¿Estás harto de tu dispositivo CPAP?
La CPAP, que significa presión positiva continua en las vías respiratorias, es el tratamiento más popular para la apnea obstructiva del sueño (AOS). La máquina mantiene las vías respiratorias abiertas mientras duermes.
La máquina de CPAP puede resultar incómoda, extraña o simplemente molesta. Es posible que notes este tipo de problemas sobre todo cuando empieces a utilizar el dispositivo.
Puede que le cueste acostumbrarse. Pero con un poco de esfuerzo, puede controlar las molestias de la CPAP y conseguir un buen descanso nocturno.
Cómo controlar las molestias comunes de la CPAP
A continuación se presentan algunas quejas comunes sobre las máquinas de CPAP y cómo tratarlas:
Su máscara es incómoda. Una máscara que se siente voluminosa o restrictiva puede interferir con el sueño. Pida a su médico que se asegure de que su mascarilla se ajusta a su cara como debería. Hay una gran variedad de mascarillas que se adaptan a tus necesidades específicas. Algunas cubren toda la boca y la nariz, mientras que otras incluyen almohadillas nasales que se deslizan bajo la nariz. La mayoría de las mascarillas tienen diferentes formas y tamaños. Una mascarilla CPAP no debería doler.
No te puedes quedar dormido. Puede ser difícil acostumbrarse a una máquina CPAP. En primer lugar, intente llevar el dispositivo durante periodos cortos cuando esté despierto durante el día. Después, utilice el CPAP cada vez que duerma o haga la siesta. Si lo usa sólo a veces, tardará más en adaptarse.
La mascarilla pierde aire. Si la mascarilla tiene fugas, es posible que no obtenga la presión de aire que necesita. Además, el aire puede entrar en tus ojos o irritar tu piel. Asegúrate de que la mascarilla te queda bien. Es posible que tengas que ajustar las almohadillas y las correas o encontrar un tamaño o estilo diferente.
Tienes la boca y la garganta secas. La sequedad de la boca o la garganta es habitual si utilizas un dispositivo CPAP y duermes con la boca abierta. Una correa para la barbilla puede ayudarte a mantener la boca cerrada. Otra opción es una mascarilla completa que cubra tanto la boca como la nariz.
Tienes congestión nasal. La congestión nasal, o incluso las hemorragias nasales, pueden producirse cuando se utiliza un CPAP. Asegúrate de que la mascarilla no pierde aire. Algunas máquinas incluyen un humidificador térmico, que ayuda a la congestión nasal. También puedes utilizar un spray salino para aliviar los síntomas.
Tienes irritación de la piel. Las mascarillas de CPAP pueden provocar a veces irritaciones en la piel, como erupciones o úlceras por presión. Una mascarilla demasiado apretada, desgastada o con fugas de aire podría ser la culpable. Es posible que quieras utilizar un forro de mascarilla para proteger tu piel.
La mascarilla es ruidosa. La mayoría de los modelos de CPAP más recientes son silenciosos. Si la tuya no te deja dormir, asegúrate de que el filtro de aire está limpio y sin obstrucciones, y pide a tu médico que lo revise. Si tu aparato funciona bien pero sigue siendo demasiado ruidoso, puedes usar tapones para los oídos o poner la máquina más lejos de ti.
Tragas demasiado aire. Tragar aire puede provocar gases o hinchazón. La mayoría de las veces, esto ocurre porque la presión de la CPAP es demasiado alta.
Sientes claustrofobia. Una mascarilla CPAP ajustada puede resultar restrictiva y hacer que algunas personas se sientan ansiosas. Evita una mascarilla completa si esto es un problema para ti. Además, los ejercicios de relajación pueden mantenerte tranquilo. Consulte a su médico si sus síntomas no desaparecen.
Le preocupa la intimidad. Puede que le preocupe que la CPAP perjudique su vida sexual. Sin embargo, los estudios demuestran que el uso del dispositivo podría mejorar el deseo y la función sexual porque tendrá menos sueño durante el día.
Te arden los pulmones. Algunas personas que utilizan un CPAP se quejan de una sensación de ardor en los pulmones. Esto suele deberse al aire seco o frío. Un humidificador caliente puede ayudar a aliviar este síntoma.
La mascarilla se sale. Es posible que te muevas mucho durante la noche o que te quites la mascarilla sin querer. Una correa para la barbilla puede mantenerla en su sitio. También puedes programar una alarma periódica para comprobar que la mascarilla sigue puesta.
Te gusta dormir de lado o boca abajo. El tubo de la CPAP puede estorbar si prefieres dormir en posiciones distintas a la de la espalda. Las personas que duermen de lado o boca abajo también pueden tener dificultades para mantener la mascarilla en su sitio. Las almohadas especiales pueden ayudar.
Le preocupan los problemas dentales de los niños. Algunos estudios han sugerido que el uso de la CPAP en los niños puede provocar cambios faciales o dentales. Si le preocupa su hijo, hable con su médico.
Sigue roncando. Si utilizas un CPAP y roncas, jadeas o te ahogas mientras duermes, díselo a tu médico. La presión de sus máquinas puede ser demasiado baja.
Se marea. Los mareos tras el uso de la CPAP pueden estar causados por los cambios de presión en el oído medio. Hable con su médico si nota este problema.
La máquina le da dolor de cabeza. Aunque los dolores de cabeza no son una queja común, algunas personas los padecen. El dolor puede producirse si el ajuste de presión del aparato es demasiado alto o si tiene una obstrucción de los senos paranasales.
La conclusión: Se necesita tiempo
Aunque una máquina CPAP puede ayudarte a tener un sueño reparador, los estudios sugieren que mucha gente no sigue con ella. Aproximadamente la mitad de las personas no utilizan el dispositivo lo suficientemente bien como para obtener los beneficios o dejan de utilizarlo por completo.
El dispositivo CPAP puede ser frustrante, sobre todo al principio, pero no te rindas. El tratamiento ayuda a reducir el riesgo de complicaciones de la apnea del sueño, como problemas cardíacos o somnolencia diurna. También puede mejorar su calidad de vida en general.
Tu médico puede ayudarte a solucionar cualquier problema que te surja.