De los archivos del médico
En enero, Daniella Wride estaba cepillando el pelo de su hija cuando se dio cuenta de que tenía una calva de un cuarto de tamaño en la parte posterior de la cabeza. Cuando pudieron concertar una cita con un dermatólogo, todo el pelo de Gianessa, de 7 años, se había caído. Tardó un total de 20 días, dice Wride.
Los Wride se enteraron de que Gianessa padecía una afección llamada alopecia areata, una enfermedad que hace que el sistema inmunitario ataque los folículos pilosos y haga que el pelo se caiga en mechones. Se trata de una enfermedad común en EE.UU.: más de 6,6 millones de personas padecen alopecia en algún momento de su vida. La primera aparición suele producirse en la infancia.
Los médicos no están seguros de la causa exacta, pero las investigaciones sugieren que los genes, un virus o el estrés pueden desempeñar un papel. Dado que su alopecia apareció por primera vez después de que Gianessa tuviera la gripe y tras la muerte de su abuela, Wride dice que su médico cree que la enfermedad, unida al estrés, puede haber desempeñado un papel.
Aunque no hay cura, existen opciones de tratamiento, como las pomadas tópicas o las inyecciones de esteroides, que pueden ayudar a que el pelo vuelva a crecer, dice la doctora Stephanie Gardner, dermatóloga. Pero puede ser una experiencia psicológicamente perturbadora para muchas pacientes, ya que nuestro cabello está tan ligado a nuestro sentido de la belleza. ¿La buena noticia? Como no se trata de una afección cicatricial, a veces el pelo puede volver a crecer por sí solo, dice Gardner.
Wride y su marido son sinceros con su hija y le explican que se le cae el pelo, pero que puede seguir siendo ella misma y expresar su personalidad a través de la ropa y haciendo arte, danza y karate... Se nota que le molesta de vez en cuando. A veces, cuando la gente le pregunta por qué no tiene pelo, se pone muy tímida, dice Wride.
Hace poco, cuando Wride se enteró de la celebración del Día del Pelo Loco en el colegio de Gianessa, se puso nerviosa. No quería que se sintiera marginada o que no fuera como los demás niños, explica. Buscando una forma divertida de que su hija pudiera participar, Wride encontró la inspiración en unas brillantes pegatinas de strass de una tienda de manualidades. Encajan con su personalidad, dice. Es tan vibrante y llena de vida, y le encanta todo lo que brilla. Wride las utilizó para adornar la cabeza de Gianessas con diseños y formas como flores y un búho.
La reacción en la escuela fue increíble, dice Wride. A sus compañeros les encantó, y el look de Gianessas obtuvo el primer puesto en el concurso escolar.
Estas fotos de la cabeza loca de Gianessa han circulado por las redes sociales, y Wride dice que está asombrada por la fenomenal respuesta. Ni en mis mejores sueños esperaba que una niña tan pequeña tuviera una influencia tan positiva, dice. Ha recibido mensajes de personas de todo el mundo con alopecia o que tienen hijos o amigos con alopecia, diciéndole lo inspiradora que es Gianessa. Espero que la positividad corporal continúe y que podamos promover el amor propio y una buena imagen de sí mismos para otras personas, dice Wride.