De los archivos médicos
La llegada de una nueva clase de medicamentos conocidos como biológicos ha revolucionado el tratamiento de la artritis reumatoide (AR). Estos fármacos, entre los que se encuentran Cimzia, Enbrel, Humira, Kineret, Orencia, Remicade, Rituxan y Simponi, deben administrarse mediante autoinyección o infusión intravenosa en la consulta del médico o en el hospital. Además, pueden ser caros y no siempre están cubiertos por los seguros.
Por estas y otras razones, los investigadores están trabajando en el desarrollo de biológicos orales, es decir, biológicos que se pueden tomar en forma de píldora.
La AR, una enfermedad autoinmune que afecta a 2 millones de personas, se produce cuando el organismo emprende un fuego amigo contra sus propias articulaciones y tejidos, lo que provoca inflamación, dolor y daño articular. Los fármacos llamados antirreumáticos modificadores de la enfermedad (DMARD) y los biológicos detienen la progresión de la AR, reduciendo la inflamación y deteniendo el daño articular.
Antes nuestras salas de espera estaban llenas de pacientes con deformidades en sillas de ruedas y algunos cuyas manos estaban tan deformadas que ni siquiera parecían manos, y eso ya no lo vemos, principalmente gracias a los biológicos, dice la doctora Dalit Ashany, reumatóloga del Hospital for Special Surgery de Nueva York.
Sin embargo, dice, muchas personas con AR se resisten a recibir inyecciones e intravenosas, la única forma en que los biológicos están disponibles. Sería mucho más sencillo poder tomar los biológicos en forma de píldora que tener que autoinyectarse los fármacos o acudir al hospital para recibir una infusión.
Además, las pastillas son mucho más baratas que las inyecciones y las infusiones, dice. Las compañías de seguros nos obligan a pasar por el aro para demostrar que los pacientes con AR necesitan los fármacos, y algunos no pueden permitírselos sin cobertura.
Los productos biológicos se fabrican a partir de grandes moléculas de proteínas extraídas de seres vivos. Esto implica un proceso de fabricación más complejo y costoso. Las versiones genéricas serían más baratas, pero estos medicamentos son tan nuevos que también están protegidos por patentes. Además, la FDA no dispone de un proceso para aprobar los genéricos biológicos.
Biológicos orales: ¿en la línea de producción?
El doctor Eric Matteson, director del departamento de reumatología de la Clínica Mayo de Rochester (Minnesota), no está convencido al 100% de que vayamos a ver biológicos orales en un futuro próximo.
Dos de los principales obstáculos en la búsqueda del desarrollo de biológicos orales han sido que estas moléculas proteicas son demasiado grandes para ser absorbidas si se toman por vía oral, dice. Además, dejan de ser activas si se descomponen al pasar por el intestino.
Hay un puñado de productos biológicos orales en fase de desarrollo que resultan prometedores, afirma Ashany. Algunos se dirigen a unas proteínas denominadas quinasas, que pueden desencadenar la inflamación que caracteriza a la AR.
El proceso de inflamación provoca básicamente un efecto dominó, en el que una célula o sustancia activa la siguiente, y así sucesivamente. Estos nuevos fármacos se dirigen a diferentes partes -o fichas de dominó- de la cascada.
Uno de estos fármacos bloquea la syk quinasa o tirosina quinasa del bazo. Algunas investigaciones han sugerido que este fármaco puede funcionar en personas que no responden a los bloqueadores del TNF, un tipo de biológico comúnmente utilizado, dice.
Otro tipo de medicamento biológico (llamado inhibidor de JAK) que podría tomarse por vía oral también está dando buenos resultados en los primeros ensayos, dice Ashany.
Estamos muy entusiasmados con los nuevos fármacos orales, dice el doctor Philip Mease, reumatólogo de Seattle Rheumatology Associates. Mease ha realizado varios estudios sobre un inhibidor de la JAK que está en fase de desarrollo. Sin embargo, señala que aún quedan muchas preguntas por responder sobre estos fármacos.
Entre los posibles efectos secundarios se encuentran la anemia, efectos poco frecuentes en el recuento de glóbulos blancos y cierta elevación de las grasas en sangre, por lo que sería necesario un seguimiento.