¿Qué es un terapeuta sexual?

De los archivos del médico

La pareja llegó a mi consulta con un problema común. Tenían un niño de 8 meses y otro de 3 años. El marido estaba hambriento de contacto físico y lo estaba desde que nació el bebé número 1. Pero entre el bebé que amamantaba y el niño pequeño que se aferraba, la mujer recibía todo el contacto físico que podía soportar.

A lo largo de varias sesiones, exploré lo que podía estar afectando a su vida sexual haciéndoles algunas preguntas suaves. ¿Podría la madre tener una depresión posparto? ¿Era la pareja consciente de que la prolactina, la hormona de la lactancia, suprime el deseo sexual? Y cómo era el sexo antes de tener hijos?

El papel de los terapeutas sexuales

Este caso es típico tanto del tipo de personas que visitan a los terapeutas sexuales como del tipo de trabajo que realizan los terapeutas. Los terapeutas sexuales se centran específicamente en el aspecto sexual de las relaciones, esa zona íntima de la que es tan difícil hablar pero que es tan crucial para la salud de una relación. Su principal método de tratamiento es la terapia conversacional, diseñada para ayudar a los clientes a explorar los problemas que pueden afectar a su sexualidad. Proponen ejercicios de tacto para que las parejas los prueben en casa y les enseñan a intimar más. (No tocan a sus clientes de forma erótica).

Los terapeutas sexuales -que suelen estar acreditados por una de las dos organizaciones profesionales de Estados Unidos- abordan una serie de cuestiones. Físicamente, los clientes pueden tener problemas para alcanzar el orgasmo o mantener una erección. Desde el punto de vista emocional, pueden tener problemas de autoestima, de imagen corporal o de algún trauma anterior, como los abusos. Y, desde el punto de vista interpersonal, pueden estar en desacuerdo con su pareja sobre la frecuencia -o el modo- en que deben mantener relaciones sexuales.

Tratamiento de la disfunción sexual

Tomemos la pareja descrita anteriormente. Descubrí que, efectivamente, la mujer se sentía deprimida, agobiada y muy desubicada, y que estaba resentida con su marido por no hacer más cosas en la casa. La frustración del marido por la frialdad de ella, a su vez, estaba provocada en parte por su propia educación, en la que nunca sintió que recibiera todo el afecto físico que deseaba.

Una vez que tuvimos claras estas cuestiones, elaboramos un plan: El marido colaboraría más, lo que incluía dar a la mujer tiempo para hacer ejercicio. La mujer intentaría tocar más a su marido (tanto dentro como fuera de la cama). Y ambos dijeron que serían más sinceros sobre lo que necesitaban. Fue un trabajo duro -y requirió honestidad y coraje-, pero después de varios meses su vida sexual volvió a estar en marcha.

Si tu propia vida sexual está de capa caída, intenta reconectar con tu pasión -y con tu pareja- con estas estrategias:

  • Fijar una fecha.

    El tiempo con tu pareja es crucial para reavivar el romance, especialmente para las mujeres, que suelen necesitar la cercanía emocional para acercarse físicamente.

  • Acurrúcate.

    Las caricias no sexuales provocan la liberación de la hormona oxitocina, que tiene un efecto calmante.

  • Consigue ayuda.

    Recurre a amigos, familiares o profesionales para que te ayuden a aligerar tu carga, ya sea por el cuidado de los niños, las tareas domésticas o las emociones abrumadoras.

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