Prurito significa simplemente picor. Puede estar asociado a una serie de trastornos, como la piel seca, las enfermedades de la piel, el embarazo y, en raras ocasiones, el cáncer.
¿Quiénes padecen prurito?
Cualquiera puede padecer prurito, pero ciertos grupos de personas son más susceptibles de padecerlo, entre ellos:
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Personas con alergias estacionales, fiebre del heno, asma y eczema
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Personas con diabetes
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Personas con VIH/SIDA y diversos tipos de cáncer, especialmente aquellos... con leucemia o linfoma
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Mujeres embarazadas
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Las personas mayores
Cómo se trata el prurito?
Encontrar la causa del picor y tratar cualquier enfermedad cutánea subyacente es el primer paso para solucionar el prurito.
Si se sospecha que se trata de una reacción a un fármaco, cambiar de medicamento puede ser útil para reducir el picor. Sin embargo, la mayoría de las reacciones a fármacos presentan una erupción junto con el picor.
La mejor manera de prevenir el prurito es cuidar la piel. Para proteger la piel:
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Utiliza cremas y lociones para la piel que la hidraten y eviten la sequedad.
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Utiliza regularmente protectores solares para prevenir las quemaduras solares y los daños en la piel.
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Utiliza un jabón de baño suave que no irrite tu piel.
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Báñate o dúchate con agua tibia -no caliente-.
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Evita ciertos tejidos, como la lana y los sintéticos, que pueden provocar picores en la piel. Cambia a ropa y sábanas de algodón.
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Como el aire caliente y seco puede resecar la piel, mantén el termostato de tu casa bajo y utiliza un humidificador.
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Para aliviar el picor, coloca un paño frío o un poco de hielo sobre la zona que pica, en lugar de rascarte.
El médico también puede recetar medicamentos para tratar el prurito, como antihistamínicos y esteroides tópicos. En raras ocasiones, también pueden ser necesarios esteroides y antibióticos.