Los síntomas de la artritis reumatoide (AR) son diferentes para cada persona que padece esta enfermedad de larga duración.
Algunas personas tienen largos períodos con pocos o ningún síntoma. Otras la sienten durante meses en un repunte de la actividad de la enfermedad llamado brote.
La mayoría de las personas tienen problemas duraderos con episodios de la enfermedad más graves. Sin embargo, los tratamientos nuevos y más tempranos están cambiando el panorama general. Cada vez son más las personas que presentan una baja actividad de la enfermedad o incluso su remisión.
Síntomas de la AR en las articulaciones
La AR casi siempre afecta a sus articulaciones. Los primeros signos pueden tardar unas semanas o meses en aparecer. La inflamación que provoca suele dar lugar a estos tres síntomas característicos:
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Dolor: la inflamación en el interior de una articulación hace que duela tanto si se mueve como si no. Con el tiempo, provoca daños y dolor.
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Hinchazón. El líquido en la articulación la hace hinchada y sensible.
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Sensibilidad. Duele al mover o presionar una articulación.
Otros síntomas de la AR son:
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Rigidez. La articulación es más difícil de usar y no se mueve tan bien como debería. Es especialmente frecuente por la mañana. Aunque muchas personas con otras formas de artritis tienen las articulaciones rígidas por la mañana, las personas con artritis reumatoide tardan más de una hora (a veces varias horas) en sentir sus articulaciones sueltas.
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Enrojecimiento y calor. Las articulaciones pueden estar más calientes y presentar cambios de color relacionados con la inflamación.
A qué articulaciones afecta la AR?
La AR suele empezar en las manos. Las zonas más comúnmente afectadas en su cuerpo son:
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Codos
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Muñecas
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El nudillo donde cada dedo se une a la mano (articulación metacarpofalángica o MCP)
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La primera articulación de los dedos (articulación interfalángica proximal, PIP)
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Tobillo
Pero la AR puede aparecer en cualquier parte del cuerpo, incluyendo:
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Dedos de los pies
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Caderas
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Mandíbula
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Rodillas
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Cuello
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Hombros
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Articulación del dedo más cercano a la uña del pulgar
Sus síntomas suelen ser simétricos, es decir, se manifiestan en las mismas articulaciones de ambos lados del cuerpo.
No ocurre a menudo, pero la AR también puede afectar a las articulaciones de la laringe, llamadas articulaciones cricoaritenoides. Esto puede hacer que tu voz sea ronca. En raras ocasiones, puede perder la voz.
Síntomas en todo el cuerpo
Los síntomas de la artritis reumatoide también pueden ir más allá de sus articulaciones. Podrías sentir:
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Fatiga
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Dolores musculares
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Falta de apetito
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Malestar en todo el cuerpo (su médico puede llamarlo malestar)
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Depresión
La fatiga extrema podría ser un signo de anemia, una falta de glóbulos rojos sanos. Su médico le hará una prueba de esto como parte de su diagnóstico de AR.
La depresión también podría causar algunos de estos síntomas. Una enfermedad de larga duración como la AR puede ser un reto para la vida. Hable con su médico si se siente triste o deprimido.
Síntomas que afectan a la piel
A algunas personas con AR les salen nódulos reumatoides. Se trata de protuberancias bajo la piel. La mayoría de las veces no son dolorosos y se mueven fácilmente al tocarlos. Aproximadamente una de cada cuatro personas con AR tiene estas protuberancias en la piel.
Suelen aparecer en los codos, pero pueden aparecer en otras zonas óseas como:
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La parte inferior del antebrazo
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La parte posterior de la cabeza
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La base de tu columna vertebral
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El tendón de Aquiles
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Los tendones de la mano
Lo que la AR hace a su corazón y a sus pulmones
La AR puede afectar a algo más que a tus articulaciones. Las complicaciones pueden afectar a tus órganos, vasos sanguíneos y huesos.
La AR puede dañar los pulmones o inflamar el revestimiento que los rodea. Esto provoca un dolor en el pecho que empeora al respirar, llamado pleuresía. Los problemas pulmonares son los síntomas más comunes de la AR fuera de las articulaciones. Es posible que no provoque síntomas o que note falta de aliento. Su médico puede tratarlo con fármacos que alivien la inflamación de los pulmones.
La inflamación grave de la AR en los pulmones puede hacer que el tejido se vuelva rígido, se engrose y cicatrice. Se trata de la fibrosis pulmonar, una enfermedad difícil de tratar que dificulta la respiración.
Asimismo, la AR puede inflamar el revestimiento del corazón (pericarditis) o el músculo cardíaco (miocarditis). Es probable que no note los síntomas de esta enfermedad. Existe la posibilidad de que sientas falta de aire o un dolor agudo y punzante en el pecho. Si es así, llame a su médico. También puede aumentar las probabilidades de sufrir insuficiencia cardíaca, fibrilación auricular e ictus.
Cuando la AR se introduce en el cartílago que conecta las costillas con el esternón, puede parecer que está sufriendo un ataque al corazón. Esto se conoce como dolor en la pared torácica.
La AR y los ojos
Las complicaciones más comunes relacionadas con la visión incluyen:
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Cataratas, una opacidad del cristalino del ojo que afecta a la visión
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Síndrome de ojos secos. Ya sea por la medicación o por los daños en las glándulas lagrimales, tus ojos no pueden producir una película lagrimal saludable.
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Escleritis, inflamación y enrojecimiento de la parte blanca del ojo
Otras partes del cuerpo a las que puede afectar la AR
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Huesos. Las sustancias químicas que causan la inflamación también pueden hacer mella en tus huesos. Suele afectar a las caderas y a la columna vertebral. A veces, es un subproducto de años de tratamiento de la AR con esteroides.
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Hígado y riñones. Es raro que la AR afecte a estos órganos. Pero los medicamentos que la tratan sí pueden hacerlo. Los antiinflamatorios no esteroideos (AINE) pueden ser malos para ambos. La ciclosporina puede provocar enfermedades renales. El metotrexato puede dañar el hígado.
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Sistema inmunitario. Los medicamentos que tomas pueden ralentizarlo. Esto te hace más propenso a contraer infecciones.
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Membranas mucosas. Podrías ser más propenso a padecer una enfermedad llamada síndrome de Sjogrens que reseca lugares húmedos del cuerpo como los ojos, la boca y el interior de la nariz.
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Músculos. Cuando la inflamación te impide mover las articulaciones, los músculos adheridos pueden debilitarse. O puedes contraer una enfermedad llamada miositis que los debilita. Los medicamentos que tomas para la AR también pueden ser los culpables.
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Nervios. La AR provoca síntomas que van desde el entumecimiento y el hormigueo hasta la parálisis. Puede ser el resultado del daño articular que provoca la AR, del propio proceso de la enfermedad o de los medicamentos que la tratan.
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Los vasos sanguíneos. La AR puede provocar la inflamación de los vasos sanguíneos. Puede manifestarse en forma de manchas en la piel o provocar úlceras en los casos más graves.
Seguimiento de los síntomas
La AR afecta a cada persona de forma diferente. Algunas personas tienen una AR leve. Otras tienen casos graves con daños en las articulaciones.
Muchas personas con AR tienen síntomas la mayoría de los días. Algunos días pueden ser mejores que otros.
Es raro, pero algunas personas tienen síntomas sólo de vez en cuando. Pueden pasar meses entre estos brotes.
Llevar un registro de sus síntomas puede ayudarle a ver mejor cómo está cambiando o no su enfermedad. Puede utilizar papel y lápiz o aplicaciones para registrar cosas como cuándo tiene síntomas y durante cuánto tiempo, la intensidad de los mismos y qué cosas los empeoran o mejoran. Recuerde llevar su diario de síntomas cada vez que visite a su médico o reumatólogo.