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P: Mi marido y yo tenemos una discrepancia en el deseo. ¿Cómo podemos hacer que coincidan?
R: Muchas personas esperan mucho tiempo antes de intentar hacer algo con respecto a las discrepancias en la frecuencia sexual, a veces 15 o más años.
Cuando esto sucede, las parejas se asientan en un patrón: se acostumbran a acostarse cada noche y a permanecer en su propio lado de la cama. ¿Cómo se puede superar este patrón? He aquí algunas ideas:
Programación Una cuestión primordial es la programación. Algunas personas descubren que si programan rutinariamente un tiempo juntos durante el cual el sexo es una posibilidad (pero no un requisito), se dan cuenta de lo que se están perdiendo y vuelven a hacerlo. Puede parecer demasiado fácil, pero para algunas parejas ésta es la respuesta.
Iniciación A otras personas les resulta difícil empezar las cosas. Sienten ansiedad cuando pasan de un estado no sexual a uno sexual. Una vez que lo hacen, están bien y se preguntan: "¿Por qué ha sido tan difícil? ¿Por qué no lo hacemos más a menudo?".
Si ése es el problema, analiza cómo empieza el sexo que sí tienes. ¿Es siempre predecible? ¿Siempre lo inicia la misma persona?
Lugar ¿El sexo siempre ocurre en el mismo lugar? Para que las cosas cambien, ambos deben estar de acuerdo en que quieren más sexo y deben estar dispuestos a considerar otras formas de hacer las cosas.
Esto es especialmente cierto si una de las personas es la que inicia la relación.
Libido Asegúrese de descartar un problema médico. En el caso de algunos hombres, puede tratarse de un nivel bajo de hormonas sexuales (testosterona) o de una disfunción eréctil. La ansiedad por el rendimiento también puede afectar a la erección de un hombre y disminuir la libido.
En el caso de las mujeres, la solución al bajo deseo sexual es más compleja. Aunque las hormonas sexuales de una mujer pueden ser las culpables, puede tener niveles de testosterona libre altos, normales o bajos, que no reflejan necesariamente la naturaleza de su deseo sexual.
Algunas mujeres han probado la terapia de testosterona, que funciona para muchas pero no para todas. Pregunte a su médico sobre las opciones, incluidos los tratamientos hormonales que pueden aumentar su deseo, medicamentos como píldoras o geles tópicos que aumentan el flujo sanguíneo a los genitales, o dispositivos que ayudan a aumentar la libido.