¿Qué es un callo? Qué es un callo?
Los callos y las callosidades pueden ser molestos, pero en realidad tu cuerpo los forma para proteger la piel sensible. Los callos y las callosidades suelen confundirse entre sí.
Callos
suelen aparecer en puntos de presión, normalmente en la planta de los pies y en los laterales de los dedos. Pueden ser dolorosos.
Un callo duro es una pequeña mancha de piel muerta engrosada con un núcleo central. Un callo blando tiene una superficie mucho más fina y suele aparecer entre el cuarto y el quinto dedo del pie. Un callo en forma de semilla es un callo diminuto y discreto que puede ser muy sensible si se encuentra en una parte del pie que soporta peso. Los callos tienden a aparecer en la planta de los pies, y algunos médicos creen que esta afección está causada por la obstrucción de los conductos sudoríparos.
Callos
son engrosamientos de la capa más externa de la piel... y son indoloros. Pueden desarrollarse en las manos, en los pies o en cualquier lugar donde se produzca una fricción repetida, incluso en la barbilla de un violinista. Al igual que los callos, las callosidades tienen diversas variantes. El callo común suele aparecer cuando hay mucho roce en las manos o los pies. El callo plantar se encuentra en la planta del pie.
¿Qué causa los callos y las callosidades?
Algunos callos y callosidades en los pies se desarrollan por un movimiento inadecuado al caminar, pero la mayoría son causados por zapatos mal ajustados. Los zapatos de tacón alto son los más perjudiciales. Ejercen presión sobre los dedos de los pies y hacen que las mujeres tengan cuatro veces más probabilidades que los hombres de tener problemas en los pies. Otros factores de riesgo para desarrollar un callo o una callosidad son las deformidades del pie y el uso de zapatos o sandalias sin calcetines, lo que provoca fricción en los pies.
El roce o la presión pueden provocar callos blandos o callosidades plantares. Si usted o su hijo desarrollan un callo que no tiene un origen claro de presión, hágalo ver por un médico, ya que podría ser una verruga o estar causado por un cuerpo extraño, como una astilla, atrapado bajo la piel. Los pies pasan la mayor parte del tiempo en un entorno cerrado y húmedo, ideal para la reproducción de bacterias. Las infecciones por estafilococos pueden comenzar cuando las bacterias entran en los callos a través de roturas en la piel y hacen que el callo infectado libere líquido o pus.
Cuáles son los síntomas de los callos y las callosidades?
A continuación, le presentamos algunas formas de detectar los diferentes tipos de callos y durezas:
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Un callo es una mancha de piel compacta y muerta en cualquier parte del cuerpo que está sujeta a la fricción. Existen diferentes nombres comunes dados a varios tipos de callos.
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Un callo duro es una mancha compacta de piel dura con un núcleo denso, en la parte superior de un dedo del pie o en la parte exterior del dedo pequeño.
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Un callo blando es una zona de piel enrojecida y sensible. Tiene un centro fino y liso y se encuentra entre los dedos de los pies.
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Un callo es un círculo de piel muerta en forma de tapón, a menudo doloroso, en el talón o la bola del pie.
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Un callo plantar es un callo en la parte inferior o superficie plantar del pie.
Llame a su médico por un callo o callosidad si:
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Te cortas un callo o callosidad y lo haces sangrar. La rotura de la piel invita a la infección.
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Un callo expulsa pus o líquido claro, lo que significa que está infectado o ulcerado. Ambas condiciones necesitan atención médica urgente.
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Desarrollas un callo y además tienes diabetes, enfermedades del corazón u otros problemas circulatorios. Corres un alto riesgo de sufrir una infección.
Cómo puedo prevenir los callos y las durezas?
Aquí hay algunas cosas que puede probar:
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Para evitar los callos y las durezas en los pies, haz que te midan profesionalmente ambos pies en la zapatería, y compra sólo zapatos que se ajusten correctamente.
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Asegúrese de que tanto la anchura como la longitud del zapato son correctas para cada pie, ya que los pies pueden tener tamaños ligeramente diferentes. Deje hasta media pulgada entre su dedo más largo y la parte delantera del zapato. Si no puedes mover los dedos del pie dentro de los zapatos, es que te aprietan demasiado.
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Compra los zapatos al final del día, cuando los pies suelen estar más hinchados.
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Evite los zapatos con punta afilada y tacones altos. Las mujeres que deben llevar este tipo de calzado en el trabajo pueden aliviar parte de la presión de sus pies caminando hacia la oficina con un calzado deportivo que les quede bien. Intente reducir la altura del tacón lo máximo posible.
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Lleve a reparar o sustituir los zapatos con regularidad. Las suelas desgastadas ofrecen poca protección contra el impacto de caminar sobre superficies duras, y los forros desgastados pueden rozar tu piel y albergar bacterias.
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Los tacones desgastados elevan cualquier presión desigual sobre el hueso del talón. Si las suelas o los tacones de sus zapatos tienden a desgastarse de forma desigual, consulte a un ortopedista o podólogo sobre zapatos o plantillas correctoras.
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Si tienes dedos en martillo -dedos de los pies que se doblan por debajo- asegúrate de que la forma de tus zapatos ofrece suficiente espacio para acomodarlos.
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Los callos pueden aparecer en las manos, así que usa guantes de protección si utilizas herramientas.