¿Qué es el trastorno de excitación genital persistente?

En el dormitorio, las cosas suceden en un orden determinado. Te excitas sexualmente por lo que sientes, ves, hueles, tocas y oyes. Tu cuerpo responde con cambios físicos. Normalmente también te excitas mentalmente.

Pero a veces la excitación puede producirse sin motivo alguno, de la nada. Puedes excitarte e incluso tener un orgasmo cuando no hay nada que desencadene las sensaciones sexuales. Estos cambios pueden ser frustrantes y duraderos. Esta situación se denomina trastorno de excitación genital persistente.

Qué es el trastorno de excitación genital persistente?

El trastorno de excitación general persistente, o PGAD, es poco frecuente. También puede oír que se llama síndrome de los genitales inquietos. Casi siempre afecta a las mujeres. Sólo se han registrado unos pocos casos en hombres.

En otros trastornos de la excitación, se tiene dificultad para estimularse. En el caso de la PGAD, la excitación es repentina y constante. No se puede controlar la excitación. Incluso si se llega al orgasmo, la sensación vuelve rápidamente.

El trastorno de excitación genital persistente es diferente de la hipersexualidad, en la que se piensa en el sexo todo el tiempo o se lucha por controlar el comportamiento sexual. En el caso del trastorno de la excitación genital persistente, la persona se excita incluso cuando no piensa en el sexo.

Síntomas

La excitación sexual suele requerir la participación de los sentidos. Sientes, oyes o ves cosas que te ponen a tono. Pero en el caso de la PGAD, uno se excita aunque no haya nada que provoque su deseo.

La sensación de excitación incluye un aumento del flujo sanguíneo en la zona genital, lo que hace que el clítoris se hinche y que la zona genital palpite y lata. También aumentan las secreciones vaginales. Las sensaciones pueden durar horas, días o incluso semanas.

Experimentar un orgasmo puede suponer un alivio momentáneo, pero los síntomas vuelven rápidamente. Las sensaciones pueden ser tan abrumadoras que resulta difícil incluso sentarse o concentrarse. También puede tener dolor en la pelvis, las nalgas o las piernas.

Como cualquier otro problema sexual, la enfermedad puede ser molesta. Puede poner en peligro las relaciones. Es posible que te sientas demasiado avergonzado para hablar con tus médicos sobre el tema. Esto también puede provocar sentimientos de depresión y ansiedad.

Causas

Los médicos siguen trabajando para conocer todas las posibles causas de la PGAD. Se ha relacionado con:

  • Preocupaciones psicológicas, incluido el estrés.

  • Efectos secundarios de la medicación, como los antidepresivos

  • Infecciones genitales

  • Problemas pélvicos

  • Cambios hormonales, incluyendo la interrupción o el inicio de la terapia hormonal después de la menopausia

Investigaciones recientes muestran que los nervios pueden desempeñar un papel. En un estudio, varias mujeres con la enfermedad tenían quistes (sacos llenos de líquido) en los nervios cerca de la base de la columna vertebral. Otra tenía un defecto en la médula espinal y otra tenía una hernia de disco.

Diagnóstico

Su médico le hará un examen físico y una evaluación psicológica. Hablará con usted sobre su historial médico y sexual y le preguntará sobre sus síntomas.

Por lo general, le harán pruebas para comprobar los niveles hormonales en la sangre. También es probable que le hagan una prueba especial para medir el flujo sanguíneo en los genitales antes y después de la excitación. Una de las formas en que el médico puede hacerlo es con un dispositivo del tamaño de un tampón que utiliza luz para medir la cantidad de sangre que circula por la pared vaginal.

También es posible que te hagan pruebas como un electroencefalograma, una tomografía computarizada o una resonancia magnética para buscar problemas neurológicos que puedan estar causando tus síntomas. El médico comprobará la existencia de enfermedades como la epilepsia, el síndrome de Tourettes, el síndrome de las piernas inquietas o la vejiga hiperactiva.

El diagnóstico de PGAD se basa en una excitación que:

  • Dura horas, días o más y no desaparece fácilmente

  • No termina con los orgasmos

  • Es intrusivo o no deseado

  • No se desencadena por la actividad sexual

  • Causa angustia

Tratamiento

Si su médico puede señalar una causa específica, la tratará. Por ejemplo, puede ser necesario extirpar un quiste o dejar de tomar la medicación que provoca los síntomas. Si no está seguro de la causa exacta, se centrará en el control de los síntomas.

Los tratamientos pueden incluir:

  • Masaje pélvico

  • Terapia cognitiva basada en la atención plena (mindfulness)

  • Biorretroalimentación

  • Tratamiento de la ansiedad, incluyendo terapia y antidepresivos

  • Medicamentos anestésicos de uso tópico

  • Hielo o baños de hielo

  • Acupresión

  • Medicamentos para el dolor

  • Relajantes musculares

  • Unidad de TENS (estimulación nerviosa eléctrica transcutánea)

  • Medicamentos anticonvulsivos

Outlook

Los médicos están trabajando para aprender más sobre la comprensión de las causas y los tratamientos. A veces, el mero hecho de ser diagnosticado y saber que su enfermedad tiene un nombre puede ayudar a aliviar el estrés y la incertidumbre. Trabajar con su médico es el primer paso para aliviar los síntomas y encontrar una causa.

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