño que generalmente necesitamos no lo hace. Las personas mayores pueden dormir menos por la noche debido, en parte, a los frecuentes despertares nocturnos, pero su necesidad de sueño no es menor que la de los adultos más jóvenes.

Los ronquidos pueden ser perjudiciales.

Verdadero: Aparte de molestar a otras personas, los ronquidos no son perjudiciales. Sin embargo, puede ser un signo de apnea del sueño, un trastorno del sueño que se asocia a importantes problemas médicos, como las enfermedades cardiovasculares y la diabetes. La apnea del sueño se caracteriza por episodios de reducción o ausencia de flujo de aire a lo largo de la noche. Las personas con apnea del sueño pueden recordar que se despiertan con frecuencia durante la noche jadeando.

Se puede "engañar" en la cantidad de sueño que se tiene.

Falso: Los expertos en sueño afirman que la mayoría de los adultos necesitan entre siete y nueve horas de sueño cada noche para gozar de una salud óptima. Si se duerme menos horas, habrá que reponerlas con más horas de sueño en las siguientes noches. Nuestro cuerpo no parece acostumbrarse a dormir menos de lo que necesita.

Los adolescentes necesitan dormir más que los adultos.

Verdadero: Los adolescentes necesitan al menos de 8,5 a 9,25 horas de sueño cada noche, en comparación con una media de siete a nueve horas cada noche para la mayoría de los adultos. Los relojes biológicos internos de los adolescentes pueden mantenerlos despiertos más tarde en la noche y pueden interferir con el despertar por la mañana.

El insomnio se caracteriza únicamente por la dificultad para conciliar el sueño.

Falso: Uno o más de los siguientes cuatro síntomas suelen estar asociados al insomnio:

  • Dificultad para conciliar el sueño

  • Despertar demasiado temprano y no poder volver a dormir

  • Despertares frecuentes

  • Despertar con la sensación de no haber descansado

La somnolencia diurna significa que una persona no está durmiendo lo suficiente.

Falso: Aunque la somnolencia diurna excesiva suele producirse si no se duerme lo suficiente, también puede ocurrir incluso después de una buena noche de sueño. Esta somnolencia puede ser un signo de una condición médica subyacente o de un trastorno del sueño, como la narcolepsia o la apnea del sueño.

El cerebro descansa durante el sueño.

Falso: El cuerpo descansa durante el sueño, no el cerebro. El cerebro permanece activo, se recarga y sigue controlando muchas funciones corporales, incluida la respiración, durante el sueño.

Si te despiertas en mitad de la noche y no puedes volver a dormirte, debes salir de la cama y hacer algo.

Verdadero: Si te despiertas por la noche y no puedes volver a dormirte en unos 15-20 minutos, sal de la cama y haz algo que te relaje. No se siente en la cama a mirar el reloj. Los expertos recomiendan ir a otra habitación para leer o escuchar música. Vuelva a la cama sólo cuando se sienta cansado.

Dormir poco puede influir en el peso.

Verdadero: La cantidad de sueño nocturno de una persona puede influir en su peso. Esto se debe a que la cantidad de sueño de una persona puede afectar a ciertas hormonas, concretamente a las hormonas leptina y grelina, que afectan al apetito. La leptina y la grelina actúan en una especie de sistema de "equilibrio" para controlar la sensación de hambre y saciedad. La grelina, que se produce en el tracto gastrointestinal, estimula el apetito, mientras que la leptina, producida en las células grasas, envía una señal al cerebro cuando se está lleno. Cuando no se duerme lo suficiente, bajan los niveles de leptina, lo que significa que no te sientes tan satisfecho después de comer, y aumentan los niveles de grelina, estimulando el apetito para que quieras más comida. La combinación de ambos factores puede crear el ambiente propicio para comer en exceso, lo que a su vez puede provocar un aumento de peso.

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