¿Qué es la dermatomiositis?
La dermatomiositis es un trastorno autoinmune. Afecta a la piel y a los músculos. También impacta en los vasos sanguíneos. Esta enfermedad provoca debilidad muscular y una erupción cutánea. La mayoría de las personas que la padecen tienen entre 60 y 80 años. La padecen el doble de mujeres que de hombres. No es una enfermedad común. Menos de 10 de cada millón de personas en Estados Unidos la padecen.
Causas de la dermatomiositis
Los médicos no están seguros de cuál es la causa. Puede provenir de un gen o ser desencadenada por su entorno, o ambas cosas.
Actúa principalmente como un trastorno autoinmune. Esto significa que el cuerpo confunde sus propios tejidos con el enemigo y se ataca a sí mismo. Cuando se padece dermatomiositis, el sistema inmunitario se dirige a los vasos sanguíneos del interior de los músculos y a los tejidos conectivos de la piel.
Síntomas de la dermatomiositis
Los cambios en la piel y la debilidad en los músculos son las dos cosas principales que aparecen.
La erupción de la dermatomiositis es fácil de detectar. Es irregular y de color púrpura o rojo. Aparece en los párpados y en cualquier lugar en el que utilices los músculos para enderezar las articulaciones, incluyendo tu:
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Nudillos
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Codos
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Rodillas
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Dedos de los pies
Esta erupción suele ser el primer signo. También pueden aparecer otras erupciones, que típicamente son rojas y aparecen en su:
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La cara
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Cuello
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Hombros
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Parte superior del pecho
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Espalda
Su piel puede parecer quemada por el sol. Puede sentirse escamosa, seca y áspera.
Otras cosas que pueden ocurrir son:
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Pérdida de peso
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Fiebre de bajo grado
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Pulmones inflamados
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Sensibilidad a la luz
A veces, la dermatomiositis hace que el calcio se acumule en protuberancias duras bajo la piel o en un músculo. Esto puede aparecer de 1 a 3 años después del inicio de los primeros síntomas. Los niños son más propensos a los depósitos de calcio que los adultos.
También provoca una debilidad muscular que empeora con el tiempo. Esto ocurre primero en los músculos más cercanos al centro del cuerpo, incluidos los de las caderas, los muslos, los hombros, la parte superior de los brazos y el cuello.
Suele ser débil en ambos lados del cuerpo. También puede tener dolor en las articulaciones y sus músculos pueden volverse más delgados.
Diagnóstico de la dermatomiositis
Su médico dispone de varias herramientas que pueden utilizar para averiguar si tiene dermatomiositis, entre ellas las siguientes:
Análisis de sangre. Después de sacarte un poco de sangre con una aguja, tu médico la enviará a un laboratorio para ver si tienes niveles altos de ciertas enzimas. Esto puede indicarles si tus músculos están dañados.
Radiografía de tórax. Esto puede mostrar si sus pulmones están dañados, un posible signo de dermatomiositis.
Electromiografía: Esta prueba examina la producción eléctrica de sus músculos para ver dónde está la debilidad. El médico introduce una aguja fina con un impulso eléctrico en el músculo y luego registra la cantidad de electricidad que se produce cuando se tensa y se relaja.
Resonancia magnética (RM): el médico la utilizará para ver dónde están inflamados los músculos.
Biopsia de la piel o del músculo: Al extraer una pequeña parte de la piel y observarla al microscopio, el médico puede comprobar si tiene dermatomiositis. También puede descartar otras enfermedades, como el lupus. Esta prueba puede mostrar si tus músculos están inflamados o dañados.
Tratamiento de la dermatomiositis y remedios caseros
No se puede curar esta enfermedad, pero se pueden tratar los síntomas cutáneos y musculares. Es posible que tenga que acudir a más de un médico o profesional de la medicina, dependiendo de sus síntomas. Cualquiera de los siguientes especialistas podría desempeñar un papel en su atención:
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Internista (para cuidados generales)
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Reumatólogo (para problemas con los tejidos conectivos como los músculos y las articulaciones)
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Inmunólogo (para problemas del sistema inmunitario)
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Fisioterapeuta (para ayudarle a recuperar la fuerza muscular)
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Logopeda (para ayudarle con los problemas de habla o deglución debidos a la debilidad muscular)
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Dietista (para ayudar a encontrar alimentos fáciles de comer cuando la deglución es difícil)
Los medicamentos más comunes para la dermatomiositis incluyen:
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Corticosteroides, como la prednisona. Se toman por vía oral o por vía intravenosa.
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Agentes ahorradores de corticosteroides. Estos ayudan a reducir la cantidad de corticosteroides que necesitas, y eso reduce los efectos secundarios. Incluyen la azatioprina (Azasan, Imuran), el metotrexato (Trexall) y el micofenolato mofetilo (Cellcept).
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Medicamentos inmunosupresores, como la azatioprina y el metotrexato. Estos ayudan a reducir la inflamación si la prednisona no funciona.
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Rituximab (Rituxan) es un medicamento para la artritis reumatoide.
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Los medicamentos antipalúdicos como la hidroxicloroquina (Plaquenil) tratan las erupciones que no desaparecen.
Además, la inmunoglobulina intravenosa (IVIg) es un tratamiento que bombea a tu cuerpo anticuerpos sanos procedentes de la sangre de un donante por vía intravenosa. Estos anticuerpos bloquean los no saludables que atacan su sistema.
En algunos casos, el médico puede sugerir una intervención quirúrgica para eliminar los depósitos de calcio.
En casa, las cosas que pueden ayudar con los problemas musculares provocados por la dermatomiositis incluyen:
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Protector solar
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Terapia de calor
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Ejercicio
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Ortesis
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Dispositivos que le ayudan a estar de pie y a moverse
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Descanso
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Una rutina regular
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Educarse a sí mismo sobre su enfermedad
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Seguir su plan de tratamiento
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Reconocer sus sentimientos
Complicaciones de la dermatomiositis
La dermatomiositis puede provocar complicaciones. Si nota algún signo de los siguientes, informe a su médico de inmediato:
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Problemas para tragar. Esto ocurre cuando la enfermedad afecta a los músculos del esófago.
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Neumonía por aspiración. Si la deglución es difícil, puede inhalar alimentos y líquidos hacia los pulmones y provocar una neumonía.
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Problemas respiratorios. Estos pueden ocurrir cuando la enfermedad afecta a los músculos del pecho.
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Depósitos de calcio. Estos pueden ocurrir en los músculos, la piel y los tejidos conectivos.