Cada año, más de un millón de estadounidenses son diagnosticados de cáncer de piel. El melanoma, un tipo de cáncer de piel, es la forma más mortífera y su incidencia está aumentando más rápidamente que la de cualquier otro cáncer.
Pero sobrevivir incluso a este tipo mortal de cáncer de piel es posible. De hecho, hay una tasa de supervivencia del 99% cuando la enfermedad se detecta en sus primeras fases. Y una de las mejores maneras de asegurarse de que eso ocurra es con un autoexamen del cáncer de piel. Si revisa su piel todos los meses en busca de irregularidades que puedan ser signos de un cáncer incipiente, y llama la atención de su médico sobre esos cambios, puede desempeñar un papel clave en la protección de su vida.
¿Qué debe buscar? Cualquier mancha o marca que sea nueva, o que cambie de tamaño, forma, tacto o color. También debes estar atento a cualquier llaga, bulto o mancha inusual, o a cualquier cambio en el aspecto y el tacto de la piel, sobre todo si hay costras, supuración o sangrado, así como picor, sensibilidad o dolor.
Lo más probable es que descubras algunos lunares, pero no te alarmes. Los lunares normales son de color uniforme (negro, marrón o bronceado) y pueden ser planos o elevados, redondos u ovalados.
Un lunar anormal es aquel que tiene una forma irregular, un borde irregular, no liso, y un color parecido a un mosaico con una mezcla de rojo, blanco y/o azul (llamado "signo de la bandera") o varios tonos de marrón.
Cómo hacer un autoexamen de cáncer de piel
Debe hacerse un autoexamen de cáncer de piel aproximadamente una vez al mes. Justo antes o después de la ducha es probablemente un buen momento. Necesitará un espejo de cuerpo entero y un espejo de mano con una buena fuente de luz. Un secador de pelo puede ayudar a examinar el cuero cabelludo. Un compañero que le ayude a mirar el cuero cabelludo y la espalda es muy valioso, y un segundo par de ojos puede detectar cambios en los lunares existentes o lunares nuevos más rápidamente que usted mismo.
Estos son los cinco sencillos pasos:
Quítate la ropa y ponte frente al espejo de cuerpo entero. Revisa tu cara, cuello,... pecho, hombros y brazos, así como debajo de cada brazo, y mira la parte frontal de los muslos y las pantorrillas.
Dobla los codos y examina los antebrazos y el dorso y las palmas de las manos, los dedos de todos los lados y las uñas.
Coge el espejo de mano y comprueba... la espalda y los laterales del cuerpo, la parte posterior de las piernas... y la planta de los pies. Además, asegúrate de revisar entre los dedos, los lados de los dedos y las uñas de los pies.
Siguiendo con el espejo de mano, comprueba la nuca. Separa tu cabello -y si es necesario, usa un secador para moverlo- y revisa no sólo tu cuero cabelludo, sino el área alrededor y detrás de cada oreja.
Por último, utilice el espejo de mano para examinar las nalgas, los genitales y la parte inferior de la espalda.