No es ningún secreto que una buena noche de sueño te hace sentir mejor. El sueño no sólo le da a su cuerpo tiempo para descansar y recargarse, sino que también puede ser crucial para la capacidad de su cerebro de aprender y recordar.
Durante el sueño, mientras el cuerpo descansa, el cerebro está ocupado procesando la información del día y formando recuerdos. Si se priva de sueño, se corre el riesgo de desarrollar una serie de problemas de salud graves, como la hipertensión, la obesidad y la diabetes, y la capacidad de aprender y retener nueva información puede verse afectada.
Esto no es nuevo para nadie que se haya pasado toda la noche estudiando para un examen y haya descubierto que los datos y las cifras que sabía a las 2 de la mañana no podía recordarlos al día siguiente. Si no se duerme lo suficiente, el cerebro se nubla, el juicio es pobre y las habilidades motoras finas se ven afectadas.
El poder del sueño
Los estudios de imagen y comportamiento siguen demostrando el papel fundamental que desempeña el sueño en el aprendizaje y la memoria. Los investigadores creen que el sueño afecta al aprendizaje y a la memoria de dos maneras:
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La falta de sueño perjudica la capacidad de una persona para concentrarse y aprender con eficacia.
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El sueño es necesario para consolidar un recuerdo (hacer que se fije) para poder recordarlo en el futuro.
Crear recuerdos
Hay diferentes tipos de recuerdos. Algunos se basan en hechos, como recordar el nombre de las capitales de los estados. Algunos son episódicos, basados en acontecimientos de tu vida, como tu primer beso. Y algunos recuerdos son procedimentales o instructivos, como por ejemplo cómo montar en bicicleta o tocar el piano.
Para que algo se convierta en un recuerdo, deben darse tres funciones, entre ellas:
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Adquisición: aprender o experimentar algo nuevo.
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Consolidación -- el recuerdo se estabiliza en el cerebro.
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Recuerdo -- tener la capacidad de acceder a la memoria en el futuro.
Tanto la adquisición como el recuerdo son funciones que tienen lugar cuando se está despierto. Sin embargo, los investigadores creen que el sueño es necesario para la consolidación de un recuerdo, independientemente del tipo de memoria. Sin un sueño adecuado, el cerebro tiene más dificultades para absorber y recordar la nueva información.
El sueño no sólo ayuda a agudizar la mente. Los estudios demuestran que el sueño también afecta a los reflejos físicos, la motricidad fina y el juicio. Un estudio demostró que los participantes privados de sueño eran más propensos a pensar que tenían razón cuando, en realidad, estaban equivocados.
Los estudios sobre pruebas de memoria demuestran que después de una sola noche de sueño, o incluso de una siesta, las personas rinden mejor, ya sea en un examen, en la oficina, en el campo de atletismo o en una sala de conciertos.
Qué ocurre cuando se duerme?
Los científicos no saben exactamente cómo el sueño mejora la memoria, pero parece que implica al hipocampo y al neocórtex del cerebro, la parte del cerebro donde se almacenan los recuerdos a largo plazo. Se cree que durante el sueño, el hipocampo repite los acontecimientos del día para el neocórtex, donde revisa y procesa los recuerdos, ayudando a que perduren a largo plazo.
Los investigadores siguen estudiando las fases del sueño que intervienen en la creación de determinados tipos de recuerdos. Algunos estudios han demostrado que ciertos tipos de recuerdos se estabilizan durante el sueño de movimientos oculares rápidos (REM), el momento en que se sueña. Otros estudios han descubierto que algunos tipos de recuerdos se afianzan con mayor frecuencia durante el sueño profundo de ondas lentas. Los científicos están cada vez más cerca de comprender lo que el sueño hace a nuestro cerebro, pero aún quedan muchas preguntas por responder.
Lo cierto es que el sueño es una necesidad biológica: lo necesitamos para sobrevivir. Por desgracia, en los tiempos que corren, pocos de nosotros somos capaces de dormir lo necesario para funcionar lo mejor posible. Los expertos recomiendan que los adultos duerman entre siete y nueve horas cada noche. Aunque esto no sea alcanzable todas las noches, debería ser el objetivo.
Consejos para dormir
Estos son algunos consejos para ayudarte a dormir más:
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Acuéstate y levántate a la misma hora cada día.
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Haga ejercicio con regularidad, pero no lo haga cerca de la hora de acostarse. Los expertos recomiendan dejar pasar al menos tres horas entre el ejercicio y la cama.
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Evite la cafeína, el alcohol y la nicotina antes de ir a dormir.
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Tómate un tiempo para desconectar antes de ir a dormir. Toma un baño caliente, lee un libro, bebe un té sin cafeína y evita cualquier actividad que pueda provocar tensión.
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Termine de comer dos o tres horas antes de acostarse.
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Crea un entorno agradable para dormir: haz que la habitación sea oscura, fresca y cómoda.
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Utilice una máquina de sonido, u otro tipo de dispositivo de ruido blanco, para bloquear los sonidos no deseados.
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No vea la televisión ni utilice el ordenador en la cama. Utiliza tu dormitorio sólo para dormir y tener sexo.
Mantener un estilo de vida saludable, que incluya dormir regularmente y con calidad, puede ser un reto, sobre todo cuando estás estresado por una fecha límite de trabajo o un examen. Pero, recuerda (¡y necesitas dormir para hacerlo!), el sueño es tu amigo. Así que, cuando se trata del aprendizaje y la memoria, duerme.