¿Ansioso? Prueba a abrazar tu "almohada respiratoria

Las primeras pruebas muestran que abrazar una almohada mecanizada ayuda a reducir el estrés y la ansiedad con la misma eficacia que la meditación guiada.

¿Ansioso? Prueba a abrazar tu 'almohada respiratoria'

JUEVES, 10 de marzo de 2022 (HealthDay News) -- ¿Podría abrazar una almohada suave y mecanizada que simula una respiración lenta ayudar a los estudiantes estresados por los exámenes a alejar la ansiedad y el estrés? Los investigadores británicos apuestan por ello.

La almohada en cuestión se parece a cualquier cojín típico, señaló la autora del estudio Alice Haynes. Es candidata al doctorado en la Universidad de Bristol (Reino Unido).

Pero cuando se abraza, el cojín de felpa azul claro despliega un secreto potencialmente terapéutico: una bolsa inflable oculta diseñada para imitar la respiración lenta.

El objetivo, dice Haynes, es "aliviar los altos niveles de ansiedad que los estudiantes suelen experimentar durante los periodos de exámenes".

Con ese estrecho objetivo en mente, la almohada no se ha probado entre pacientes diagnosticados con alguna forma de trastorno de ansiedad crónica.

Sin embargo, las primeras pruebas realizadas entre el tipo de jóvenes sanos que se encuentran habitualmente en situaciones de estrés sugieren que la almohada es tan eficaz como la meditación guiada para minimizar la ansiedad.

En la edición del 9 de marzo de PLOS ONE, Haynes explicó que el proyecto de la almohada surgió de su trabajo altamente especializado en un campo de investigación conocido como "háptica afectiva", que estudia cómo la sensación del tacto puede interactuar con la robótica para aumentar la sensación de bienestar de una persona.

En la búsqueda del diseño de almohada más eficaz para reducir la ansiedad, el equipo pidió inicialmente a 24 estudiantes británicos (de entre 21 y 40 años) que probaran cinco prototipos diferentes.

Aliviar la ansiedad

Cuatro almohadas imitaban, respectivamente, la respiración, el latido del corazón, el ronroneo o la combinación de ronroneo y respiración. Una quinta almohada emitía un anillo de luz difusa.

Haynes y sus colegas descubrieron que la almohada que imitaba la respiración fue la mejor valorada por un número "significativamente mayor" de usuarios, que la describieron como calmante, tranquilizadora y/o relajante. Un poco más de un tercio coincidió en que, cuando funciona, la almohada "se siente como si respirara", mientras que tres dijeron que sostenerla se sentía como sostener un gato.

Así que los investigadores decidieron centrarse en la almohada para respirar y perfeccionar el diseño para seguir probando.

El resultado final mide aproximadamente 14 pulgadas de largo, 10 pulgadas en el punto más ancho y 6 pulgadas de grosor. Cubierta de microfibra de poliéster suave y pana, la almohada está pensada para abrazarse al vientre y al pecho.

Un tubo que sale de una bomba externa y alimentada por el exterior se "enchufa" a la mecánica interna de la almohada, que incluye una cámara inflable. El tubo queda oculto a la vista (y sin ruido) de quienes utilizan la almohada.

Asimismo, la mecánica interior está enterrada en el interior de la almohada y está configurada para imitar una frecuencia respiratoria de 10 respiraciones por minuto (los autores del estudio señalaron que las personas suelen respirar a una frecuencia de entre 12 y 18 respiraciones por minuto, por lo que la almohada está pensada para replicar una respiración lenta).

Una vez completado el diseño de la almohada respiratoria, se reclutaron 129 adultos de entre 18 y 36 años (aproximadamente el 75% eran mujeres) para realizar las pruebas.

A todos se les dijo primero que harían una prueba verbal de matemáticas, en la que los participantes tendrían que responder a preguntas delante de los demás. El objetivo: provocar ansiedad y estrés social.

Se necesitan más pruebas

A continuación, se dividió a los participantes en tres grupos de forma aleatoria: un grupo de meditación basado en una guía de respiración estándar de 8 minutos que se impartía a través de auriculares; un grupo al que se le pidió que pasara el mismo tiempo simplemente sentado en silencio y esperando (sin acceso a teléfonos móviles); y el grupo de la almohada. Al grupo de la almohada se le indicó que se abrazara a su cojín en posición vertical durante 8 minutos mientras llevaba unos auriculares que bloqueaban el sonido.

En salas separadas, cada grupo completó múltiples pruebas de ansiedad estándar, antes, durante y después del experimento.

Los investigadores descubrieron que el cojín no sólo era tan eficaz como la meditación, sino que resultaba especialmente beneficioso para los estudiantes que decían experimentar a menudo una gran ansiedad ante los exámenes, dijo Haynes. Para estas personas, el dispositivo puede ser especialmente útil.

Además, explicó, "creemos que el cojín de respiración también podría servir de apoyo a un amplio abanico de personas, y en particular a aquellas que pueden encontrar inaccesibles los métodos/tratamientos existentes, como la meditación".

Haynes señaló que, como prototipo de investigación, el cojín aún no está a la venta ni en producción, por lo que por ahora no está claro lo que podría costar o si el seguro podría cubrirlo.

Pero describió la almohada como intuitiva y fácil de usar incluso mientras se realizan otras actividades, como ver la televisión o hablar con alguien. Hay que pensar en ella, dijo, como "un dispositivo complementario que la gente puede tener en su casa para proporcionarle comodidad y apoyo cuando lo necesite".

Martina Svensson es investigadora asociada del Laboratorio de Neuroinflamación Experimental (ENL) de la Universidad de Lund (Suecia). Aunque no participó en el estudio, estuvo de acuerdo en que los resultados indican "que la almohada calmante puede tener cierto efecto tranquilizador en ciertas situaciones para las personas que no sufren trastornos de ansiedad, sino que simplemente están ansiosas antes de un evento exigente".

Al mismo tiempo, subrayó que es necesario seguir investigando, quizás incluyendo medidas de ansiedad más objetivas, como la frecuencia cardíaca y los patrones de respiración. Y Svensson reiteró la importante advertencia de que "queda por evaluar si este dispositivo es igualmente eficaz para las personas diagnosticadas con trastornos de ansiedad."

Más información

Hay más información sobre los estudiantes y la ansiedad en la Facultad de Medicina de Harvard.

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