La vida sexual de los discapacitados

Los discapacitados siguen teniendo vida sexual

Aunque la gente piensa que una discapacidad acabará con tu vida sexual, nada más lejos de la realidad. No seas prisionero de los mitos sexuales: Deleite sus sentidos.

Por Gina Shaw Revisado médicamente por Brunilda Nazario,...MD Del médico Archivos

Hace unos años, durante un homenaje televisado a nivel nacional al actor y director Christopher Reeve, la esposa de éste, Dana, subió al escenario para cantar una canción. Antes de iniciar su número, habló elocuentemente de su amor por Reeve, paralizado por una lesión de la médula espinal recibida en una caída de un caballo. Y entonces se volvió hacia su marido, sentado entre el público, y le sonrió disimuladamente. "¿Chris? Todavía lo haces por mí, cariño", dijo.

En ese momento "público-privado", Dana y Christopher Reeve dijeron al mundo lo que los científicos y los terapeutas sexuales ya saben: La sexualidad no se acaba cuando una persona sufre una discapacidad. Hay literalmente cientos de formas de experimentar la sexualidad y el placer sexual. Incluso cuando alguien pierde aparentemente toda la sensación física en sus regiones genitales, las parejas pueden seguir logrando el acercamiento sexual, el placer e incluso el orgasmo.

Mitchell Tepper, PhD, presidente de la Red de Salud Sexual (www.sexualhealth.com), viaja por el país hablando de sexualidad en convenciones y grupos de personas con discapacidad. Tepper, cuya médula espinal se lesionó en un accidente de buceo cuando trabajaba como socorrista hace unos 20 años, dice a los oyentes que la televisión y el cine suelen promover mitos sobre la sexualidad y la discapacidad.

"Por ejemplo, las personas con lesiones medulares suelen ser retratadas en las películas como hombres y mujeres sexualmente frustrados que, o bien tienen que recurrir a la compra de sexo a una prostituta, o bien tienen que prescindir de él", afirma.

Nada más lejos de la realidad, dice Beverly Whipple, PhD, RN, FAAN, profesora emérita de la facultad de enfermería en el centro de neurociencia de la Universidad de Rutgers y una destacada investigadora sobre salud sexual. "La sexualidad abarca la totalidad de nuestro ser", dice. "Piensa en un bastón de caramelo. El rojo es el sabor de la menta. Pero, ¿sólo se saborea la menta en el rojo o en todo el bastón de caramelo? Lo saboreas en todo, y de forma similar nuestra sexualidad nos atraviesa a todos".

Prueba "Outercourse"

Whipple aconseja a las personas con discapacidad -sobre todo a las que tienen una sensibilidad limitada en las partes del cuerpo "tradicionalmente" sexuales- que hablen con sus parejas sobre muchas de las formas de tener placer erótico que no implican la zona genital. "La sensualidad y la sexualidad son mucho más que los genitales".

Desde dar y recibir caricias en zonas del cuerpo como la mejilla, el cuello o el dorso de la mano, hasta utilizar olores -velas y aromaterapia- o música, Whipple sugiere utilizar todos los sentidos para el placer erótico.

"Diferentes sonidos, olores y vistas pueden provocarnos placer. Por ejemplo, quizá te guste pelar uvas y dárselas a tu pareja". Ella llama a estas opciones alternativas -caminos hacia el placer sexual que no implican el intercambio de fluidos corporales- "relaciones sexuales externas."

El coito externo no es la única opción. Muchas personas que, debido a una lesión medular u otros trastornos neurológicos, han perdido toda la sensibilidad en sus zonas genitales, pueden experimentar el orgasmo como resultado de la estimulación genital, afirma Whipple. Ha realizado una amplia gama de estudios de laboratorio en los que han participado mujeres con lesiones de la médula espinal, y éstas afirman tener un orgasmo por la estimulación genital, sintiéndola por encima del nivel de su lesión. "Informan que se siente igual que el orgasmo que tenían antes de su lesión, excepto que lo sienten sólo en una parte de su cuerpo", dice Whipple.

El placer no pasa por la médula espinal

En un estudio, se comparó a 16 mujeres con varios niveles de lesión medular completa (por debajo de la vértebra T-6, lo que significa que eran parapléjicas, no tetrapléjicas) con cinco mujeres que no tenían ninguna lesión medular. Cada una utilizó una herramienta especialmente diseñada para estimularse en las zonas vaginal y cervical, así como en otras partes de su cuerpo por encima del nivel de sus lesiones en las que se sentían especialmente sensibles.

"Sólo una de las mujeres sin lesión medular tuvo un orgasmo, mientras que tres de las mujeres con [lesión medular] tuvieron un orgasmo en el laboratorio", dice Whipple. "Una tuvo seis orgasmos durante el experimento. Una no había tenido nunca ninguna estimulación sexual en los dos años transcurridos desde su lesión, y éstos fueron los primeros."

Si no hay "sensación" por debajo de la cintura, ¿qué explica estas sensaciones? Whipple señala que un haz de nervios llamado vago sensorial evita la médula espinal, llevando los impulsos nerviosos directamente de los genitales al cerebro. Por tanto, aunque la médula espinal esté dañada, los mensajes de "placer" pueden ser transportados a través del vago sensorial desde los genitales hasta el cerebro, desencadenando la experiencia del orgasmo.

Whipple y sus colegas incluso confirmaron esta teoría haciendo escáneres PET a mujeres con una lesión medular completa. Estas pruebas mostraron que una zona de sus cerebros que está conectada a los genitales a través del vago sensorial sí recibía señales.

Lecciones de las tradiciones orientales

Pero aunque no puedas experimentar el orgasmo "tradicional", eso no significa que tu vida sexual haya terminado. "La aceptación significa dejar de lado todas tus viejas nociones, como 'el sexo es igual al coito'. La comparación es algo que realmente mata a la gente a la hora de avanzar", dice Tepper. "No estamos atados a las viejas formas de ser, y así podemos permitir que el placer se produzca".

Aconseja a las personas con discapacidad que consideren la posibilidad de incorporar a sus relaciones enfoques tántricos de la sexualidad. "Es un modelo oriental, centrado en la sexualidad como un estado alterado de conciencia, en lugar del modelo occidental del sexo como el trabajo hacia una meta".

Publicado originalmente el 4 de junio de 2001.

Revisado médicamente el 20 de enero de 2003.

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