Hay muchos medicamentos que usted y su médico podrían considerar para tratar el dolor de la AR.
El tipo principal son los AINE, que son las siglas de antiinflamatorios no esteroideos. Estos medicamentos controlan el dolor, la hinchazón y la rigidez.
Los AINE incluyen:
-
Celecoxib (Celebrex)
-
Diclofenaco (Cataflam, Voltaren)
-
Etodolac (Lodine)
-
Ibuprofeno (Advil, Motrin)
-
Indometacina (Indocin)
-
Meloxicam (Mobic)
-
Naproxeno (Aleve, Naprosyn)
Los AINE se han relacionado con un mayor riesgo de ataque cardíaco y accidente cerebrovascular, sobre todo en dosis altas. Otro inconveniente es que estos fármacos pueden provocar molestias en el estómago o causar úlceras o hemorragias en el estómago o los intestinos. El celecoxib tiene menos probabilidades de provocar úlceras y hemorragias estomacales o intestinales.
Si tiene insuficiencia renal o cardíaca, su médico vigilará de cerca su evolución si toma AINE.
Acetaminofeno
Se encuentra en muchos medicamentos de prescripción y de venta libre, incluyendo Tylenol. Cuando se toma según las indicaciones, tiene pocos efectos secundarios en la mayoría de las personas. Una excepción son las personas con enfermedades hepáticas, que pueden tomar paracetamol sólo si su médico vigila de cerca su salud.
Corticosteroides
Suelen llamarse esteroides. Son potentes fármacos que domestican la inflamación. Son diferentes de los esteroides anabólicos que desarrollan los músculos.
En el caso de la AR, su beneficio es que suprimen el sistema inmunitario hiperactivo, lo que frena los síntomas.
Los corticosteroides actúan en todo el cuerpo, no sólo en el sistema inmunitario. Por ello, es mejor utilizarlos durante un corto periodo de tiempo para controlar los brotes. Así se evitan sus efectos secundarios.
Si tiene artritis reumatoide grave, es posible que tenga que tomar corticoides durante mucho tiempo. Su médico estará atento a los posibles efectos secundarios, como la mayor probabilidad de contraer una infección, el aumento del azúcar en sangre o el adelgazamiento de los huesos.
En ocasiones, los corticoides pueden inyectarse directamente en las articulaciones afectadas por la AR. Esta es una buena forma de obtener los beneficios del fármaco con menos efectos secundarios.