¿Cuál es el problema de lavarse la cara? Te pones un poco de jabón, te salpicas la piel con agua, te secas con palmaditas y ya estás listo.
Sin embargo, para las personas con problemas de acné, el cuidado de la piel implica un poco más de tiempo y esfuerzo.
Si tienes acné, elegir el limpiador adecuado puede ayudar a eliminar de tu piel las bacterias que se abren paso en los folículos pilosos obstruidos y provocan los brotes. Una limpieza a fondo también elimina las células muertas de la superficie de la piel, lo que facilita la absorción de la medicación contra el acné.
Para ayudar a controlar los brotes de acné, busca un limpiador que sea lo suficientemente fuerte como para eliminar la suciedad y mantener la piel limpia. Evite los jabones faciales fuertes que pueden despojar a su piel de sus aceites naturales. Los limpiadores agresivos y la exfoliación sólo te dejarán la piel roja e irritada, lo que puede favorecer la aparición de brotes de acné.
Puedes pedirle a tu dermatólogo que te recomiende un limpiador con receta o de venta libre que funcione con la piel propensa al acné, pero también debes prestar mucha atención a tu rutina diaria de cuidado de la piel con acné. Aquí tienes algunos consejos para elegir los productos de cuidado de la piel, y para limpiarla y mantenerla con el mejor aspecto posible.
Qué limpiadores debo utilizar?
Puedes comprar un limpiador barato de venta libre en tu supermercado o farmacia local. O, si estás dispuesto a gastar un poco más, puedes derrochar en uno de los limpiadores de alta gama que se venden en la consulta de tu dermatólogo. Lo importante no es lo que gastes, sino lo bien que funciona el producto.
Algunas marcas de jabón facial tienen un pH muy alcalino, que puede irritar y resecar la piel. A la hora de comprar limpiadores que funcionen bien en pieles con acné, esto es lo que debes buscar:
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Elige un limpiador suave, no abrasivo y sin alcohol.
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Pida a su dermatólogo que le ayude a encontrar un limpiador para el acné que sea apropiado para su programa de tratamiento del acné. Busque un limpiador para el acné que se adapte a su tipo de piel: grasa, seca o una combinación de ambas.
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Algunos limpiadores para el acné y jabones faciales tienen ingredientes añadidos para combatir el acné y mejorar el aspecto de la piel. Los limpiadores medicados contienen ingredientes que combaten el acné, como el ácido salicílico, la sulfacetamida sódica o el peróxido de benzoilo, que pueden ayudar a aclarar la piel mientras la limpian. El ácido salicílico ayuda a limpiar los poros obstruidos y reduce la inflamación y el enrojecimiento. El peróxido de benzoilo exfolia la piel y elimina las bacterias. La sulfacetamida sódica interfiere en el crecimiento de las bacterias.
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Para mantener la piel hidratada, busca limpiadores que contengan emolientes (vaselina, lanolina, aceite mineral y ceramidas) o humectantes (glicerina), que mantienen la humedad en la piel, o exfoliantes (alfahidroxiácidos) para suavizar las zonas ásperas.
Otros productos para el cuidado de la piel que puedes incluir en tu rutina:
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Después de la limpieza, puedes añadir un tónico para restablecer un equilibrio de pH más natural en tu piel.
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Exfoliar regularmente eliminará las células muertas de la piel y ayudará a mantener los poros abiertos. Esto permite que la grasa natural de tu piel drene antes de que pueda obstruir tus folículos y provocar más brotes.
Después de lavarte, utiliza una crema hidratante con la etiqueta "no comedogénica", lo que significa que no obstruye los poros. Una crema hidratante evitará que tu piel se deshidrate, especialmente si estás usando un tratamiento para el acné que tiende a secar la piel, como el peróxido de benzoilo. Si tienes la piel grasa, un limpiador que ya contiene una crema hidratante puede ser todo lo que necesitas.
Aspectos básicos del cuidado de la piel con acné
Sigue esta rutina de cuidado de la piel con acné para limitar los brotes y prevenir la irritación de la piel:
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Rutina dos veces al día
. Lávate la cara todas las mañanas al levantarte y de nuevo antes de acostarte. Si has hecho ejercicio y estás todo sudado, lávate, o al menos aclara tu cara, lo antes posible. La transpiración puede empeorar tu acné.
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Técnica limpia.
Cada vez que te laves la cara, aplica un poco de limpiador en las yemas de los dedos. Frótalo suavemente en tu rostro y luego aclara con agua tibia. No restriegues, porque puedes resecar y dañar tu piel. Evita también utilizar una toallita o esponja, que pueden ser lo suficientemente ásperas como para irritar la piel.
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Sé minucioso.
Tu rutina para la piel con acné no es sólo para la cara. Trata también otras partes de tu cuerpo donde tengas acné.
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Protege tu piel.
El cuidado de la piel no termina cuando sales del baño. Utiliza un protector solar no comedogénico (que no obstruya los poros) con un FPS de 30 o más que ofrezca protección contra los rayos UVA y UVB para proteger tu piel sensible de los rayos solares. Un protector solar de base acuosa o líquida ligera es lo mejor para las pieles con tendencia al acné. Limita el tiempo que pasas al sol, especialmente entre las 10 de la mañana y las 2 de la tarde. Cuando estés al aire libre, lleva un sombrero de al menos 5 cm de ala y ropa que cubra la piel expuesta.